Capítulo 20

107 15 0
                                    

Este corrió dando un salto sobre una base de piedra golpeando con fuerza el escudo de su oponente. El choque de sus espadas y escudos alentaban a quienes observaban expectantes la lucha. El usurpador uso su escudo para propinar un golpe con fuerza el rostro del rubio desestabilizándolo un poco, sacudió la cabeza evitando la espada de Miraz, giro para ser el quien ahora golpeaba con fuerza la espalda del mayor. Peter volvió a propinarle un golpe, sus acompañantes sonrieron campantes por la habilidad del magnífico. Nuevamente el escudo de Miraz golpeo la cabeza del mas joven, pero esta vez termino por quitarle el casco dejándolo desprotegido. Peter aun mareado se inclinó hacia atrás evitando que la espada del contrario le cortara la garganta. Peter se arrodillo propinando un certero y profundo corte en la pierna, era un punto a favor pues ahora en los ojos del telmarino ahora había miedo, giro hacia sus hombres quien solo se mantenían observando sin hacer absolutamente nada. Eso solo lo enfureció más, se abalanzo sobre el rubio intentando golpear sus piernas, este solo lo esquivo, no fue suficiente pues ahora el joven estaba en el piso y Miraz listo para atacar. El fuerte grito de este erizo la piel de Elianne que quería correr hacia él y ayudarlo, pero interferir estaba prohibido. Peter intento zafarse de su ataque, golpeaba con su espada el escudo en un vano intento de sacarse a Miraz de encima, solo rodo un par de veces en el suelo evitando a toda costa sus ataques, no podía dejar que lo hirieran, no frente a ella. Logro finalmente derribarlo, los papeles ahora estaban invertidos.

Peter se distrajo por un momento al escuchar a un caballo, Caspian y Susan habían salido del bosque, pero sin Lucy que había continuado el camino por su cuenta.

— ¿Necesita su alteza un respiro?

— ¿Cinco minutos?

— Tres. -Grito Miraz.

Apenas se detuvieron la serena expresión de Peter cambio por una de dolor. Avanzo con dificultad hasta su hermano, quien no dudo en prestarle apoyo, lograba ver el cansancio del mayor, su caminar era lento y pesado. El sudor bajaba por cada parte de su piel. Peter reacciono caminando a toda prisa hacia los recién llegados.

— ¿Y Lucy?

— Lo logro. -Dijo Susan algo agitada por el largo recorrido. – Aunque con algo de ayuda.

— Gracias. -Caspian no lograba asimilar lo que escuchaba, después de tantas negativas, finalmente escuchaba un halago de su parte.

— Estabas ocupado.

Mientras tanto en el otro lado Miraz avanzo hacia sus hombres, estaba echando chipas por los ojos. Estaba realmente furioso y solo empujo al general junto con una amenaza de su parte.

— Mas te vale que no lo dejes acercarse tanto. -Arrojo su casco al suelo.

— Vayan arriba, yo dudo mucho que los telmarinos cumplan su palabra. -Dijo Peter desde el otro lado ordenando esto Elianne y a su hermana, esta última lo abrazo provocando un quejido en el mayor.

— Perdón.

— Esta bien. Eli ve con ella.

— No. -Dijo esta quedándose de pie en su lugar. – Ya te dije.

— Sonríe Peter. -Dijo Ed al notar a los narnianos preocupados. El Magnifico solo alzo su espada al aire mostrando una enorme sonrisa mientras el dolor recorría su cuerpo.

— ¿Cómo ves al chico? -Cuestiono el usurpador.

— Es un niño. -Respondió Lord Sopespian.

— Pero veo que su majestad lo esta haciendo muy bien. Para su edad. -Dijo el general mientras apretaba con fuerza el vendaje en la pierna herida del rey telmarino.

Peter se quejo ante el fuerte dolor en uno de sus brazos, Caspian levanto este con cuidado este provocando un grito en el Rey. Elianne estaba a su lado limpiando con cuidado su rostro, evitaba ver los ojos de Peter en ese momento, no deseaba aumentar la tensión que el rey estaba teniendo sobre sus hombros.

— Creo que esta dislocado. -Dijo Peter, Ed de inmediato se acerco a el para revisarlo. - ¿Qué crees que pase en casa si muero aquí? -Los hermanos se quedaron viendo. – se que siempre me has apoyado y yo ja... -No alcanzo a terminar la palabra pues Ed torció su brazo hasta lograr acomodar el hueso en su lugar, el rubio solo hizo una mueca.

— Luego melo dices. -Dijo el pecoso simplemente apartándose. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las crónicas de Narnia y la guerrera del bosque Oeste libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora