Secretos

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Los días pasaron y el otoño acabó, por fin podría comenzar a recibir visitas.

-Te ves felíz, Harry.- Mencionó Tom sirviendo un poco de té caliente en dos tazas, ahora era costumbre para ellos dos tomar una bebida caliente luego del almuerzo.

-Lo estoy.-

-Me alegra, aunque el motivo no tanto.-

Harry había convencido a Tom de dejarlo trabajar desde su mansión, algo así como trabajo remoto, de esa manera podía seguir ayudando a sus amigos con su empresa y de paso desentenderse un poquito de sus preocupaciones.

Las cosas habían cambiado mucho con su desaparición; los gatos llegaron sanos pero solo Neville los recibió, la visita a las diferentes sucursales las hizo Draco con Theodore, Charlie regresó a donde sea que Charlie regresaba y, como evento extraordinario, el nombre de Oliver Wood aparecía como accionario de la empresa.

-¿Cómo está Granger? Recuerdo que ella es la única que medianamente podía ayudarte.- Preguntó Riddle tomando un largo sorbo de su té, Harry siguió mirando los libros en la estantería concentrado.

-Está bien, me apoyó mucho todo este tiempo. Gracias a ella salí medio limpio de Tsukumo.- Respondió sacando un libro, caminó hasta la silla enfrente de Tom y se sentó dispuesto a leer. Nada mejor que un buen libro para un té sin azúcar.

-Oh... Tsukumo. Sí, lo recuerdo.- Tom estaba incómodo.

-No te mortifiques Tom, es tu apellido no tú.- Harry sabía que Tom Riddle era inversor de Tsukumo, financiaba la empresa bajo el nombre de su familia, por eso le era difícil no sentir culpabilidad frente a Harry.

-Debí haberte ayudado, Harry. Lo siento mucho.-

Harry cerró el libro y suspiró, alguien más le había dicho algo similar. -Tom no podías, ni siquiera podías visitarme o hablarme o escribirme, sé muy bien que no hubiera salido bien si intentabas hacer algo, ni para ti ni para mí.-

Tom escuchó y movió su cabeza asintiendo. Si se trataba de hablar sobre el pasado Harry era un vencedor invencible para los Riddle y la mayoría de Malfoy.

La tarde pasó con tranquilidad, Harry trabajando al lado de Tom y Tom trabajando al lado de Harry, sin hablar o hacer algo más, solo siendo uno al lado del otro.

-Tom cariño.-

-¿Si? Harry cariño.-

-Quiero ir a un parque de diversiones.-

Luego de una larga hora haciendo pucheros y lanzando quejas penosas Harry logró que Tom accediera a salir de la mansión con un destino fijo: Un parque de diversiones.

En la mañana Harry por primera vez se había levantado antes que Tom. Cepillo sus dientes, tomó una ducha rápida y con alegría fue hasta la cocina, se sirvió un plato de fruta un poco más grande de lo normal, sirvió dos vasos con agua y procedió a comer. Al acabar dejó los platos en la mesa y, como novedad, fue a despertar a Tom. Él se encontraba profundamente dormido, pues para lograr llevar a Harry Potter a un parque de diversiones sin Hermione, supervisora mamá, Granger necesitaba mover muchas influencias y la noche anterior se había desvelado firmando una serie de contratos de dudosa procedencia, los cuales para Harry no tenían menor importancia.

-Despierta Tom.- Harry se sentó al borde de la cama en la que Tom dormía, intentó despertarlo de varias formas pero ninguna dió resultado. Lo único que logró fue que Tom se diera media vuelta y siguiera durmiendo.

"Situaciones desesperadas medidas desesperadas." Harry salió de la habitación hiperventilado, agitado, con las mejillas sonrojadas y los ojos llenos de lágrimas. Sabía que si actuaba con prudencia podría lograr que Tom le debiera algo. Buscó con la mirada una bata blanca y por suerte la encontró.

Palabras que no existen [Darry/Harco] FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora