CAPÍTULO 1

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ALEXANDER VITAL.

-Alex se que no estás de acuerdo con este plan pero es el que mejor nos conviene si queremos tener a los ciudadanos bien cuidados- comunicó mi jefe mirando la ciudad desde su oficina.

-Tyler disculpa mi vocabulario pero ¿Cómo mierda quieres qué colabore con una delincuente?- interrogué mientras respiraba profundo para no explotar delante de mi jefe

Tyler sonrió por mi pregunta al mismo tiempo qué se daba vuelta para observar mi porte dentro de su oficina, pasaban las ocho de la mañana cuando me informó qué necesitaba mis servicios en una investigación importante, lo que no me dio a conocer fue qué me propondría colaborar con la máxima ladrona qué podrías encontrar en toda Francia.

Mujer qué detestaba con mi alma por simplemente lograr lo qué nadie ha podido siquiera llegar a pensar: Humillarme frente a los medios y compañeros de trabajo.

Años habían sido desde qué tuve la oportunidad de conocerla, y con años me refería a qué prácticamente había nacido a mi lado en el mismo maldito hospital pero ambos tuvimos las cosas claras desde el principio.

Ella era una inhumana ladrona y asesina..

Yo me comprometí delante de mi padre y aliados a qué daría caza a todos los asesinos cómo ladrones dentro de mi labor como policía..

-No te estoy pidiendo que te cases con Victoria, Alexander- reprendió con burla.

Lo observé con los ojos entrecerrados al momento que volvía a contradecirlo cómo era costumbre entre nosotros.

-Que mi madre haya sido una de sus tropas no significa que yo tendré el mismo enamoramiento con Victoria Smirnova- le confesé cruzando mis brazos sobre mi pecho.

-Tampoco te estoy pidiendo que te conviertas en tus padres, ella es la llave que nos dará vía libre para atrapar a su padre- comentó.

Fruncí el ceño al momento que le pregunté con evidente ignorancia, cómo era mi costumbre.

-¿Y tu crees muy en el fondo de tu cabeza que ella nos dará a su padre?- cuestioné con incredulidad.

Río cómo un desquiciado al momento que se sentaba frente a mí con una sonrisa en su rostro.

-Alex muchacho a veces me cuestiono si fue tu padre quien te concedió y no un idiota- exclamó con pesar.

Rodeé los ojos al instante que comprendía sus palabras melodramáticas.

-Tairon Smirnova es la persona más sanguinaria que podrías encontrar en toda Francia, es capaz de asesinar a todo el que se meta en su caminó y ella es su copia innata, entonces si queremos llegar a la cima primeros tienes que escalar- explicó colocando un cigarrillo sobre sus labios.

Analicé sus palabras al momento que una interrogante cruzaba por mi mente dejando un mal sabor en mi boca.

-¿A dónde quieres llegar?- le pregunté con impaciencia.

Tenía que hacerme cargo de un caso relativamente importante, hace meses atrás ocurrió un robo grande en un museo que viendo las evidencias habían varias hipótesis de que los Smirnova habían sido los protagonistas del asalto, pero algo se me escapaba ya que cuando la encontré en la escena del crimen ella parecía asustada y agitada cómo si recién hubiera tenido que salvar su vida

-Tairon es un exportador de Droga y bien lo sabes, ese tipo está destruyendo a muchas personas que viven en los barrios bajos de nuestra ciudad, además se que tienes las bases para condenar a su hija por el robo de la espada de Hades, la maldita reliquia tiene un poder extraordinario según voces- comunicó cómo si no lo supiera.

-¿Me estás diciendo que te dejas llevar por comentarios de chicos y chicas que están obsesionados con los poderes antiguos de un dios? Además solamente le encontré en la escena del crimen y cabe recordar que ella no tenía la espada en sus manos, sería obvio de que si Victoria la hubiera robado la hubiera tenido en su poder - pregunté riendo con discreción.

-Podría tener un cómplice- congenio.

-Uno tan cobarde como para dejarla ahí sin protección alguna en contra de mi y mis hombres, sabemos que los águilas nunca dejan a sus colegas ni mucho menos dan nombres, eso lo puedes ver en todas las interrogaciones grabadas que puedas encontrar en el cuartel- le dije serio.

-Estamos hablando de vándalos- exclamó.

-Todos los delincuentes tienen códigos Tyler, pecas de idiota si piensas que la dejarían sola siendo la heredera de una dinastía completa- expliqué con paciencia.

Repasó mis palabras para luego volver al tema de la maldita espada y sus supuestos poderes.

-¿Y tu eres tan ingenuo para ignorar el hecho de que podrían tener la oportunidad de reinar todo Francia con las habladurías de esa gente? Pueden ser los más temidos en toda la ciudad si dejan rumores de que pueden tener al mismísimo Hades entre sus redes- contraataco.

-Dime que necesitas de mí así me largo para seguir con mi deber- pedí con aburrimiento.

No podía seguir escuchando suposiciones de mi jefe cuando tenía que terminar con mi labor.

-Necesito que la enamores y te incluyas en su familia para sacar información para tu cierre del caso- propuso con seriedad.

Lo pensé por unos minutos pero su voz me interrumpió.

-Ganarás el reconocimiento de todo mi cuartel, resuelve el caso que lleva más de dos meses sin tener respuestas- sugirió cómo si quisiera persuadirme.

Le sonreí al momento que me paraba sobre mis pies y apoyaba mis manos sobre la mesa que nos separaba.

-Considerable propuesta Tyler pero no caeré tan fácil en tus manipulaciones- le respondí dando media vuelta para dirigirme hacía la puerta.

Cuando mis manos tomaron la perrilla que me daría la salida de ese incómodo encuentro con mi superior, él volvió a hablar.

-La oferta estará sobre la mesa hasta que te des cuenta que Victoria es la peor escoria que podrías encontrar en todos tus años de policía, sabrás en primera persona porque tu padre odia a los Smirnova-incitó.

Dejé la sala con las palabras de mi jefe retumbando por mi cabeza por unos minutos llegando a una pregunta extraña.

¿Ella en serio cree que con esa espada tendrá poder?

Y lo más importante en todo esto.

¿Seré capaz de conseguir el arma así lograr terminar el caso?.

Seguí mi camino hasta mi lugar de trabajo viendo cómo mis dos compañeros estaban metidos entre pilas de papeles que los mantenían ocupados, no podía concentrarme en todo lo que había pasado en esa oficina porque era realmente imbécil pedirme que me metiera con ella, no podía decir que ella no era una de las chicas más hermosa que alguna vez vi pero no era mi estereotipo de persona favorita.

Aunque no mentiría, ella me atraía pero de una manera superficial. O eso quería pensar.

-Alexander- gritó Manuel, mi colega.

Sacudí la cabeza al momento que tomaba lugar a su lado con la mirada perdida.

-¿Todo en orden?- interrogó Ethan con una sonrisa.

-¿Por qué no vamos al club?- les pregunté lo primero que se me vino a la cabeza, no tenía humor para fiestas pero lo haría por ellos.

-Pensé que moriría antes de que Vital saliera de fiesta- dijo Ethan.

Era una persona antisocial y no me escondía.

El Adiós Dorado 1LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora