Amor

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-¿Ahora qué hacemos con el pequeño injerto de Harry?-

Aquel fue el nombre que le dieron los gemelos al pequeño hijo del desaparecido Tom. Un niño idéntico a Harry, de no más de seis años con la preciosa peculiaridad de no entender más que unas pocas palabras en francés; Draco lo había encontrado en el fuego cruzado del Laboratorio Riddle, justo cuando la cabeza de Tom habia rodado el niño apareció. 

-¿Lo qué debimos haber hecho apenas lo encontramos?- Pregunta con ironía Draco, observando con cierta discresión al niño, era realmente parecido a Harry. Hasta podía apostar que había sido hecho con el ADN del real, porque Tom pudo haber hecho cosas brutales pero en esencia maravillosas.

-¿Prenderle fuego con su papá?-

-¿Darle amor y clases de inglés?-

-¿Abandonarlo en el laboratorio en cenizas por si vuelve a arder?-

Los gemelos, tal como era costumbre, llenaron de ideas un poco catastroficas el ambiente, tal vez para despejarse, tal vez para asegurarse de que ninguna se llevara a cabo; pues nada mejor que una broma para salvar el cuello de alguien vivo.

-No suena mal.- Susurró Draco silenciando el insensante rodar de las ideas de los gemelos.

-No lo harás.- Declaró Harry.

-No lo haré entonces.- Aceptó Draco. Los gemelos suspiraron.

El niño era la copia nada barata de Harry, era imposible que Malfoy actuara en su contra. Más aún guardaban todos cierto recelo con cualquier ser vivo de desprendiera el aroma de los Riddle y ese niño lo dejaba hasta en el agua con que se bañaba.

-¿Y si lo damos en adopción?- Preguntó Victor mirando el rostro del pequeño clon que concentrado aprendía como saludar en diferentes idiomas. -Si ustedes no lo quieren, podemos encontrar alguien que sí lo quiera.-

-No es tan fácil, Victor.- Murmuró Harry sentandose en el suelo, Bulgaría tenía un clima horrible en invierno, pero el verano era precioso, ni muy caliente ni muy frío. -Ese niño si vive será un Harry en sociedad, tendrá que aprender que solo por tener un rostro similar al mio recibirá mucha atención, sea deseada o no; Tom hizo mucho daño Victor, más del que él mismo  sabía.-

Draco se sentó al lado de Harry, pasó un brazo por encima de los hombros de Harry y lo abrazó como queriendo consolar esa parte aún rota que nunca había logrado arreglar.

-¿Me lo puedo quedar yo?- Preguntó Victor acariciando el delicado cabello rizo del niño. Harry negó. -Entonces, ¿me puedo ir?- Harry volvió a negar, Victor suspiró y, vencido, se sentó al lado del niño en el sofá, juntos igual de vencidos por un espectro de belleza y su sombra clara.

-Por ahora volveremos a Inglaterra, retomaremos la normalidad y él... Su nombre será James Potter, vivirá con nosotros luego de nuestro retiro.- Anunció Harry mirando los ojos de Draco. -Hermione se encargará de los procesos legales, él por lo que entiendo no existe entonces será fácil.-

-¿Cuándo nos iremos? Digo, el uniforme de doctor me queda espectacular pero no  tanto a Fred.-

-Sigue soñando, me veo más sexy que tú.-

Y con la sutil pelea de los gemelos establecieron el tiempo para volver. Habían sido unos largos meses lejos de casa y de todos aquellos que eran casa de Harry. 
Al volver, lo primero que encontraron fue una sucursal llena de gatos y mucho trabajo acumulado, dos jefes preocupados pero felices de volverlos a ver y una vida dulce y efervescente por volver a vivir.

-¡Neville, te extrañé tanto! No creeras quien nos dio un tour por Bulgaria...- Harry comenzaba a narrar las cortas partes lindas de aquel viaje tan desesperante para todos los que le esperaban, Neville lloraba en brazos de Harry asegurando que todo estuviera donde lo había dejado, llorando un poco más al sentir las multiples vendas en el cuerpo de Harry, aún en reconstrucción.

Luego de ser consolado pasó a los brazos de Draco, sorprendido de ser bien recibido. Olió la ausencia de perfume, sintió la fuerte presencia de los analgésicos y escuchó el crujido de las suturas jalar la piel que aún no se mantenía junta por sí sola debajo de las vendas. Lloró un poquito más y agradeció la vida de sus amigos.

La normalidad les abordó de nuevo pasados dos meses, dos largos meses de visitas inesperadas a media noche, dos meses de lágrimas no lloradas, dos meses de reproches e inseguridades, de traumas y amores jamás abrazados. 

-Entonces se irán con James a Italia para...-

-Para ser allí, Hermione, simplemente para ser.-

-¿Estoy invitada?-

-Siempre estás invitada, lo sabes.-

-¿Y Malfoy está de acuerdo?-

-Lo estará.-

-Hmmm.-

-No te preocupes, puedes ir luego, no tienes que abandonar tu vida por seguir la mía.- Harry bebió un sorbo de su té, hizo una mueca, agregó tres terrones de azúcar y volvió a beber, está vez sonrió. -No tenemos nada por lo que preocuparnos a parte del tiempo que siempre es preocupante.-

-Suenas como él.-

-He estado bastante tiempo con él de nuevo. Algo de miel debe quedarse adherida a mi piel.- Hermione sonrió.

-Entonces nos veremos en Italia. Saluda a James de mi parte y... Y a Malfoy también.-

-Siempre estás cordialmente invitada a nuestra eterna fiesta de té, lo sabes ¿verdad?-

-Lo sé y lo agradezco, pero no es mi lugar, es el tuyo Harry.- Hermione se levantó, besó la cabeza de Harry y se fue sonriendo. Por fin podía creer en un futuro feliz para su amigo, sin amenzas constantes, sin denuncias ilógicas, sin acosadores que secuestraran su familia y luego lo forzaran a hacer cosas que no quería.

El viaje de Harry y Draco había comenzado hacía muchísimo tiempo atrás, algunas partes se separaban por uno o dos vagones, pero siempre volvían a donde les juntaba la causalidad: Siempre volvían a casa.

-Está es nuestra casa James, recuerdalo.-

-Casa. Nuestro.-

-Exacto, nuestro hogar.- Corrigió Draco acariciando la cabeza del niño, recordando levemente que no debía tocar su cuello, nunca.

-¿Entrar vida?- Preguntó James tomando la mano de Harry, simulando como Draco le hablaba. Dulce y mecanico, tal como evitaban que se volviera. 

Harry sonrió y respondió: -Juntos.-

-Juntos- Repitió James.

-Juntos, amor.- Repitió Draco.


Tras unos años le llegó una carta a Hermione con una foto de Harry y Draco juntos en una cabaña donde el sol es suave y calido, el pequeño Harry ahora era un poco más grande y terriblemente parecido a Harry.

Eran felices donde fuera que estuvieran y eso era suficiente para Hermione.

Fin.

Palabras que no existen [Darry/Harco] FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora