Rareza en el trono de la belleza [✔]

VIII

Recuerdos.

Mi mente seguía pensando en lo que había pasado aquel día. Todavía escuchaba aquel susurro que hacía estremecerme cada vez que lo recordaba, aunque no sabía si fue real o creado por mi mente. Emma dijo que no había nadie en mi habitación cuando fui a buscarla, estaba temerosa y casi llorando.

Habían pasado tres días del susto y todavía no estaba recuperada del todo, aunque no volvió a pasar porque ahora dormía con ella, por lo que pasaba la mayor parte del tiempo en compañía.

Caminamos hasta el escenario, se escuchaban murmureos de todas las personas que estaban a la espera de una respuesta, de lo que estaba pasando y todo Winlet estaba presente. Las mujeres llevaban a sus pequeños hijos en sus brazos y sus expresiones reflejaban preocupación. Aslan esperó que todos hicieran silencio para poder tomar la palabra mientras que Adeena y yo esperamos de pie, con las manos cruzadas en señal de respeto.

Winlet siempre fue un lugar de pocas personas, la mayoría tenía recursos y vivían cómodamente por lo que había muy pocas personas que merodeaban por el reino lo que hacían que haya pobreza. Mi padre mandó construir refugios para las personas sin hogar, así como orfanatos donde se les daba buena vida a los pequeños y se les brindaba educación.

Los guardias del reino hacían justicia siempre y a las personas que desobedecían o incumplían alguna norma se les encerraba en el calabozo o si el delito era grave se le desterraba. No había privilegios para los que tenían más dinero y siempre ganaba la justicia, por todo esto Winlet, era catalogado como el reino más seguro y en el que todos querrían vivir para siempre e intentaban hacerlo, pero mayormente no se podía ya que mi abuelo estableció en su reinado que el reino contaría con un solo número de habitantes para evitar la sobrepoblación y así se hizo.

El guardia que anunciaría la llegada del rey, pidió silencio para escuchar las palabras de mi padre. Pasado de cinco minutos la plaza principal quedó en silencio y las personas impacientes por saber cuál sería el discurso del rey.

—Ciudadanos —inició mi padre, levantando la mano—. Me temo que ahora estamos pasando por una situación difícil. Hay un asesino que ronda nuestro reino amado, no sabemos si es un grupo o es uno solo, tampoco sabemos si es mujer u hombre. Lamento informar que no tenemos pistas de nada, los guardias están haciendo su mejor trabajo posible. Sabemos que es la primera vez que en Winlet pasa esto, hubo asesinatos y ladrones, pero pudimos dar con el responsable, además que la forma en la que lo hacían no era tan desastrosa como el actual. Entiendo su preocupación y su temor, yo también temo por mi familia y por ustedes. Mi más sentido pésame a todos aquellos que han perdido seres por culpa de aquel asesino o asesina, juro que cuando demos con él, ella o ellos pagarán con la guillotina, pero para lograrlo necesitamos su ayuda... es por eso que les pido que estén atentos por si algo pasa, si ven algo extraño ya sea la mínima cosa llamen al guardia enseguida. Se deben tomar medidas extremas por lo que de ahora en adelante está totalmente prohibido salir de sus respectivas casas después de las ocho de la noche en adelante, la persona que se encuentre en la calle entre las ocho y siete de la mañana irá al calabozo. Es por su seguridad que no salgan solos, los guardias vigilarán cada rincón de Winlet. Estas medidas nos ayudarán a menorar el número de fallecidos y cuando sepamos más sobre el asesino sanguinario o asesino de Winlet como lo llamamos, les haré saber en una reunión, por lo pronto les pido no confiar en nadie ya que ahora mismo el asesino puede estar entre nosotros. Eso es todo y gracias por su atención.

Todos aplaudieron, con la misma expresión de siempre para luego ir despejando la plaza en silencio y dando pase al carruaje que nos esperaba para volver al palacio, lamentablemente el viaje resultó molesto.