Las crónicas de Narnia y la guerrera del bosque Oeste libro 2

Capítulo 24

Los demás continuaban luchando arduamente. Trumpkin fue golpeado cayendo atolondrado al suelo, un telmarino se acercaba al enano dispuesto a matarlo, Caspian al estar cerca lanzo una daga a este para poder asesinarlo. De igual forma Susan arrojaba flechas y usaba su arco para poder golpearlos, poco a poco sus provisiones se estaban agotando. Los cuerpos se acumulaban a los pies de quienes aun seguían batallando arduamente. Elianne observo como los ratones se lanzaban con todo bajo los pies del grupo que avanzaba, los suyos se estaban reduciendo cada vez más. Caspian había caído al ser golpeado repetidas veces, ahora lo había perdido de vista. Corrió hacia donde él estaba con intención de ayudarlo, no iba a dejar que este pereciera. Apuñalo en el estomago a uno de ellos y a otro en la garganta, era la ventaja de tener un arma doble. No había necesidad de ayudar a Caspian, la raíz de un árbol salió de lo más profundo envolviendo al general Giozelle para terminar dejando a este inconsciente. Los telmarinos comenzaban a huir, la castaña confundida giro notando lo que avanzaba y el apoyo que ahora tenían, esbozo una amplia sonrisa gritando de felicidad. Giro para ayudar a Caspian a salir del agujero, ambos se quedaron viendo a los ojos, ella sin poder dejar de sonreír, ni siquiera porque su corazón estaba latiendo de una forma diferente y el atónito pues había visto como la chica peleaba sin pausa, estaba sorprendido con todas las habilidades que ella conocía, valiente, fuerte, llena de vida. Ahora las cosas estaban a su favor, los enormes árboles que habían dormido por siglos ahora luchaban a su lado.

— Es Lucy. -Dijo Peter.

— ¿Sorprendido? -Cuestiono Elianne, a esta no se le borraba la sonrisa del rostro, había esperado ver eso por muchos años.

— Demasiado... -Caspian no veía los árboles mientras respondía, sus ojos se mantenían fijos sobre ella.

Una piedra golpeo a uno de ellos, el noble árbol cayo al suelo. Las raíces de otro se abrieron paso por la tierra, los gritos de pánico de los telmarinos por lo que estaban viendo. sus largas raíces se envolvieron alrededor de una de las catapultas rompiendo esta fácilmente. Los narnianos estaban festejando, pues ahora la victoria estaba asegurada para ellos.

— ¡Por Aslan! -Grito Peter, comenzaron a correr tras ellos, no les dejarían ir con tanta facilidad.

— No podemos detenerlos. -Dijo un soldado.

— Hay que reagruparnos. -Añadió Lord Sopespian gritando a sus hombres. – ¡A Beruna!

Ya no había escapatoria para ellos, ahora estaban acorralados en la rivera del río. Todos intentaron cruzar, Lord Sopespian fue el primero en intentar cruzar el puente del paso Beruna, mas al otro lado de pie y firme se encontraba alguien no esperado. Una joven de cabello cobrizo se mantenía al otro extremo sosteniendo una daga en su mano, la reina Lucy mostraba una sonrisa en sus labios sin miedo alguno, ella era la Valiente y estaba haciendo honor a su título. Los ojos se todos se abrieron de golpe ante lo que estaban viendo, al lado de la joven reina un león de dorada melena avanzaba a paso lento hasta quedar de pie junto a ella. Ambos se mantuvieron serenos. El traidor Sopespian grito y sus hombres le siguieron, después de todo no tenían absolutamente nada que perder. Solo era una niña y un gran gato. No eran rivales para el. Un fuerte rugido retumbo en los oídos de todos, tanto de telmarinos, como de narnianos, pero estos no se asustaron, al contrario la esperanza de una nueva vida llena de paz aparecía en sus rostros. El agua comenzó a agitarse, el nivel bajaba y los nervios aumentaban. El agua estaba avanzando rápido hacia ellos.

— No tengas miedo. -Susurro Elianne a Caspian al notar como este temblaba un poco. Peter noto aquello, solo sonrió para si mismo.

El dios del agua apareció frente a ellos, un gran gigante que realizo una reverencia hacia Aslan. Todo el poder y la magia de Narnia comenzaban a verse reflejados en ese momento. Lord Sopespian quedo solo en medio del puente sin tener posibilidad alguna de escapar, estaba acabado. El gran poder del dios estaba siendo demostrado en ese momento, levanto con gran fuerza el puente hacia el aire, el miedo se reflejaba en los ojos del hombre. En un vano intento de cortar el agua, el noble ahora se perdía entre la corriente, su cuerpo inerte flotaba rio abajo desapareciendo de la vista de todos. La guerra ahora había finalizado dando por vencedores a los narnianos.