Nuevo Amanecer

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Me encontraba en mi cama, los cálidos rayos del sol matinal entraban por mi ventana bañándome de una sensación de superioridad que nunca había sentido. Ya estaba listo con mi uniforme puesto, clásico en mí. Me levanto viendo que ya pasan de las seis y media, algo tarde a lo que habitualmente me levanto. Agarro mi mochila y salgo por la puerta de mi cuarto.

Me encuentro con las sala vacía, se me escapa una sonrisa con potencial a carcajada. Me dirijo a la cocina agarrando el sándwich envuelto en papel aluminio que mi madre había preparado para mí, hacía mucho tiempo que no comía algo decente. Lo destapo pensando si debería ir a la escuela hoy o tal vez fingir estar afectado por la situación, por un lado quería unirme al club de teatro cosa muy impropia de mí, sin embargo me parece algo útil.

—Tal vez mañana— digo mientras le doy el primer mordisco al pan.

Mi boca se sentía extraña después de no haber tenido contacto con una comida de tal magnitud, tosí algunas veces antes de tragar.

Mire  el control remoto en el sofá y no lo pensé dos veces, me lance en el sofá deshaciéndome del uniforme tan incómodo y me dispuse a prenderlo ubicando el canal de comedia que solía ver de pequeño. Me decepciono un poco ver que las series no eran iguales, pero las nuevas no estaban tan mal así que lo deje en la que llamo mas mi atención.

Se sentía extraño para mi recuperar esta tranquilidad, comer un sándwich mientras veo televisión en el sofá sin un loco psicótico que quiere hacerme la vida imposible. Mi padre se había ido hace tres días de aquí, los testimonios de los policías bastaron para encerrarlo en una celda. Fue difícil para mí… actuar de tal manera que no pareciera que estuviese alegre, pues mi plan había funcionado a la perfección. Mi madre por otro lado se encontraba algo inestable, sin embargo no le he tomado mucha importancia al asunto, al fin puedo tener días algo menos estresantes.

Claro que no todo es color de rosas, mis otros problemas no desaparecieron junto con mi padre, pero poco importa si tengo esta grandiosa habilidad. Podría considerarme un dios. Con esta habilidad al fin podre arreglar mi vida mientras arruino la de los que hicieron la mía una llena de miseria.

Al terminar el sándwich me recosté en el mueble estirándome triunfante, al fin mi vida iba sobre ruedas, al fin tenía la oportunidad que quería. Ya nada podía salir mal.

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