Capítulo 4

143 20 0
                                    



Los ojos de la castaña mostraban la tristeza que había en su corazón, había perdido a todos los que amaba, Pietro, Horus, Tumnus, Corian. Sus grandes amigos ahora solo estaban en su memoria y corazón, incluso Eliot había sido acabado después de la masacre e invasión. Caspian entendió aquello, pero aún así debía continuar por si solo. El asintió con un movimiento de cabeza antes de salir de la casa del tejón para poder seguir a Elianne hasta su propia morada, solo serian ellos los que irían en busca de los demás narnianos para luchar. Tomo su espada adelantándose a él hasta llegar a su cabaña. Caspian observo con asombro ese lugar, el estaba acostumbrado a habitaciones oscuras y sin vida, en cambio ese pequeño lugar estaba lleno de vida y colores. Eliane abrió la puerta permitiendo que el pelinegro ingresará primero.

— Partiremos al medio día. Si estas de acuerdo claro.

— Prefiero ir solo... no puedo ponerte en riesgo.

— ¡Ja! Me se defender príncipe, he matado a los tuyos por muchos años y salí ilesa. Mira, no soy cualquier persona ¿Sí?

— He escuchado historias...

— ¿Historias? ¿Sobre quién?

— Sobre ti. Reconocí tu nombre apenas lo escuché mi lady. Mi tutor un día me contó sobre una brava guerrera que había peleado junto a los reyes y reinas de Narnia. Había un dibujo de ti y tu espada. Imaginaba tu rostro mientras el relataba lo valiente, lo fuerte que eras. Pero... - Se mantuvo en silencio un momento. – La imagen que tenia de ti es diferente, te imaginaba mas grande, como una gigante. – Elianne comenzó a reír a carcajadas por las palabras dichas por Caspian, esta solo puso un poco de fruta en la mesa para él. – No te rías, era solo un niño. Pero ahora que te veo, eres mas hermosa y no dudo de tus habilidades.

— En algo tienes razón joven príncipe. Si luché junto a ellos, me mantuve al lado de ellos. -Elianne recorto a Peter, acaricio con sus dedos la joya que aun mantenía en su dedo, pues esa promesa aun debía ser cumplida. – Ahora come algo, es un largo trecho que debes seguir. Te acompañare.

— Gracias Elianne.

— No me des las gracias, aún tengo ganas de cortarte la cabeza. -Dijo como broma, ambos comenzaron a reír por sus palabras.

Ella escucho parte de su historia, como había logrado escapar de las manos de su tío gracias a la ayuda de su tutor, ese anciano había sido realmente valiente. Caspian había perdido a sus padres a temprana edad y al igual que ella su familia se reducía a nada. De alguna forma sintió empatía por él, estaban en la misma situación. Ambos querían luchar por lo mismo, conociéndolo se estaba dando cuenta de ese joven era bueno y sus intenciones eran legitimas, darle su confianza seria algo apresurado, pero estaba dispuesta a correr el riesgo por el bien de la mayoría, reunir a los narnianos para luchar por lo que les pertenecía por derecho.

El sol estaba ya en lo más alto, al calor comenzaba a sentirse y el suave viento contra su cabello, Caspian estaba encantado con la belleza de su acompañante que no dejaba de sonreír ante cada paso que daban, ella era hermosa, tanto por dentro como por fuera. Ambos avanzaban en silencio por el bosque, ella comenzó a tararear las melodías que Pietro cantaba para ella, incluso la voz de la chica era cautivante. Elianne se detuvo de golpe, Caspian la imito para girarse hacia los arboles tras ellos.

— Los podemos oír. -Dijo la castaña al darse cuenta de quien los venia siguiendo. Buscatrufas y Nikabrik se asomaron. La chica solo rodo los ojos y continúo avanzando. – Son tercos como mulas.

— Es que yo creo que deberíamos esperar a los reyes y reinas. -Menciono el tejón, Elianne se detuvo de golpe pues no había pensado en eso. – Bien, pero Elianne sabes que tengo razón. -Caspian se adelanto ignorando al pequeño animal. – Bien vete, veremos si tu solo logras convencer a los demás. Dudo que sean igual de comprensivos.

— Buscatrufas, basta. -Elianne refunfuño.

— Tal vez vaya contigo, será muy gracioso verte explicarle todo a los minotauros. -La castaña estaba conteniendo la risa al notar como Caspian se quedaba congelado.

— ¿Minotauros? ¿Son reales? -Cuestiono un confundido Caspian.

— Y tienen un genio de los mil demonios. -Dijo la castaña mientras avanzaba hacia ellos.

— Y además son gigantescos. Inmensos. -Se burlo el enano.

— ¿Y los centauros también existen?

— Pues los centauros probablemente peleen a tu lado. -Menciono el tejón. - Pero no sé qué decidan hacer los otros. 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las crónicas de Narnia y la guerrera del bosque Oeste libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora