Incidente.Un terrible incidente ocurrido durante la boda real de la hermana menor del rey Aslan Relish.
El hijo mayor, el príncipe Ameer Relish, fue secuestrado durante la celebración. Nunca se hallaron sus restos o se lo encontró y posteriormente se le dio por muerto. El niño de apenas seis años de edad fue visto por última vez la mañana del siete de agosto del año 1784 en el palacio real.
La hija menor, la princesa Lynette Relish, fue la única que no sufrió la misma suerte. La niña que todavía era una bebé y quien la reina llevaba en sus brazos aquel día, se salvó de un terrible futuro.
Los periódicos hablaban siempre de lo mismo "La trágica historia del príncipe que desapareció" "¿La familia real está maldita?" "Winlet sin futuro" "¿Quién será el nuevo rey?"
"Sin duda Winlet es uno de los reinos más bellos de toda Europa, sin embargo, eso no quita la preocupación de sus winletianos al querer tener la misma vida cuando sea gobernada por una pareja nueva, sobre todo de una princesa que no se sabe nada" La frase que una vez un conde del reino de al lado pronunció y fue una revolución.
"Winlet está en buenas manos, la princesa que pronto será reina se hará cargo de todos, ella es buena y hermosa" fue la respuesta de una mujer de alto rango del mismo reino.
Sí, una princesa que es forzada a ocupar el trono, obligada a casarse con alguien que ni siquiera conoce, esa princesa que según todos era bella, buena y admirable para las niñas del reino, pero la opinión de ella no la contaban, sí una princesa —pensé en mi mente.
Sonreí falsamente y acomodé los mechones que salían de mi peinado. Me miré una vez más en el espejo grande de mi habitación y salí cautelosamente para evitar ser regañada por no presentarme en la comida.
Caminé por el palacio tratando de no aburrirme, un lugar grande, lujoso y llenos de cuadros, cuadros de los mejores pintores de la época. El lugar tenía una apariencia oscura que le daba un toque de misterio y depresivo. Los pasillos llenos de muebles y ventanas que daban vista a un majestuoso jardín con diferentes tipos de plantas, árboles y frutos que crecían para llamar la atención de los visitantes. Justo al lado había un bosque, que cuando era niña solía esconderme entre las penumbras de aquel lugar, al frente se ubicaba el cementerio real donde dormían plácidamente las personas más importantes del reino. Envidia.
—¡Majestad!
La voz de ella sonó por todo el pasillo haciendo que salga de mi burbuja de tranquilidad y devolviéndome a mi tediosa vida. Giré para poder verla eh imaginar el pequeño teatro que me armaría y así fue.
Leonor estaba con los brazos cruzados, con su misma expresión de bruja de siempre, lentes redondos plateados muy bien limpiados que reflejaban mi figura; su cabello largo, negro y oscuro que lo tenía amarrado en una cola de caballo mientras que su vestido verde aceituna le tapaba todas las rodillas y las mangas sus brazos alargados. Su mirada se cruzó con la mía y supe que es lo que venía a continuación.
—Ahí está, la estuve buscando por todo el palacio, sus clases ya empezaron y le recuerdo que el señor Peter no tiene todo el tiempo del mundo, además tengo muchas cosas que debería estar haciendo para el baile real —articuló con tono de molestia—. Así que, majestad, ¿podría ayudarme cumpliendo su deber?
La detestaba.
Leonor me estaba preparando para lo que debía ser en mi vida, para el propósito por el cual había nacido, ¿cuál era? Convertirme en reina de Winlet, casarme con un príncipe que ni siquiera conocía y tampoco me interesaba.
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Rareza en el trono de la belleza [✔]
Misterio / SuspensoUna princesa. Un asesino. Un hijo perdido. Una familia vacía. Un traidor. Un secreto. Una venganza. Winlet, un reino bastante famoso con una reputación intacta, la familia real y sus plebeyos. ¿Quién diría que un reino escondería tantos secretos? ¿L...