CAPÍTULO 2

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VICTORIA SMIRNOVA.

Papá me había encontrado hace unos minutos cuando sus hombres supieron de mi paradero, había desaparecido hace más de veinticuatro horas de casa.

Me había querido despejar de mi deprimente intento de encontrar una editorial para mi nuevo libro, ellos destrozaron mis ideales para poder convertirme en una escritora famosa para decirme sin medirse que mis manuscritos eran una basura para sus lectores, para mejorar mi ánimo decidí pasearme por el museo para admirar la espada de Hades, arma que se dice no fue utilizada por su Dios.

Me encamine por los pasillos que se partían en dos para dar dos paseos diferentes, pasee la vista por los objetos que se habían colocado en exhibición en las vitrinas pero de pronto me paré de golpe, frente a mi se mostró una figura de un porte relativamente alto que tenía en sus manos la espada que había venido a ver, me miraba entre los orificios del pasamontañas que tenía en su cabeza, pude observar la sonrisa socarrona que surcó sus labios cuando me examino de pies a cabeza.

A su alrededor se podía ver los cristales que rompió para poder tener en sus manos la pobre arma, pude apreciar también varias manchas que parecían pisadas de tacón como si en realidad hubiera sido otra persona y no él.

Esto era raro.

-Un águila- murmuró.

Observé su vestimenta y carecía de discreción cuando vi la hebilla de una placa policiaca que se alojaba a un lado de su corazón, dicho accesorio carecía de letras que me ayudaran a saber de quien en específico se trataba.

-Un búho por lo que veo, que contradictorio cuando ustedes tienen que proteger a los ciudadanos- comente colocando mis manos detrás de mi espalda donde tenía alojada mi arma favorita.

El hombre río por mi pequeño comentario al instante que colocaba la espada detrás de su figura, movió el objeto como si fuera una pieza fácil de manejar, iba a hablar pero las sirenas de los policías se hicieron presentes en cuestión de minutos pero cuando gire mi cabeza hacía él, el hombre corrió hacía mí con rapidez.

Reaccione al instante que levante mis manos enguantadas hacía la espada logrando desviar el primer golpe que el ladrón quiso dar, pero no se quedó ahí, se giró sobre sus pies largando una bomba de humo que inunda todo mi alrededor logrando que comenzara a toser por el contenido.

-Manos arriba- gritó una voz que conocía más que bien.

Hice lo que me pidió al momento que delante de mi Alexander Vital alzaba su arma sobre mi cara con una mueca de fastidio.

-Coba- "búho" le dije en ruso con una sonrisa en mi rostro.

-Aquila- mencionó bajando su arma.

Lo miré al segundo que mi familia hacía acto de presencia en la sala, papá fue caminando con velocidad hacía mi al instante que me sostenía en sus brazos, levantó mi cabeza hacía él, examino mis facciones por unos minutos al momento que se giraba hacía el policía que nos miraba con aburrimiento.

-¿Qué le has hecho a mi hija Vital?- interrogó papá con claro enojo.

Alexander sonrió por la pregunta que le hizo él hombre frente a él al segundo que le respondía con indiferencia.

-Su hija presenció un robo o mejor dicho, provocó un robo- comunicó con autoridad.

Papá río con fuerza al momento que me sacaba de ahí a toda velocidad, seguí su paso con rapidez a la vez que volvía la mirada hacía el policía que no me perdió de vista en ningún momento.

El Adiós Dorado 1LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora