Continuación del fan fic la guerrera del bosque Oeste libro 1.
Todos los personajes pertenecen a C.S Lewis, a Excepción de Elianne que es de mi creación.
No leer a menos que hayas leído la primera parte.
Elianne había despedido a su primer amor, ese amor que pensaba seria eterno. Pero entendió que el lugar de Peter era en su mundo con los suyos. Apretó el anillo en su mano una vez que lo vio partir. Con una sonrisa en su rostro comenzó a recordar cada noche con el, cada beso y abrazo e incluso las peleas que casi le habían separado, pero ahora todo eran buenos recuerdos. Su corazón no estaba roto como aquella vez, pues al menos ahora había podido decirle cuanto lo amaba. Se quedo de pie frente al árbol, todos comenzaban a alejarse. El atardecer era el más hermoso.
— ¿Sigues aquí? -Cuestiono Caspian que la había observado desde hace un rato.
— Si majestad.
— ¿Qué harás ahora?
— ¿A que te refieres?
— Que si volverás al bosque Oeste.
— Ah. Eso. -Se giro quedando frente a él. – Si me lo permites majestad. Me gustaría quedarme aquí.
— Solo con una condición. -Esta alzo las cejas con cierta curiosidad. -Que no me digas majestad. Eres mi amiga Eli. Ahora vamos adentro, hare que preparen un cuarto para ti
— No hace falta. Puedo dormir en algún árbol. -Este rodo los ojos ante lo terca que podía llegar a ser. – Perdón, es la costumbre.
Los años avanzaban, los pocos enemigos y traidores del reino habían sido apresados, la paz había crecido a lo largo de Narnia. El todo el reino se hablaba del buen rey, de lo noble, justo y amable que era con su pueblo. Y muchos otros mas se preguntaban cuando el rey encontraría una reina para ellos. Los rumores abundaban por las calles de Telmar, muchos decían que el Rey Caspian ya había encontrado una y que estaba perdidamente enamorado y otros decían que el jamás llegaría a casarse. Sobre un caballo llegaba una joven doncella ya conocida que había partido hacia algunos meses para visitar su antiguo hogar y viejos amigos del pasado, ella era recibida como una más. Habían sido largos meses fuera del reino, estaba cambiada, su piel estaba un poco mas tostada y su cabello más corto, pero seguía siendo la chica mas hermosa y claro feliz.
— Majestad. -Interrumpió en la biblioteca uno de los soldados. – Lady Elianne ha regresado.
— Iré de inmediato. – Respondió este con una enorme sonrisa en el rostro.
Había estado esperando el regreso de su querida amiga por todo ese tiempo, siempre era así, cada temporada su ausencia se sentía. El la añoraba, desde el momento en que la vio en la casa de Buscatrufas, pero hasta ahora se había dado cuenta de la clase de sentimientos que tenía. Corrió escaleras abajo hacia los establos en donde ella estaba concentrada en quitar la silla de montar a Magno su fiel amigo de aventuras, se quedó en silencio observándola, sus facciones y sobre todo la sonrisa que iluminaba todos sus días. El quería hacerla su reina, sabía que no sería fácil, después de todo era una chica esquiva.
— Bienvenida de nuevo mi lady.
— Hola Caspian. -Ella avanzo hacia a el rodeando sus con sus brazos el cuerpo del moreno. - ¿Me extrañaste? -Cuestiono esta mientras depositaba un cálido beso sobre la mejilla del mas alto. Esto solo provoco un sutil sonrojo en su rostro.
— Claro que no. -Mintió este, sus labios se apoyaron sobre la frente de su amiga. - ¿Cómo estuvo el viaje? ¿Ellos están bien?
— Estuvo tranquilo, Buscatrufas y Trumpkin te envían sus saludos.
— Gracias, ahora mi lady. Puede ir a darse un baño, cambiarse y acompañarme a la cena.
— Claro su real majestad. Se que huelo a caballo. -Bromeo esta sin querer romper el abrazo, en su corazón Caspian se estaba ganando su lugar y estar así junto a él recompensaba todo. Lo había extrañado.
— Si, la verdad apestas.
— Iría si me soltarás. -Se quedaron viendo a los ojos, ambos se anhelaban, ambos deseaban eso. Pero ninguno se atrevía a dar el primer paso, estaban temerosos de fallar y que su hermosa amistad se viera afectaba por eso. Elianne cerro un momento los ojos antes de aferrarse a el y sin mas unir sus labios con los del Rey, este no dudo en corresponder pues era algo que deseaba con todas sus fuerzas. – Yo...
— Lo he querido desde hace mucho... -interrumpió este dejando algunas caricias sobre sus mejillas. – Elianne.
— No digas nada. Ahora iré a ducharme y te veo en la cena mi rey. -Susurro sobre sus labios antes de apartarse, salió a toda prisa del establo, en su rostro había un fuerte color rosa y no podía dejar de sonreír como una boba y adentro no era la excepción, el estaba saltando de felicidad.
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