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Habían hecho un plan A y un B, si por algo no funcionaba el plan A usarían el B. Jay ya se había regresado a casa. Solo esperaba a que fuera mañana por la mañana para rescatar a Jungwon, quería abrazarlo fuerte y decirle muchísimas cosas que debió decirle mucho antes.
Jay llegó a casa sin parecer sospechoso, no le podría contar esto a nadie, sino podrían dañar a su pequeño. Entró a la casa después de estacionar su auto y apagarlo.
Las luces por dentro estaban apagadas, las encendió al entrar, se deshizo de sus zapatos y se dirigió a la cocina. Tomó una bolsa de ramen que encontró en la alacena y la cocinó. Comió rápidamente allí en la barra de la cocina y cuando terminó subió al segundo piso y estaba todo en silencio. Se acercó a la habitación de Sunghoon, al menos pensaba en contarle a él, porque le tenía confianza y siempre lo había ayudado y apoyado en todo desde que se conocieron.
No había nadie allí, se dirigió a la de Sunoo y la luz estaba apagada, la puerta del baño de la habitación se abrió dejando ver luz en la habitación y se encontró con Sunghoon recién bañado y la toalla colocada en su cintura. Se sorprendió al instante de pensar lo que había ocurrido entre esos dos, pero le dio igual porque son pareja. Rió en sus adentros. El mayor le hizo una señal de que guardara silencio y le hizo seña para que saliera. Él lo hizo y se quedó esperándolo allí afuera.
— ¿Por que legas tan tarde? — le preguntó Sunghoon confundido cerrando cuidadosamente la puerta, no queria despertar a su novio.
— Nada más — se alzó de hombros y caminó hacia su habitación. Sunghoon lo siguió, sentía que le quería decir algo.
Entraron a su habitación, Sunghoon se sentó en la cama del menor mientras este entró al baño y se aseó. Regresó con su toalla colocada en la cintura, tomó su pijama y se vistió ahí mismo.
Sunghoon tenía la vista en un libro que había tomado de la mesita de noche del menor.
— ¿Quieres decirme algo? — le preguntó Sunghoon cuando Jay se sentó en la esquina de la cama en silencio sin hacer nada.
Jay negó con un pequeño puchero en los labios. No estaba seguro si decirle o no. Su hyung se dejaba controlar mucho por sus emociones.
Sunghoon se acercó al menor y lo tomó por los hombros.— Dime, se que quieres decirme algo — se miraron fijamente a los ojos.
Jay asintió y negó varias veces, luego suspiró y cabizbajo le dijo.— Secuestraron a Jungwon — soltó el menor.
Sunghoon confundido lo miró de lado. — Pues eso ya lo sé — rió.
— ¿Es en serio? ¿Quien te lo dijo? — preguntó Jay confundido.
— Pues su hermano lo secuestró desde hace tiempo, ¿no? — se rascó la nuca nerviosamente.
— Ah, no.— soltó sin más.— O sea si, pero no, alguien lo secuestró de casa de Choi Seungmin — le contó. Sunghoon abrió los ojos de par en par. Quien iba a pensar que lo terminarían secuestrando de su propio secuestrador, pero obviamente sería un secuestrador mucho peor, ya que Seungmin no podría contarse como su secuestrador, ya que nunca lo trato mal, ni lo lastimó. Todo lo contrario a eso.
