- ¿Qué haces aquí? -preguntó entusiasmado Haig
- Tu tío me dijo que hoy era tu primera carrera en coche y no quería perdérmelo -Haig cambió su expresión facial- No me digas que me lo he perdido
- La carrera acaba de terminar
- Vaya... -dijo cabizbaja
- No te preocupes, competiré esta noche más veces
La noche pasaba tranquila. Meredith y Alejandra se habían hecho rápidamente íntimas. Cuchicheaban sobre chicos, sobre como era Haig de pequeño e infinidad de cuestiones más que la mayor deseaba contarle. Meredith estaba pasándoselo en grande, hablar con la prima de Haig era como estar con una mejor amiga, lo cual recordó al momento que ya tenía amigos.
Harry y Haig se habían apartado para echar un vistazo a su nuevo coche. El adulto tenía miedo de que alguna pieza en el interior del capo hubiese resultado defectuosa, aunque en realidad quería tener un momento a solas con su hijo.
- Parece que lo vuestro va en serio -rompió el silencio Harry
- Si... -sonrió el menor mirando a su novia- Me hace muy feliz, papá
- Yo tenía tu misma edad cuando conocí a tu padre. Aquella noche no la olvidaré jamás
- ¿Sabes? Me habría encantado ver vuestra historia de amor
- No te hace falta verla hijo -dijo Harry distraído
- ¿De qué estás hablando?
- No te hace falta verla porque ya la estás viviendo
Después de aquello, ambos rizados observaron a Meredith y a Harry le recordó a cuando Louis solía cotillear con su hermana mientras él arreglaba sus vehículos. Era evidente que su hijo estaba viviendo la misma historia de amor.
Louis les observaba con mucho detalle, a pesar de estar junto a su mejor amigo era perfectamente capaz de mantener la vista en su marido y prestar atención a la conversación.
- Es tan raro estar aquí todos -dijo Niall y Louis le observó- Nunca imagine verme aquí con mi marido, mi mejor amigo y mis hijos y sobrino
- Parece mentira -añadió el castaño- No sé qué habría pasado si aquella tarde me hubiese quedado haciendo las tareas de clase -ambos amigos rieron
- Estoy muy orgulloso de ti Lou, has formado una familia preciosa
- Ambos lo hemos hecho, hemos seguido juntos después de tantos años y después de tantos problemas
- Al principio venir aquí me daba pavor, pero míranos ahora. Casados con los líderes
- Tío, tío -interrumpió Alejandra acercándose a ellos- Meredith acaba de decirme que quiere competir
La morena dijo aquello tan alto que todo el mundo, incluidos Harry y Haig se giraron para mirarla. Meredith se encontraba avergonzada jugueteando con sus manos. Padre e hijo se miraron y el menor se dirigió hacia su novia.
- ¿Has oído primito? Tu novia quiere competir
Todos parecían contentos y de acuerdo con lo que la chica deseaba, sin embargo, Haig trataba de buscar algo en su mirada que le dijese lo contrario. No le daba miedo que compitiese, se moría de ganas de verla subida en un coche, pero si le daba miedo que hubiese tomado aquella decisión influenciada por todo lo que le rodeaba.
- ¿Estás segura? -preguntó el rizado
- Llevo muchos días pensándolo y sí, quiero competir
- Nadie te obliga a que lo hagas
- Competir da dinero ¿no?
- Si, bueno... Se genera de las apuestas que hace la gente
- Necesito ese dinero -concluyó Meredith
- Yo puedo dart...
- No Haig, necesito ese dinero para sacar a mi madre de esa casa y que se pueda divorciar de mi padre. No es tu obligación dármelo
- ¿Has conducido alguna vez?
- Bueno... Me saqué el carnet el año pasado, pero no he vuelto a conducir
Haig se comenzó a poner nervioso. Las carreras ilegales no eran como conducir por Oxford Street. Las carreras ilegales eran un juego constante de pies y manos al mando de un vehículo. Tenía que ser capaz de moverlo con rapidez y agilidad. Por mucho que Meredith quisiese conducir, no estaba capacitada para hacerlo.
- No creo que sea buena ide...
- Veamos de qué es capaz -interrumpió Harry
Toda la muchedumbre vociferó. Meredith sonrió, pero Haig miro con alerta a su padre. Estaba claro que la morena no era capaz de competir y su padre la había puesto a los pies de los caballos. La masa de gente se movió hacia la línea de salida, sin embargo, Haig se apresuró a agarrar del brazo a su padre.
- ¿Qué estás haciendo? ¡No puede competir!
- Primera regla como líder de Clock Street, hijo. Si alguien quiere correr, se le deja
- Papá, no sabe conducir...
- ¿Sabes una cosa, hijo? Tu padre tampoco sabia conducir, ni siquiera tenía el carnet y me ganó en una carrera. Y no, no le dejé ganar
El menor soltó lentamente a su padre y este se marchó junto a la oji verde. Decidieron que competiría con el coche de Harry ya que era más práctico y sencillo para conducir. Ambos se montaron en el coche, Harry le estuvo enseñando como utilizar el coche y la chica sorprendentemente se acordaba de como manejar.
- Está bien, arranca y da un acelerón fuerte. Si lo haces bien no se te calará y saldrás quemando rueda
Aquello no era demasiado recomendable para un coche, sin embargo, si la morena era capaz de hacer aquello iba a ser capaz de poder conducir sin problema.
Arrancó el coche, fue soltando poco a poco el embrague y antes de soltarlo aceleró tan fuerte que el coche salió disparado. Los asistentes gritaron cuando lo hizo y Harry se enorgulleció de ella.
- ¿¡Lo he hecho!? -preguntó entusiasmada
- Claro que lo has hecho -sonrió Harry
- ¿Por qué has contradicho a Haig?
- Porque ha estado a punto de cometer el mismo error que hice yo. Yo traté de evitar que Louis sintiese atracción por los coches, tanto así que cuando tuve mi primer accidente él no quería volver aquí. No se les quita el miedo a las cosas huyendo de ellas.
- Sé que le da miedo que lo haga, pero necesito hacerlo para ayudar a mi madre
- Si quieres algo, lucha por ello Meredith. Aunque todo el mundo te diga que no
- No quiero que se enfade conmigo -dijo cabizbaja
- Conozco a mi hijo y no lo hará
Dieron la vuelta hacia la línea de salida y Harry salió del coche dejando sola a la morena en el interior. Una chica, con un pañuelo en la mano, paso al lado de su coche situándose frente a ella. De pronto escuchó el rugido de un motor y al mirar por su ventanilla, observo como Haig en su coche se ponía a la par. Se miraron y ambos sonrieron. Haig le guiñó el ojo y ella regresó su mirada al frente apretando fuertemente el volante.
- ¿Estás listo? -señaló a Haig y este hizo rugir su coche- Sé que tú lo estás -señaló a Meredith y asintió despacio haciendo rugir su coche como Harry le había enseñado- Tres... -levantó un brazo- ... dos... -levantó el otro- ...uno... ¡YA! -grito agachándose
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DESPITE EVERYTHING // HAIG STYLES
Romance¿Qué pasa cuando todo el mundo quiere que te conviertas en alguien que no puedes ser? La desesperación te consume, te aviva la ansiedad, te crea falsas expectativas. Sin embargo, tienes que encontrar otro camino, uno que te permita ser quien eres. ¿...