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– Pequeña despierta, los demás te están esperando abajo para desayunar – La voz cálida de la señorita Aurora sonó por toda aquella habitación.

– Si...ya me levantó – Con las sábanas y las colchas me tape hasta la cabeza, quería dormir aunque sea unos minutos más.

– no te vallas a dormir, he – Solté una risas debajo de las colchas, para después salir de ellas.

– ¡No sé preocupe, le prometo que no me dormiré! – Sonreí mientras veía como se hiba.
– Bueno, ahora toca levantarme – Pensé, mientras que poco a poco aún con una poco de sueño me levantaba de la cama. Agarré mí uniforme y me metí al baño a cambiarme y lavarme, en pocas palabras prepararme.

Salí del baño ya lavada y cambiada, me encantaba como me queda el uniforme, era precioso, pero ahora me quedaba loas difícil, hacerme una chula alta, eso me costaba un montón, por lo que opte pedirle a algunos de mis tíos que me peinara.

– ¡Buenos días! – Saludé llegando a la sala, y recibiendo un “buenos días” de todos, incluida la señorita Aurora, quien estaba limpiando.

– ¿No te arreglarás tu cabello? – Me preguntó mí tío Kakucho, yo solo me acerque a el con el peine en mis manos.
– ya entiendo, quieres que te peine no es así? – Asentí, el me sentó en sus piernas, quedando yo con mí mirada al frente.
– Listo, quedaste como una princesa – Me halago.

– Gracias! – Con cuidado baje de sus piernas, para irme a sentar a mí silla.
– Mate cocido con pan picado, ¡mí favorito! – Sonreí mientras agarraba la cuchara para empezar a desayunar.

– Princesa, todavía está un poco caliente – Antes de que el tío Rindou dijera eso, yo ya me había quemado.

– ¡Quema quema quema! – Grite, me había quemado hasta la garganta.

– Toma pequeña – La señorita Aurora me dio un vaso lleno de agua, el cual agarre rápidamente y vertí en mí boca.

– *suspiro* ya...está mucho...mejor – Sonreí aún siguiendo tomando agua.
– Gracias señorita Aurora!, si no fuera por usted todavía me seguiría ardiendo mí boquita – Ella sonrió y se fue a seguir limpiando.

– Te dije que estaba caliente – Hablo mí tío Rindou mirándome.

– Pero me lo dije después que me haiga quemado!, no es justo! – Hablé.

– t/n el chófer te llevará al colegio, después nosotros iremos a recogerte – Voltee a mirar a papá.

– ¡Okey! – Respondí, para después seguir tomando el mate cocido el cual ya estaba un poco más frío.

– Señorita t/n, es hora de irnos – El chofer quien me hiba a llevar, habló entrando a al sala.

– Ya?, pero okey – Baje de mí silla y me puse mí mochila, para después irme a dónde papá y darle un beso en la mejilla.  – ¡Adiós!, nos vemos a la tarde! – Me despedí para después irme.

El camino hacia la escuela fue silencio, pero no incomodo, era un silencio agradable¿?.

– Señorita ya llegamos, baje porfavor – El chofer me habrió la puerta, por lo que yo bajé. – Por hoy la acompañaré adentro, ya que tengo que guiarla a su salón – Asentí, para después agarrarle de la mano y entrar en aquel grande colegio.

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