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Había despertado a eso de las 9 de la mañana. Cuando la casa estaba casi en total soledad. El padre de viaje de negocios ,la mayor de las hermanas a la universidad y la más pequeña a el colegio.

Vagó un poco por entre los cuartos buscando en qué entretenerse. Primero los baños, luego el pasillo, bajó y revisó toda la planta baja hasta que unos ruiditos lo hicieron subir hacia los dormitorios.

En el cuarto de Catherin se había quedado el despertador encendido, así que procedió a desconectarlo y cerró la puerta al salir. La habitación de la más pequeña de la casa contaba con una desordenada cama así que también se entretuvo un poco en eso. No había mucho más que hacer para ese día.

Pero aquellos ruiditos siguieron entrando a sus oídos. La curiosidad mata al gato, pero el gato muere sabiendo, dicen por ahí.

Caminó por entre las habitaciones en busca de la fuente de esos sonidos tan curiosos. Moon seguí asiendo tan ágil y silencioso como siempre lo había sido. Poco tiempo le había costado acostumbrarse a su nuevo cuerpo y sus nuevas capacidades.

Se quedó quieto y aguardó para poder deducir de dónde provenía el sonido.

Su derecha.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco veces escuchó esos soniditos provenir de la habitación justo a su derecha. Era el cuarto de Gator. La puerta estaba solo emparejada al marco de a puerta, sin cerrar.

Asomó ligeramente la cabeza por ese diminuto espacio que le permitía ver un poco hacia dentro.

Lo que vio lo hizo dar un pequeño saltito hacía atrás y en el descuidó provocó que uno de los cascabeles en su muñeca (que aún usaba por costumbre) sonara estrepitosamente.

Ho, no.

No. 

No.

No.

No estaba mal, ya había visto a su hermano besar a su novio varias veces. Lo único diferente en esta situación es que Sun estaba en el regazo del mayor demasiado apegado, demasiado cerca. No había visto tal intimidad antes.

Y ahora sería descubierto espiando.

 En pleno shock no pensó en esto último, por lo que cuando iba a echar a correr, una mano delgada como la suya lo tomó por el brazo.

—¡Moon! ¡Buen día! Al fin despiertas —saludó el rubio homologo con mucha energía y positividad. Diablos, a veces sentía que en serio irradiaba luz de Sol— ¿Ya desayunaste?

Moon intentó zafarse de ese agarre pero solo la fuerza sirvió, quitándose de un tirón. Iba a huir pero desgraciadamente se le ocurrió mirar al rubio. ¿Cómo huir de esos ojitos preocupados y llenos de inocencia?

—No he desayunado.

El Sol pareció vacilante en su siguiente frase,como sin saber cómo continuar la conversación.

—¿No quieres ... —tentó suerte tomando las manos de Moon- intentar algo nuevo?

La Luna estaba curiosa, había que ser sinceros, así que sin decir nada se dejó guiar. Sin decir nada, sin nada que pudiera decir.

—Te aseguro que será agradable. Ven.

El Sol parecía tranquilo mientras lo guiaba hacia dentro de la habitación tomándole la mano. Todo era nuevo en ese territorio al que lo llevaba.

De pie, Monty, quien vestía solo un shorts cómodo y lucía su pecho y piernas verdosas al descubierto, miró al albino que al verlo sonreía tímido.
Ambos se acercaron a él y él se encargó de abrazarlos a ambos al mismo tiempo, fuerte y cálido contra su pecho mientras los hermanos le rodeaban los hombros con un brazo respectivamente.

Eclipse Reptiliano =Glittergolf History=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora