✨26🪐

42 6 0
                                    

Freddy se había despertado esa mañana algo apretujado en la pequeña cama de la habitación doble de huéspedes. En la cama continua dormía Vanessa, y Gregory usualmente dormía en la cama canguro que salía de esa cama, o en su defecto en el suelo junto a Mary en alguna pijamada en la propia habitación de la niña. Al final del día, aún eran invitados en esa casa.

Pero no es que estuviera incómodo, por el contrario, el calor que emanaba del conejo que dormía hombro con hombro a su lado era bastante acogedor y ver su perfil dormido daba una paz enorme que se asentaba cálidamente en su pecho. Esto le permitió tener algo más de confianza y darse despacio la vuelta para quedar de costado hacia el conejo y abrazarlo con cuidado.

Habían pasado apenas unas semanas desde que Bonnie regresó y la carga emocional había sido por mucho enorme. No quería dejarlo solo con nada, quería que su querido conejo supiera que estaría siempre ahí para él, y quizá no tenía todas las respuestas pero estando ambos sabía que podían resolver todo juntos de alguna forma u otra.

—Buenos días Freddyboo —saludo en un susurro adormilado Bonnie al oso que con los brazos le cruzaba el pecho en un abrazo—. Es una buena forma de despertar...

Freddy sonrió ante el comentario, abrazando un poco más cerca al conejo.

—Buenos días, Bonnie. Espero hayas descansado bien.

En aquel momento estaban solos en la habitación, pues Vanessa salía temprano a trabajar y ellos prefirieron perderse el desayuno con tal de estar otro rato recostados. No fue p— el reocupación de los humanos esa decisión, ''quizá solo necesitaban algo de batería extra, estuvieron ayer en muchas actividades''.

Se miraron a los ojos lo que pareció una eternidad vaciada en segundos.

No había necesidad de demasiadas palabras, pero Bonnie aún alberga algunas dudas sobre cosas que no había podido preguntar.

El oso androide se acercó un poco de cara hacia el hocico de Bonnie, extrañándose cuando fue detenido por la mano ajena. Algo de eso le puso algo triste.

Nunca le había negado un ''cariñito''. 

—Oye, tenia unas... preguntas —inició Bonnie con algo de timidez, bajando la mirada.

—Oh, claro ¿Qué sucede?

—Hmmm, bueno, ya sabes, tu y yo éramos... —cuanto más lo pensaba, el tema era más difícil de abordar—. Bueno, ahora. Ahora somos... ¿Somos como Sun, Moon y Monty?

Decir que fue lo único que se le ocurrió para no fallecer de la vergüenza era quedarse cortos.

El pensamiento comparativo llegó en último instante cómo una referencia fugaz ¿Quienes más si no? El doctor estaba divorciado, había dos niños en la casa y las dos chicas estaban solteras.

Freddy pareció, más que no entender la pregunta, no entender qué quería realmente preguntar con ello, así que atendió de igual manera a lo primero que vino a su mente. De una forma tan seria, porque realmente no planeaba decir una tontería. Lo expresó con total seriedad.

—Bueno, nosotros solo somos dos.

—Pffff —el conejo no apenas pudo atrapar entre sus propios labios la carcajada que amenazó por salir. Eso aligeró el ambiente un poco, haciendo que el oso sonriese antes las risitas que el conejo dejó salir. Expresó en palabras de inmediato lo siguiente mientras tapaba parte del rostro de Freddy con una mano. No podía con esa cara— ¡Jajajaja! ¡No me refiero a eso, osito bobito!~

Freddy entrecerró los ojos ante la mano en su cara e intentó quitarla de el camino que daba a Bonnie, entrelazando los dedos en la misma al bajarla. Algo nervioso al respecto de qué era exactamente lo que refería el conejo con esa pregunta.

—¿Entonces? ¿A qué te refieres?

—A esto... —dijo Bonnie mientras se calmaba y evidenciaba las manos que los unían con una pequeña seña con la cabeza y un lindo apretón— ¿Qué nos hace?¿Tenemos lo mismo que tiene Monty y los gemelos? ¿Una especie de... relación especial o algo así?

El silencio de un Freddy pensante angustió por algunas fracciones de segundo a Bonnie. 

—Creo que... —empezó Freddy ante un Bonnie esperanzado— Tenemos algo muy especial. Si —acarició las mejillas del conejo intentando poner en orden sus propios sentimientos y pensamientos, para que no salieran tropezados, intentó estar tranquilo al expresarlos—.  Durante mucho tiempo, creo que desde que te vi por primera vez, supe que quería que fueras alguien con quien siempre compartir momentos. y quisiera que nunca dejase de ser así. Sería muy feliz si estuviéramos siempre juntos ¿Tu qué opinas?

A Bonnie le brillaron los ojitos.

Que palabras más dulces.

No esperaba alguna etiqueta o alguna propuesta cursi, pero en definitiva esto era mucho mejor.

—Definitivamente, sé que quiero estar contigo... para siempre. Sin importar lo que pase.

Ambos se sonrieron con los rostros acalorados y los motores en su pecho acelerados.

Acercaron sus rostros y se permitieron un dulce roce de narices que terminó en un aún más dulce toque de labios a ojos cerrados, sintiéndose juntos. Enamorados.

En aquella peculiar casa los días eran agradables cómo lo eran las noches.

Bueno, casi todas las noches.

Eclipse Reptiliano =Glittergolf History=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora