Ya sea de día o de noche, la pequeña t/n siempre encuentra el momento exacto para escapar...
No se escapa y se va para siempre, si no que solo lo hace para estar un rato afuera, poder sentir el aire pegar en su rostro...
Aunque ese día no fue así...
- ¡Hola papá, tíos! - Los saludé mientras buscaba un lugar vacío para poder sentarme también.
- Ven pequeña, siéntate aquí - Voltee a mirar al tío Ran quien con su dedo me señalaba sus piernas, sonreí para después irme a sentar.
- ¡Gracias por dejarme sentar en sus piernas tío Ran! - Agradecí con una sonrisa en mí rostro, que el después me devolvió.
- ¿Cómo te fue hoy en colegio t/n? - Me preguntó papá mirándome de reojo, eso me hizo acordar los de los apodos.
- Muy bien!, hice una amiga, y no solo eso, también nos pusimos apodos, eso hizo que recordará al tío Sanzu! - Mí tío Sanzu quien antes estaba con la cabeza para atrás se dedicó a mirarme y ponerme atención. – Creo que es obvio que en el físico no, pues ella es más bonita – El tío Ran con el tío Rindou empezaron a reírse, mientras que mis otros tíos se estaban aguantando la risa, y papá, bueno el seguía con su cara seria.
– Jajaja te dijo feo jajaja – Hablo riéndose el tío Ran, el tío Sanzu me miraba con una cara de enfado, trague en seco.
Básicamente no pude seguir hablando, ya que ya habíamos llegado a casa, el chófer fue quien bajo primero para irnos a abrir la puerta. Me estaba por bajar de las piernas del tío Ran, pero él me alzó en sus brazos, y después me bajo cuando entramos a casa.
– Toma esto, y ve a cambiarte – Papá me entregó una bolsa, la agarre y me fui a la habitación a cambiarme.
Al llegar cerré la puerta y saque lo que había dentro de la bolsa, mis ojos se iluminaron, era un conjunto con una hermosa falda, y un dibujo de un osito en medio.
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No perdí ni un segundo, rápidamente me metí al baño y me cambié. Al salir me fijé como me quedaba en un espejo que había por allí, me encantaba como quedaba, me veía un poco tierna¿?. Sin más baje a la sala, mis tíos estaban sentados en la mesa, esperándome a mí.
– ¿Si sabes porque te hicimos cambiar o no? – Negué con la cabeza ante la pregunta de mí tío Kokonoi.
– Más idiota no es porque no quiere – Infle mis cachetes al oír lo que dijo mí tío Sanzu, el cual segundos después fue golpeado por papá en la cabeza.
– t/n, hoy es tu cumpleaños – Hablo papá, me quedé sorprendida, pues si sabía que hoy era mí cumpleaños, pero yo que recuerde nunca les dije que día era mi cumpleaños.
