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Las visitas de Monty disminuyeron significativamente hasta llegar a ser nulas. Sun se sentía un poco decaído. Todo había pasado de estar muy bien a arruinarse cada vez más ¿Por qué?¿Por qué parecía que le arrebataban su "felices para siempre"?

Por la noche, Moon tenía como orden principal buscar que no hubiese ningún humano en el área, habían arreglado todas las cámaras de seguridad pendientes, por lo que ya no pudo acercarse a la habitación del caimán.

Solo un par de veces tuvo que capturar a un par de intrusos. Todos adultos. Los llevó directamente ante Vanessa y ya no supo más de ellos.

De su mente no salía Monty.

Ya ni siquiera cruzaban miradas. No había oportunidad de ello, y por ahora la Luna no sabía de ningún punto ciego en el que citarlo. Tendrían que seguir así hasta nuevo aviso.

"Pronto" se convencía a si mismo Sun mientras abrazaba a su Monty de peluche, su favorito, incluso antes de conocer al real en persona, su favorito porque olía a limón y el cabello era muy suavecito.

Monty había sentido demasiado estrés y frustración esos días, por lo que decidió esconder a sus peluches del DayCare attendant; así en ninguno de sus ataques de ira quedarían dañados, y solo los metía a su pecho y los traía consigo cuando llegaba a tocar alguna limpieza.

Por su parte, Freddy sabía más de lo que aparentaba, sin embargo, seguía actuando como si nada pasara, como si nada de las cosas importantes tuvieran la mínima importancia. Se convencía a si mismo que era una mala racha, o que a la larga todos aprenderían a vivir así o se olvidaría.

Grave error.

Tres niños desaparecidos en un mes.

Dos demandas desviadas.

La tensión en el ambiente no paraba. Chica se obsesionó con un sabor de pizza la semana siguiente y casi la aplasta el compactador de basura.
Daba miedo como Roxy se la pasaba hablando consigo misma casi toda la noche.

Los niños no sabían nada de eso. Los pequeños eran inocentes y su mundo estaba lleno de azúcar, juegos y pizza. A ellos no les angustiaba si podían perderse y nunca volver con sus padres, ni si aquellos robots que les encantaba eran solo piezas de metal o si había algo más.

Bueno, casi todos los niños solían ser así.

Moon miró a su alrededor, sabía el miedo que causaba su presencia. Era un animatrónico que aparecía en medio de la oscuridad con sus brillantes ojos rojos a decirte que durmieras, claro que daba miedo. Intentaba asustar a los niños diciéndole que si se alejaban demasiado de sus padres, monstruos podrían capturarlos, y esas historias estaban ocultas tras la máscara de cuentos infantiles para dormir.
Por qué el día en que debiera cumplir su parte del trato, no podría negarse.

Hasta ahora, Vanessa había cumplido con su parte, así que debía hacer lo propio.

Algo mucho más grande que ellos estaba ocurriendo. Lo presentía.

Un mal antiguo y latente.

Algo que los vigilaba y que recién despertaba.

No sabía exactamente qué, pero algo. Y parecía el único consciente de ello. O bueno, casi el único.

Deseaba desvelar el misterio, sin embargo temía por su propia integridad y la de Sun. Ya no habría más piezas para ellos. Así que solo quedaba esperar lo mejor.

Pero, quizá, lo mejor tardaría un poco en llegar. Antes algunas cosas debían pasar.
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Eclipse Reptiliano =Glittergolf History=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora