Sweet Foliage

20 13 8
                                    

—Ok, manos a la obra, trae la lejía de la cocina, yo iré a por acetona en el baño de arriba— me lleve a la boca el ultimo pedazo de pan de quedaba a la vez que me levantaba de la mesa.

—A mí nadie me da órdenes.

Trague.

—¿Enserio? Que bien.

Camine en dirección a las escaleras sin prestar la mínima atención a las quejas de Roy. Las subo con velocidad hasta llegar al pasillo, me acerco a la puerta del baño y la abro. Volteo al lavabo mirando en la parte baja donde se encuentran los estantes, abro para ver algunas cremas corporales junto con aceites, un resplandor dorado se encuentra al final del espacio, extiendo la mano alcanzando la acetona.

Ya con la acetona en mano me dirijo hacia las escaleras cerrando la puerta del baño. Las bajo y vuelvo a la cocina para encontrar a Roy apoyado en la lejía que se encontraba en la mesa.

—Aquí está tu lejía, ¿Quieres un trago?

Agarro la lejía por el mango y la atraigo hacia mí haciendo que Roy se estrelle contra la mesa.

—¡Agh! Maldito gris.

—¿Qué pasa? ¿La niñita quiere llorar?— suelto una carcajada colocando las cosas en la mesa.

Voy a la cocina mientras Roy me insulta enfurecido, abro la nevera sacando un vaso y un poco de hielo que pongo dentro de este. Me vuelvo hacia la sala y pongo el vaso en la mesa, saco los hielos y rodeo el vaso con estos.

—¿Preparado?— pregunto a Roy que me mira en una combinación de rabia y curiosidad.

—Ándale, ándale, quiero ver cómo te explota la mano— sonrió, a lo que respondí con una remirada.

Abro la lejía, lleno el vaso a la mitad con esta. Abro la acetona y cuando me decido a echar unas gotas me detengo en seco antes de que cayeran.

—Casi se me olvida, busca algo para tapar esto.

—¿Por?

—¿Quieres morir?

—No.

—Entonces busca algo para taparlo.

Chasqueo los dientes y fue caminando hasta la cocina, rebusco un poco mientras me reía sin que se diera cuenta. Al cabo de un minuto volvió con una tapa plástica lo suficientemente grande para tapar el vaso.

—Gracias.

—Aja.

Vertí unas cinco gotas en el vaso y lo tape. El líquido se turbio, Roy acerco un dedo para tocar el vaso, cuando la yema de su dedo entro en contacto con el vidrio instantáneamente lo quito soltando un agudo quejido.

—¡ Esa mierda me quemo!

—La solución hierve a aproximadamente sesenta y cuatro grados, mantén los dedos lejos.

Se sostuvo el dedo como un niño pequeño. La solución fue reduciendo su tamaño, para cuando salió un líquido transparente, ya solo quedaba una pequeña parte del vaso.

—Ok, ya deberías estar listo.

El suelo estaba mojado por la parte del hielo que se derritió en el proceso, no me iba a molestar en limpiarlo. Fui al estante donde estaba la jeringa, abrí otra zona de este y saque un pequeño paño. Volví a la mesa y levante la tapa del vaso, coloque parte de la solución en el paño y lo doble rápido, acto seguido tape de nuevo el vaso, por suerte solo percibí un olor dulzón que desapareció al doblar el paño.

—Bien, ¿Estás listo?— dije mirando a Roy que me observaba atentamente.

—¿Para cloroformear a un tipo? Claro que si— fingió sorpresa suspirando.

Rewinding...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora