Tres, dos, uno, ya.
Fue lo último que pudo escuchar Meredith. Trató de mantener la calma a la vez que aceleraba con todas sus fuerzas. Tratar de evitar colisionar contra cualquier elemento era vital para ella. Era todo o nada. Sentía la presencia del coche de su novio junto a ella. También podía sentir como este la observaba por la ventanilla del copiloto. Sin embargo, ella no separaba la vista de la carretera. Sus nudillos estaban blancos de apretar el volante.
Haig la miraba orgulloso. Desde luego no iba a dejarla ganar, así no se hacían las cosas y la morena le estaba poniendo bastante complicado aquello de sacarle ventaja. La tomó desprevenida en la curva, hizo la misma táctica que en la carrera anterior y consiguió sacarle unos segundos de ventaja.
Meredith golpeó el volante con fuerza observando como el rizado se escapaba de ella. No pudo hacer nada, Haig ya había cruzado la línea de meta. Frenó rápidamente y se mantuvo en el interior del vehículo sosteniendo el volante aún. Observó como su novio se acercaba al coche y sonriente abría su puerta.
- No sonrías -dijo algo disgustada
- Lo has hecho genial, Mer
- No mientas, me estabas dejando ganar
- No te he dejado ganar en ningún momento. Me lo has puesto realmente difícil
Se miraron y la morena supo que no le estaba mintiendo. Haig no era ese tipo de personas, sabía que dejarla ganar para que ella se sintiese bien no había sido su plan. Finalmente, se acercó a él besándole.
- Ha sido increíble verte competir -susurró en su oído Haig
- No me puedo creer que la primera carrera en coche que te he visto haya sido contra mi
- Mi padre tenía razón, lo siento por haberte menospreciado
- Solo querías ponerme a salvo -dijo besándole la mejilla
Rápidamente, el grupo que había aclamado a Haig minutos antes se acercaron a ellos y comenzaron a felicitar a Meredith. Al fondo observó como Harry aplaudía sonriente. Harry Styles, leyenda de Clock Street le había enseñado y ahora parecía un padre orgulloso aplaudiéndole.
Se acercaron a ellos y tomaron unas cervezas brindando con todos.
- Por una nueva generación de corredores -dijo Harry elevando la lata
- Y porque esta generación traiga a más con ellos -añadió Zayn
- ¿Ya nos estás forzando a que tengamos hijos? No creí eso de ti papá -dijo Alejandra haciendo reír al resto
- Por seguir formando esta familia tan especial -dijo Haig sosteniendo la cintura de la morena mirándole a los ojos
- Por Clock Street -habló Louis- Por los que estamos y por los que nos dejaron -terminó mirando a Harry
- Amén -dijo Harvey bebiendo su cerveza
Todos le imitaron llevando la cerveza a sus bocas. Se sentía tan bien estar rodeado de su familia, sabiendo que al fin acogían con agrado a Meredith. Haig se detuvo a pensarlo un momento, la morena había llegado en el coche de Harvey por lo que cuando todos se dispersaron y su novia se fue junto a su prima, este se acercó a su tío que charlaba distraído con sus padres.
- Tío, ¿podemos hablar un momento?
Ambos se acercaron a la zona especial de sus padres. Aquel lugar se había convertido en un refugio para todos y al matrimonio le encantaba poder compartirlo junto a sus seres queridos.
- ¿De qué querías hablar, sobrino?
- ¿Por qué has llegado junto a Meredith?
- Bueno... Últimamente las he estado ayudando
- ¿Ayudando? -preguntó confundido el menor- ¿A qué te refieres?
- Le estoy ayudando con el divorcio
Haig se esperaba de todo menos aquella respuesta, sin embargo, le agradó saber que después de todo su tío quería ayudarlas.
- Están viviendo en mi casa las dos -Haig abrió los ojos- Por eso Meredith no te ha dejado ir a verla, porque ya no están en su casa
- Espera, espera... ¿Todo esto ha pasado en estas dos semanas?
- Si -suspiró el adulto- Me sentí decepcionado cuando Sonia me contó lo que ocurrió, pero después de saber que su marido la golpeaba no pude quedarme quieto
El menor le observó detenidamente. No era solo cuestión de caridad, había algo más.
- ¿La quieres?
Harvey relajó los hombros tragando saliva. Sabía que su sobrino no era tonto y que sabía muy bien todo lo que estaba ocurriendo.
- Nunca he dejado de hacerlo -confesó finalmente
- ¿Os habéis...?
- No -dijo rotundamente- Ella está centrada en otras cosas ahora mismo y no quiero que se sienta obligada a nada
- Ella también te quiere
- ¿Cómo sabes eso? ¿Te lo ha dicho Meredith?
- No hace falta que nadie me lo diga, tío. La primera noche que os reencontrasteis me basto para verlo. Como te abrazó, como te miraba, no quería separarse de ti ni siquiera cuando el imbécil de Noah apareció...
- He conocido a muchas mujeres en mi vida, pero nunca he podido tener nada serio con ninguna
- Porque siempre has estado enamorado de Sonia -finalizó Haig
Continuaron charlando un rato más, pero de pronto escucharon pasos en el pavimento de gravilla. Ambos se giraron y Meredith caminaba lentamente hacia ellos. La miraron y ella se acercó a ellos.
- Siento interrumpir, tu padre me ha dicho que tienes otra carrera -dijo tímida
- Gracias Mer -dijo Haig besándole los labios
- Ahora te alcanzamos sobrino
El menor asintió y se alejó dejando a ambos a solas.
- Nunca había visto a mi sobrino mirar así a nadie
- Tengo mucha suerte de tenerle
- No sé que tiene este lugar, pero todos hemos conocido aquí al amor de nuestra vida
- Sé que quieres a mi madre, Harvey. Lo sé porque ella te quiere tanto como tú a ella
- Meredith, tu madre no está obligada a nada
- He crecido toda mi vida viendo que no existía ni una pizca de amor en sus miradas. Nunca supe que era el amor hasta que conocí a Haig...
- Me gusta que os tengáis el uno al otro -dijo Harvey
- ... Y ahora es la primera vez que estoy viendo ese sentimiento en la mirada de mi madre
- ¿Por qué dices eso?
- Mi madre lleva enamorada de ti toda la vida
Harvey agarró todo el aire posible ya que aquella conversación estaba resultando más difícil de lo que él creía.
- ¿Sabes una cosa? -añadió ella- Vuestra hija no fue el error
- Meredith... -trato de interrumpir el mayor intuyendo lo que estaba por decir
- Yo fui el error. Yo le uní a mi padre irremediablemente
- No digas eso
- Pero me gusta ver que ambos lucháis por estar juntos
- Escúchame -la interrumpió el rizado- Tú eres el tesoro de tu madre. Ni mi hija, ni tú fuisteis ningún error. Quizás no seas mi hija, pero cuando te miro siento lo mismo que sentiría si fueses mía -dijo agarrándole las mejillas mientras se le aguaban los ojos- Nunca pienses que fuiste tú quien nos separó a tu madre y a mí. Ahora estás aquí tratando de juntarnos y no sé cómo habría sido mi hija, pero con tal de ser la mitad de buena y bonita que eres tú, yo me siento el más afortunado del mundo
Meredith sollozó, nunca nadie le había dicho aquellas palabras tan sinceras y bonitas. Ni siquiera su padre y tener frente a ella a aquel hombre diciéndole eso era lo más parecido a un sentimiento fraternal que jamás había vivido.
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DESPITE EVERYTHING // HAIG STYLES
Romance¿Qué pasa cuando todo el mundo quiere que te conviertas en alguien que no puedes ser? La desesperación te consume, te aviva la ansiedad, te crea falsas expectativas. Sin embargo, tienes que encontrar otro camino, uno que te permita ser quien eres. ¿...