Besos y abrazos y más besos

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Las semanas siguientes fueron suaves y tenebrosas.

-Conocer Bulgaria con un bombón bulgaro al lado, ¿Pude pedir algo mejor?-

-En efecto, conocer Bulgaria con un bombón bulgaro al lado sin tener un francotirador en tu cabeza.-

Los gemelos eran rápidos, inteligentes y graciosos. Apenas conocieron a Victor lo llenaron de "tradiciones" que eran la excusa predeterminada para aprovecharse de su hospitalidad.

-Entonces, ¿cuál es el plan?- Preguntó Victor después de besar las mejillas de los gemelos y de Charlie por su "tradicional saludo".

-En esencia yo soy el plan.- Dictó Draco después de besar los labios de Harry por su tradicional saludo. -Pero yo me divido en varias etapas.-

-Es simple: Tom me busca, yo me escondo. Yo busco a Tom, él se esconde. Ahora que no tiene un porqué seguir con el juego vamos a acabarlo.-

-Seguro. ¿Qué tengo que hacer?-

Al llegar a Bulgaria Harry y Draco se movieron con agilidad, visitaron lugares clave para su plan, hicieron contactos, pagaron trabajos y se impregnaron el uno en el otro, por si fuera la última vez, por si alguno no regresaba. Todo parecía más diplomático de lo que era, Tom les pisaba la sombra con los puños apretados y armado hasta los dientes. Ahora que sabía que Harry ya no lo quería más haría lo que desde un principio planeó: "Si no es mío no será". La cabeza de Harry peligraba. Eso era lo importante. Eso era lo único que importaba, ahora que Remus y Sirius estaban confesando y seguros Harry era la prioridad. Aún cuando la historia de su sueño se cayera por vacíos no podían parar a preguntar la verdad. Aún cuando la traición rompía los huesos de Harry no podían dejar de correr.

-Necesito que la policía esté.- Declaró Harry pasadas dos semanas luego de su llegada al país. -También quiero periodistas y cualquier publicidad posible.-

-Lo pides lo tienes.- Respondió Victor saliendo de la habitación, comenzando a llamar, comenzando a hilar la red de emergencia para Harry y Draco.

-Ustedes vinieron como herramientas y actuarán como tal.-

-¿Auch?-

-Deben entrar al edificio, como doctores o como pacientes, no me importa como pero tienen que estar dentro ¿Entendido?- Preguntó Draco, en menos de tres días todo debería estar preparado.

-Bien.- Respondió Fred. -Quiero una bata blanca y un carnet de doctor.-

Draco guardó silencio observando con los ojos entreabiertos a los gemelos, los había conocido antes, sabía que no tenía razones para sospechar de ellos pero algo olía mal cuando les daba autoridad. -Como pacientes entonces.- Dijo y se marchó.

Fue un jueves. Tom llegó en la mañana, abrigado con un gran abrigo azul. Harry siempre creyó que el azul le quedaba un poco mejor que el verde.

-¿Cómo sigue tu costado, Harry? No debiste hacer algo tan...-

-¿Peligroso?-

-No, no... Yo diría más dramático.-

Juntos tomaron un sorbo del café cargado que ofrecían como consuelo al personal médico del hospital. Juntos vestidos como algo que no eran. Juntos fingiendo ser lo que creían debían ser.

-Dramático entonces... Estoy bien, curiosamente tengo más apoyo del que creía en los lugares que menos esperaba.- Respondió Harry, acomodando su corbata roja. -¿Cómo sigue el negocio? ¿Aún hay accionistas?-

-Siempre habrá accionistas, más cuando dos experimentos caminan sanos y salvos a la luz del día.- Respondió Tom sonriendo, mirando con casi ternura el rostro de Harry. -Tus tíos son mi mejor inversión hasta el momento, aunque no fueron del todo sinceros estoy dispuesto a perdonarlos... Y a los Malfoy de paso.-

-No creo que sepas el peso del perdón Tom, precisamente porque estamos aqui, hablando, intentando llegar a un acuerdo.-

-¿Vas a huir de nuevo?-

-Nop, tu vas a huir. ¿Recuerdas al más joven de los Malfoy?-

-Draco, por supuesto que lo recuerdo. ¿Qué con él?-

Harry bebió de un sorbo el café que restaba en su vaso de papel, disfruto la sensación espesa del azúcar en su boca y sonrió. -Él aún me ama.-

La persecución de Draco tardó cuatro semanas, era violencia en su estado más puro; mientras Harry se escondía en una clínica oncológica y jugaba con los gemelos Weasley Victor, Charlie y otras tantas personas saturaban cualquier parte de la ciudad con información sobre Tom, sobre su presunta huida y, más que nada, sobre el oscuro pasado que cargaba.

Si algo odiaban los Riddle era la lástima. Mucho más cuando venía de personas que consideraban inferiores, como todos en realidad.

La caída de Tom tardó seis meses, seis meses en los que fue resentimiento, odio y vulnerabilidad. Aunque su caída no fuera la más limpia se aseguraron de fracturarle las piernas para no tener que volver a derribarlo.

En seis meses Draco logró establecer un nuevo lenguaje de lastima, odio y discriminación; ahora Tom Riddle era una paría social y, definitivamente, el ser más desafortunado del mundo, pues su sospechosa desaparición desveló los indiferentes secretos que guardaba con recelo respecto a Harry, a su vida y a sus sentimientos; porque el odio es tan similar al amor si se le quita su deseo inicial... Uno es el deseo de preservación vital mientras que el otro es de exterminio. Tom se acercaba más al segundo, pero no pueden culpar al rostro del pecado sino al pecado mismo, nunca recibió amor y nunca supo cómo lidiar con él... Pobre hombre que intentó amar con las herramientas equivocadas.





Yep, casi lloré sangre pero creo que luego de dos años voy a terminar por fin esta historia :')
Una disculpa a quienes esperaron y se rindieron, y dos a quienes aún tienen esperanza... Sinceramente espero que ninguna persona sufra los dolores de la esperanza por tanto tiempo sin respuesta.

Estara trabajando en el capítulo final. Reitero mis disculpas... 

Palabras que no existen [Darry/Harco] FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora