CAPÍTULO 27

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ALEXANDER VITAL

Dos mujeres bailaban a mi alrededor tratando de llamar mi atención mientras veía como la casa se llenaba de gente que realmente no me interesaba conocer en lo absoluto, la cabeza me explotaba por el simple hecho de no saber cómo había llegado Victoria a su nueva residencia, Isabella me había hecho el gran favor de sacarla de esa casa de muerte antes de que Máximo llegará para destruirla como era su plan inicial, y como sabía quería hacer conmigo.

De pronto mi collar comenzó a sonar con un peculiar sonido que me alertó de repente, siendo brusco empuje a las mujeres que estaban a mi alrededor al momento que me levantaba sobre mis pies y caminaba lejos de esa sala aparentando normalidad sin que nadie me prestara atención aunque dudaba que alguien se diera cuenta de mi arrebato.

Hice mi recorrido hacia fuera de la mansión a la vez que escuchaba las risas extrañas que emitían las personas que estaban presentes en esa gala que se dirigía hacía mi persona pero en este momento ella me importaba más que una maldita fiesta.

Prácticamente corrí hacía mi auto que abrió sus puertas cuando apreté el botón que estaba en el llavero, subí dentro con velocidad al mismo tiempo que el rastreador sonaba con la finalidad de decirme cuando y hacía donde se moviera Victoria, sabía que el chip GPS que le había implantado en el cuello a Smirnova no era la idea más llevadera que se me hubiera ocurrió pero sabía que ella lograría escapar lejos de mi por querer jugar al anonimato.

Estaba muy errada si pensaba que la dejaría correr lejos de mi sin que yo estuviera detrás de ella sin importarme qué podría pasar conmigo.

Salí disparado de la mansión al momento que veía por el retrovisor como dos autos más me seguían de lejos, suspire con resignación al mismo tiempo que analizaba mis opciones de generar una carrera en medio de las avenidas transitadas pero antes de siquiera pensar en mis posibilidades mi móvil  timbro con desesperación.

Tenía que perder a dos autos que me seguían, atender una llamada que me diría lo que ya sabía y mi mente no me abandonaba con  la imagen de Vic.

Atendí la llamada a la vez que doblaba en una esquina que me ayudó a sacarme de encima a Jeremy que derrapó dejando que el auto siguiera hacía delante sin poder detenerse, pero Johny no fue idiota y logró saber cual sería mi maniobra inicial pero me quedaban más trucos bajo la manga para él.

Esquive a una pareja que estaba caminando por la será al momento que yo corría una carrera de vida o muerte con alguien que ni siquiera conocía en profundidad, tome una rotonda logrando derrapar sobre el suelo pero tome el control nada que ver a Johny que  me perdió de vista al  momento en él cual me metía dentro de un callejón solitario donde podría estar por unos instantes.

Conteste la llamada mientras salía de la solitaria calle observando como todo a mi alrededor estaba en completa tranquilidad.

-Vital- gruñó Isabella al instante que contestaba a su llamada.

Sonreí cuando el collar volvió a pitar consiguiendo que viera por donde iba con total normalidad, estaba tratando de salir de la ciudad al mismo tiempo que los tipos de Nicolás trataban de distraerme con sus juguetes de luces.

-Se fue, la muy descarada, es que esa mujer me matará- murmuré más para mi que para la chica que escuchaba mis palabras.

-Dejemos de lado que te gusta y volvamos al tema de que se fue para luego unos hombres dejarme inconsciente por un suero- explicó con seriedad.

-¿Quién dijo que me gusta?- le pregunté saliendo despacio de donde me encontraba.

La oí suspirar por mi comentario al mismo tiempo que yo cortaba la llamada sin mucho interés en sus pequeñas quejas de que la han drogado con algo que no era letal, si lo hubiera sido en este instante ella no estaría respirando pero Victoria pensaba como yo, necesitábamos a la pobre mujer aunque no le agradará lo suficiente.
Acelere el paso al instante que veía la ruta más viable para llegar al departamento de Isabella para así poder fingir que me creía su maldita escapada, en pocos minutos derrape por segunda vez en la noche al momento que estacionaba sobre la cera de una manera poco común en mi, baje del vehículo dejando que la chica cuyo escape estaba en curso pensara que me dolía ver como ella se había ido.

El Adiós Dorado 1LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora