CAPÍTULO 7

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VICTORIA SMIRNOVA

-Ese maldito malenkiy soldat- susurre enfrente de mis hombres que no hicieron más que reír por mi comentario.

Habíamos acordado una reunión con los jefes de mi equipo para que le informaran a sus informantes y demás servidores sobre la fiesta que se haría en mi honor, tenía la información suficiente para saber que alguien había abierto la boca diciendo el secreto de mis padres, dicha circunstancia había sido descubierta por mis propios ojos cuando me llegó más de veinte cartas de consuelo por parte de los grandes jefes de las otras mafias que entre comillas sabían el dolor que yo sufría en silencio.

Patéticos hombres que piensan que con sus condolencias podrían llegar a algo conmigo.

Me parecía de lo más estúpido saber que los jefes como: Calum Petrova, superior de las franquicias de trafico de dinero más grande que podría haber en Francia quería salir conmigo, sin mencionar a los hermanos Volkova que estaban detrás de mi desde que prácticamente nací, en realidad uno de ellos: Victor Volkova, Señor de la todas las fuentes de drogas, medicamentos y almería que yo usaba para mis beneficios como tratado de convivencia que se realizo desde hace años y ahora mismo el idiota pensaba que podía llegar a tener algo sentimental conmigo.

Resignada volví a la reunión donde mi gente estaba mirándome con diversión en sus rostros pero no llegué a decir nada al momento que la puerta de mi despacho se abría de golpe mostrando frente a mí los imbéciles que no perdían oportunidad.

-Krasivaya pobeda-"Bella victoria" saludo Víctor con la sonrisa más grande que alguna vez vi

-Smirnova- conjugo Calum caminando hacía mí siendo seguido por Volkova que no apartaba la mirada de Máximo que lo analizaba con una sonrisa maniática.

Mi mano derecha siempre tuvo la rivalidad entre los dos hombres que se habían presentado, Máximo Smirnova era mi hermano de sangre que nadie sabía que existía, es más pequeño que yo por unos años pero eso no quita que sea una máquina asesina cuando se lo necesita, él siempre fue aclamado como mi amante por boca de los resentidos que no hacían más que ladrar por el simple hecho de que mi querido hermano era lo más sobreprotector que había en el mundo.

-¿Qué hacen en mi oficina y mejor aún qué carajo hacen en mi casa?- interrogue colocando mi mano hacía ellos.

Calum fue el primero que sostuvo mi dorso y lo beso sin apartar la mirada de mis ojos, todos los mandatarios tenían que besar mi mano ya que yo tenía más poder que todos ellos, solamente los que no querían quedar muertos con una bala en la frente lo hacían, nada obligatorio por supuesto.

Después vino Víctor que se arrodilló ante mí como si eso fuera necesario pero me sorprendió cuando me miró por debajo de sus pestañas que me daban asco por el simple hecho de que eran horribles y él pensaba que era atractivo.

Alexander sí que era atractivo, comento mi conciencia.

-Estamos aquí para protegerte Victoria, supimos que tus enemigos están de vuelta- dijo Calum sentándose en la otra punta de la mesa rectangular.

Lo miré con diversión al mismo tiempo que le respondía.

-Vamos Calum, tu y yo sabemos porqué estás aquí en primer lugar, sé que soy importante en el mundo de la mafia Francesa así que ahórrate la palabrería barata sobre que quieres protegerme porque te recuerdo que sin mí no son nada, ambos- le recordé.

Si yo moría uno de ellos tomaría mi lugar como gran líder, pero lo que ellos no sabían era que Máximo sería el heredero de todo lo que yo tenía, sobre lo que sin mi no eran nada era la purísima verdad ya que gracias a los Smirnova tenían tanto poder sobre el país, mis antepasados formaron grandes alianzas con los demás jefes de los otros países, varios de ellos morirían antes que el apellido que tenía muriera, si yo caía toda la mafia caería conmigo.

Víctor sonrió por lo que le dije a Calum pero no solamente era para él, gire la cabeza hacía mi costado derecho donde Volkova se encontraba sentado.

-¿Qué es lo gracioso Volkova? Si mal no recuerdo si yo quiero te pateo el trasero como a un peón- le dije haciendo reír a mis chicos que se pararon de sus asientos como lo hice yo.

Examine a mi alrededor al mismo tiempo que Carmen entraba por las puertas.

-La fiesta se realizará esta noche, los quiero atentos a cualquier inconveniente, Coba estará presente por lo que sus hombres se acoplarán a ustedes, nada de problemas- les dije a todos.

-¿Te alias con un búho?- preguntó indignado Calum al instante que se paraba sobre sus pies con molestia.

-¿Algún problema?- contraataque caminando por el espacio sacando mi arma de los bolsillos de mis pantalones de ejercicio.

Todos se quedaron callados viendo como me iba acercando a mi contrincante con tranquilidad, vi como Petrova comenzó a mirar hacía los lados tratando de observar cómo su querido amigo se quedaba parado en su posición en silencio, cuando estuve frente a su porte que quedaba grande a comparación mía pero no me importaba, nadie cuestionaba mis decisiones y mucho menos un miserable peón.

-No me hagas preguntar una vez más Calum- advertí con diversión.

-No.. hay nin... ningún pro... blema- dijo tartamudeando.

Suspire mientras dejaba liberar aire de mis pulmones con inocencia, le coloque una mano encima de su hombro al instante que le golpeaba con suavidad pero dejando en claro mi puesto.

-Me alegra que estés de acuerdo conmigo Calum, pensé que tendría el horrible placer de hacerte entender mis métodos que sé de antemano que conoces muy bien- le dije sentándolo de vuelta en su silla.

Llegué a la puerta y me giré sobre mis talones al mismo tiempo que veía como mis hombres me seguían con una velocidad inquietante para los invitados que no hacían más que temblar de una manera poco obvia para no quedar como unos débiles ante una mujer.

-La reunión ha terminado caballeros, esta noche a las diez se comenzará la fiesta, los quiero presentables y listo para una balacera si se pudiera presentar- les comente saliendo de ahí con mis servidores mientras gritaban de una manera exagerada pero así eran ellos.

Camine con normalidad por toda mi casa mientras escuchaba los murmullos de los hombres que veían detrás de mí, salí de mi vivienda al mismo tiempo que veía como había una fila inmensa de meseros, meseras y demás empleados que estaban listos para ser transportados hacía el salón donde se haría la celebración que tenía lugar como una fiesta de empresa para celebrar lo bien que nos va en los negocios, es idiota el pretexto pero fue lo mejor que se me ocurrió en un momento de desesperación.

Vi como ambos fuckboys salían de casa con la cabeza en alto y con una coordinación extremadamente elaborada por ellos dentro de mi vivienda, los salude con una sonrisa al mismo tiempo que mis hombres los agarraban de la ropa sin sutileza, espere con paciencia al instante que eran sacados mientras veían hacía mí y uno de ellos gritaba.

-Nos veremos esta noche- aseguró Calum sin perder el estilo.

El Adiós Dorado 1LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora