CAPÍTULO 21

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ALEXANDER VITAL

Mi mente se quedó en blanco al mismo tiempo que mis ojos cedían ante el roce de sus labios consiguiendo que se cerrarán de a poco queriendo profundizar en mi primer beso con una muerta renacida de entre los muertos de la mafia Francesa, simplemente fueron unos instantes precoces donde me giraron dejando mi espalda en el suelo al mismo tiempo que Victoria observaba hacía los lados con los ojos entrecerrados pero yo no podía callarme.

-¿Te das cuenta que fue mi primer beso con una casi muerta y él tuyo con un policía?- interrogue con una sonrisa en mis labios por la simple interacción con ella sin que quisiera matarme.

-Tu solamente piensas que no he besado a más policías como tu- contraataco.

-Pero a ninguno que sea tan guapo- le dije riendo.

Sin verlo venir me golpeó en el rostro al instante que seguía observando lejos de nosotros sin dejarme levantarme de mi deprimente derrota como hombre, me había besado con la intención de callarme y no podía decir que no había caído más por esa chica porque me consideraría un mentiroso de alta calumnia.

-Se fue- murmuró sin volver su vista hacía mí.

No le conteste y me paré sobre mis pies consiguiendo que pudiera sacarme las pequeñas hojas que se colaron en mi vestimenta con facilidad, observé mi alrededor al momento que alcanzaba mi arma que se encontraba entre mis pantalones, Victoria levantó una ceja por la protección que tenía en mis manos al momento que hablaba.

-Eso es ilegal- me recrimino.

-No claro si esta feria de asesinos seriales es de lo más legal que hay en toda Francia- le dije riendo a carcajadas por su patético ataque.

La ignore como ella lo había hecho conmigo al mismo tiempo que caminaba con tranquilidad pero analizando mi alrededor mientras levantaba mi arma hacía mi cara, mientras me transportaba por el desolado bosque al instante que escuchaba las pisadas de mi compañera que me siguió en completo silencio, sabía que quería hablar conmigo sobre algo importante para ella pero en este momento me sentía de lo más idiota por ilusionarme por un condenado beso que al parecer no tenía sentido para ella como no lo tendría que tener para mí, ¿Que caso tendría? No era que tendríamos una linda relación como la de los libros que tanto le gustaban a mi contrincante y como también me atraían a mí en pequeños aspectos de mi alocada vida.

-Te dejaré ganar- mencionó de pronto sin dejarme avanzar mucho más allá.

Frene mi andar al momento que veía como el idiota llamado Napoli caminaba con Mario Benedetti con tranquilidad, veía en sus caras lo agotador que había sido esta caza insignificante para gente que no pertenecia a esta clase social que se escondía detrás de empresas que ganaban buen dinero con tratos delictivos que se llevaban a cabo por cuentas anonimas, para mi esta "Fiesta" como ellos lo llamaban era una matanza a sangre fria que personas poderosas planeaban para debastecer a diferentes organizaciones que sufrían con la perdida de las personas que comenzaban esta basofia de celebraciones.

-¿Puedo preguntar por qué? O simplemente me usas como a todos tus peones?- pregunté con la seriedad desbordando en mi tono.

El silencio fue mi respuesta, ella pensaba que conmigo como supremo para controlar desde el anonimato y jugar con mi cara hasta que no le sirviera para ningúna situación, analice mis pensamientos entorno a lograr encontrar la maldita bandera para terminar con todo por una vez por todas pero mi corazón me mandaba diciendo que le siguiera el juego y gobernará en el anonimato para seguir con mi puesto en las fuerzas armadas así encontrar el nombre real del Boss, que sin la ayuda de Victoria no la conseguiría por lo que me giré por completo quedando frente a frente a la chica de ojos azules que se frenó de golpe dejando que sus orbes subieran desde mi pecho hasta mis ojos que le devolvieron la intensidad con la que ella me observaba.

-Te propongo un trato- susurre hacía ella.

Victoria me observó con una sonrisa divertida en su rostro al momento que me dejaba continuar con mi propuesta de algún trato existente entre nosotros, tenía que trabajar en equipo si queríamos vencer y dividir nuestros intereses para llegar a algo más grande que nosotros, aunque si la vida nos premiaba capaz que lograremos la efímera paz que nos embargaba cuando estábamos juntos.

-Me llevarás al lugar exacto donde está la bandera porque se de antemano que tu querido Máximo te dijo donde se encontraba o por lo menos te dio un mapa aunque lo dudo ya que conozco tus faccionaciones por lo que se, este bosque es una de tus obsesiones extrañas- le explique con la tranquilidad que tendría si fuera otro el caso.

Ella se quedó callada pero tampoco era que tenía mucha intención de hablar al respecto ya que sin verlo venir unas manos enguantada se coló por mis hombros al momento que me sacaban de mi lugar de una manera rápida y concisa ya que volé lejos de la escena al momento que me golpeaba la cabeza contra uno de los árboles que rondaba por la vegetación de una manera inquietante, parecía que el mismo que había creado este lugar para las mentes retorcidas que esperaban atraer a sus víctimas para darles el adiós final.

Desorientado levanté la cabeza de las hojas al mismo tiempo que veía sombras que se movían de aquí para allá sin detenerse un instante, con las fuerzas que el golpe me había dejado me levanté sobre mis pies con un poco desorientado pero logré que mi vista se concentrará en cómo Victoria se encontraba acorralada contra el suelo mientras que el tipo sacaba una pistola con un silenciador colocado en la punta del cañon, mi sangre hirvió por el simple contacto que ese hombre tenía con ella consiguiendo que la lastimara y supe ese detalle cuando la escuché gritar una maldición.

No supe que me movió hacía el tipo pero lo único que sé es que en pocos minutos mi arma se encontraba enganchada detrás de su nuca al mismo tiempo que se separaba de a poco de su víctima con las manos arriba, pensaba que no estaba consciente que podría tener un as bajo la manga por lo que simplemente y sin correr más riesgos lo golpee consiguiendo que cayera sobre Victoria derrotado pero vivo, no teníamos mucho tiempo para tener una pelea limpia para hacer valer nuestros buenos movimientos de defensa.

Sin verlo venir se paró sobre sus pies y en un corte limpio le arrebató la cabeza, la extremidad cortada se alejó del cuerpo que sufrió una clase de extraño espasmo siendo así que se movió sobre el suelo por unos instantes, deje que se desquitara con el individuo que yacía muerto delante de ella, después de unas cuantas puñaladas más logre visualizar cómo extraía de sus bolsillo un pequeño sobre de color negro con un pequeño logotipo que parecía el de una marca de zapatos de segunda mano y eso lo digo por la vista poco periférica del objeto que carecía de determinaciones, parecía un zapato de mujer colo rojo.

La chica psicópata se alejó del cuerpo descuartizado al mismo tiempo que sostenía en sus manos llenas de sangre el sobre, sin más que hacer abrió dicha carta para luego observar hacía mi con una sonrisa siniestra me tendió la extensión de palabras al mismo tiempo que seguía su camino derecho sin inmutarse por las gotas de sangre que esparció por el suelo, ignore sus pasos de viva empoderada al momento que bajaba la mirada para leer la pequeña nota.

Cuida tus espaldas Victoria, alguien quiere destronar tu poderosa presencia  y mira que no le diré que no..
Boss.

Destruí la advertencia al mismo tiempo que le pisaba los talones, cuando llegue a ella conseguí escuchar como en silencio lloraba sin siquiera parar la marcha o limpiarse las lágrimas que salían a montones de sus ojos pero preferí hacerle sentir que estaba a su lado y donde ella quisiera que yo me encontrara ahí estaría ahí.

Le toque el hombro al momento que la hacía caminar sin dejarla mirar hacia mí, quería que fuera fuerte como lo era la mayor parte de los días, ella podía ser una sádica de categoría pero a esa chica nunca la destruiría porque en pocas palabras era indestructible y eso era lo que me atraía de mi ladrona favorita.

Seguimos caminando en silencio pero sin perder la mirada del objetivo, por sus  rápidos movimientos me daba una idea de la cantidad de árboles que teníamos que pasar antes de llegar al pase de oro, pero cuando menos lo espere ella se frenó de golpe haciendo que se tirara al suelo al mismo tiempo que me llevaba con ella en su bajada precipitada, ahí escondidos entre los arbustos me respondió.

-Tú lideras y yo vengare- me dijo.

-Todos caerán ante tus pies piccola , no lo dudes, no dudes de mí.

El Adiós Dorado 1LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora