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Al llegar a su casa entró con las copias de llaves que Seungmin le había dado. La casa estaba en completa oscuridad. Así que supuso que su hermano no se encontraría allí. Fue directo a la cocina, moria de hambre. Tomó comida ya preparada que había en el refrigerador, la calentó en el microondas y después se fue escaleras arriba hacia su habitación con la comida en sus manos.
Entró a su habitación, encendió la luz de su habitación, tiró su mochila en la silla de su escritorio, dejó la bandeja con comida en la mesa de su habitación y después se dirigió al baño para lavarse el rostro y las manos.
Se miró al espejo y notó que estaba muy ojeroso y pálido. Se alzó de hombros, pronto recuperaría su antiguo estado, solo debía volver a acostumbrarse como antes lo había intentado y pudo lograrlo por un tiempo.
Salió del baño después de apagar la luz y cerrar la puerta detrás suyo. Se paró frente a la mesa donde se encontraba su comida, se sentó y comenzó a comer. Hasta que escuchó ruidos provenientes del pasillo fuera de su habitación. No era tan caliente como para salir a ver lo que ocurría, ya no quería más traumas. Así que se levantó de su asiento rápidamente y cerró la puerta de su habitación con seguro. Continuó comiendo hasta que notó cómo trataban de abrir la puerta de su habitación, comenzó a preocuparse. Ya que normalmente su hermano no se acercaba a su habitación, o si lo hacía tocaba la puerta antes de entrar. Tragó saliva, tomó un cuchillo de plástico que había traído de la cocina. Se arrodilló en su cama cubriéndose con la sabana. La puerta se abrió y Junto no pudo notar de quien se trataba ya que la luz de la habitación se había apagado justo en que entró. Comenzó a tensarse en su lugar. Se levantó lentamente por el otro lado de su cama y caminó hasta el otro extremo de la habitación sosteniendo el cuchillo en sus manos. Al toparse con la pared suspiró y se quedó viendo al frente en la oscuridad. Sintió como alguien le tumbaba de un golpe el cuchillo de las manos y después lo jalaba del brazo. Lo empujó a la cama y lo recostó boca abajo en la cama aplastándolo con su peso encima. Jungwon sintió la respiración de él contrario en su cuello y sintió escalofríos.
— Suéltame o gritaré — lo amenazo. El hombre rió.
— Uy pero que miedo tengo — fue sarcástico. Jungwon trataba de soltarse del agarre de ese hombre que lo tenía en una posición inmovible.— Ni lo intentes, nadie podrá rescatarte — se rió en su oído.
Jungwon se tensó más de lo que ya estaba.— ¡Hyung! ¡Ayuda! ¡Alguien! _ pataleó y se movió, sin lograr soltarse del agarre. El tipo rió nuevamente, acercó su rostro al cuello del menor, suspiró en él y después le mordió la zona y le dejó un gran morado por la succión que le había dado. Jungwon se quejó por el poco dolor.
Lo levantó de un jalón sosteniéndolo por la cintura, el menor comenzó a golpear al aire y a patear, pero este no lo dejaba. El hombre volvió a reír y después le colocó un pedazo de tela blanca en la nariz y boca, y en menos de unos minutos el menor ya estaba desmayado en sus brazos.
