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- ¿Qué coño haces aquí?

Segundos atrás había aparecido Noah junto a su actual novia y varios de sus populares amiguitos y amiguitas de la universidad. Haig quería ser tragado por la tierra inmediatamente. Sentía las manos temblorosas de Meredith sobre su pecho, el cual se movía de arriba abajo rápidamente. El rizado iba a separarse de la chica para encararse con el quarterback, pero la oji verde le detuvo agarrándole de la chaqueta.

- Será mejor que te largues Prentiss -amenazó Haig

- Vamos Styles -habló Noah riendo- Este es un lugar público, no puedes echarme

- No eres bienvenido aquí -se volvió a ir hacia él, pero ella le detuvo de nuevo

- ¡Que pena! Porque no veo ningún cartel que me prohíba la entrada

El quarterback se acercó a ambos quedando bastante cerca del rostro del rizado. Meredith hacia su mayor esfuerzo por detener al rizado, lo cual estaba resultando bastante complicado. Finalmente, Noah lanzó una sonrisa y con un gesto de cabeza hizo que su grupito de amigos le siguiese. Haig se separó de la morena bastante asqueado. Se sacudió su ropa alisándola, ya que gracias a los puños apretados de su acompañante esta había quedado arrugada. Le miró desde la distancia con los ojos inyectados en rabia. La morena se acercó a él, pero este solo dio otro paso más hacia atrás, volviéndose a alejar de ella.

- Haig...

Pero el rizado simplemente negó con la cabeza y siguió al grupo de populares de la universidad. Llegó hasta donde se encontraba Jason, que miraba incrédulo a su alrededor, reconociendo fácilmente aquellos rostros. Se bajó del coche acercándose a su amigo, al cual se le veía bastante enfadado.

- ¿Qué coño está pasando aquí?

- Tengo que irme

- Ni se te ocurra -le detuvo agarrándole de la muñeca- No van a ganar, no está vez

- No quiero que sepan quien soy -susurró evitando las lágrimas

- No eres peor que ellos, demuéstrales de una vez quien es Haig Styles

- Jason... -dijo cansado

- ¿Van a echarte de tu propia casa? -pregunto cruzándose de brazos- Porque a mí no

Haig le observó. Jason también parecía ser una persona totalmente diferente a la que era en la universidad. Eran amigos desde hacía varios años, ya, se conocieron en los últimos cursos del colegio y desde el primer momento conectaron. No les gustaba llamar la atención, pero después resultaban ser las personas más extrovertidas y divertidas.

Jason conocía Clock desde hacía menos de un año, cuando al terminar el colegio Haig ya tendría la mayoría de edad y legalmente podría competir en Clock, sintió que necesitaba un aliado, no solo en la universidad, también fuera de ella y se lo tuvo que contar todo. Jason era la persona más feliz cuando llegaba a Clock, parecía que había nacido para estar allí. Animaba a la gente, disfrutaba de las carreras, conocía gente nueva, también traía gente nueva... era el mejor socio que Haig había podido encontrar.

El rizado miró de nuevo como aquel grupito poco a poco se hacía con su lugar, interrumpiendo las charlas animadas del público, robaban cervezas y nadie podía decirles nada, reían escandalosamente mientras miraban a los amigos. Meredith llegó hasta ellos hiperventilando, ya que había corrido para acercarse a ellos.

- No puedes irte -habló ella observando como Haig quería dirigirse a su moto- Esta es tu casa, basta ya de que ese matón haga y deshaga a su antojo en cualquier parte

- Es la primera vez que estoy de acuerdo con ella -confesó Jason

- Haig, toda tu familia te lo ha dicho. Esto no es algo que tengas que esconder, es tu trabajo, tu vida, tu casa

- Voy a ser el hazmerreír de la universidad -dijo enfadado Haig

- Demuéstrales quién eres -dijo Meredith mirándole a los ojos- Aquí nadie se va a ir – dijo en voz alta y todo el mundo calló al escucharla- Ha venido gente nueva, hay que enseñarles como funcionamos aquí

Todo el mundo, incluidos el grupo de la universidad, les observaban desconcertados. Haig miraba a la morena fijamente a los ojos tratando de hacer algo útil. Meredith se acercó de nuevo a él abrazándole.

- Sé salvaje -le susurró al oído

E inmediatamente los ojos de Haig se ablandaron, como si aquella palabra fuese capaz de apaciguar a una fiera. Sintió las manos, acariciarle la espalda lentamente. El rizado cerró los ojos ante aquel gesto y la morena sintió como los músculos agarrotados de la espalda se relajaban bajo su tacto. Sonrió suavemente sobre el hombro del oji verde. Se separó lentamente.

- No te vayas -pidió Haig

- No lo haré, estaré aquí esperando a mi campeón

Haig se separó de la chica, acercándose lentamente al capitán del equipo de futbol mientras todo el mundo, incluidos Meredith y Jason, le observaban. Noah se cruzó de brazos cuando una sonrisa nacía en su rostro. El rizado cambio inmediatamente el rol de su personaje. Esa noche no sería el Haig que acudía a la universidad y no se relacionaba con nadie, aquella noche seria Haig Styles, líder de Clock Street, sucesor del mismísimo Harry Styles y salvaje por mucho tiempo.

- Bienvenidos -le tendió una mano el rizado- Acabáis de entrar en Clock Street -la sonrisa de Noah se desvaneció- Os enseñaré como trabajamos aquí -dijo aún con la mano en el aire

El grupo entero, junto a Noah, arrugaba el entrecejo porque no entendían la actitud de aquel chico frente a él y tampoco lo que estaba queriendo decir. El resto del público junto a Meredith y Jason sonreían al observar la actitud de su líder. Respetuosa, calmada y limpia, aquel era el verdadero líder de Clock Street.

- Creo que esto que haces aquí no es demasiado legal -habló Natalie cortando el silencio sepulcral

- Te invito a quedarte y descubrirlo

Meredith se cubrió la boca evitando que una carcajada saliese por ella. Jason la miró sonriente y agacharon la cabeza mientras se carcajeaban. Haig los escuchó en la lejanía y la sonrisa se le contagió, observando inmediatamente como el cejo de aquella rubia se arrugaba.

- Bien -recogió su mano, no aceptada- Vamos a enseñar a nuestros invitados como ruge Clock

Todo el mundo vociferó asustando a los nuevos asistentes. La música de nuevo se hizo presente y Haig les dio la espalda acercándose a sus amigos que aún reían. Aunque Meredith dejo de reír cuando observo como el rizado, se acercaba decidido hacia ella. Sintió unos labios estrellarse junto a los suyos y miles de gritos volvieron a surgir alrededor. Llevo una de sus manos a la nuca del rizado y la otra a la mejilla mientras este la atraía a él con una mano en su trasero y otra en su baja espalda. Se separaron después de unos segundos y el corazón de la morena latía rápidamente.

- Gracias -dijo Haig

- No tienes que dármelas -susurró ella

- Lo siento por lo de antes -ella negó sin importancia

- Ahora sal ahí y haz que se convierta en realidad

DESPITE EVERYTHING // HAIG STYLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora