Rewinding...

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La humedad del bosque en el que me encontraba me hacía sentir agotado, como si me faltara el aire. Ya habían pasado unas horas desde que abandone la ciudad, tal vez una hora exacta desde que me desvié de la carretera adentrándome en el bosque que rodeaba a la ciudad, a pesar de eso el olor a suela gastada de Byto’s sigue impregnado en mi nariz.
Respiro con fuerza y suelto un suspiro.

—Sé que es por aquí— siento un mareo y me apoyo en un árbol —v-vamos Grey, no puedes parar o ellas te alcanzaran— dije para mí mismo.

Me pongo de nuevo en pie avanzando por la espesura con todas las fuerzas que me quedaban. Debía encontrar ese lago, ese enrome cráter al que fui con mi madre, sé que ahí encontrare la manera de vencer a Saya… o al menos eso vi en la marea.

A lo lejos logro ver un claro entre los árboles. Aumento mi velocidad, la luz que proviene del claro cada vez se hace más grande casi cegando mi vista. Cubro mis ojos con mi brazo, lo voy quitando lentamente a medida que me acostumbro a la cantidad de luz solar. Un enorme cráter puedo ver delante de mí, podría decir que es tan grande como mi vecindario. Me acerco al borde. En el fondo hay un pequeño lago. Bingo.

—Vaya Grey, pensé que un oso te había comido en el trayecto— una voz algo lejana proviene de algún lugar.

Miro hacia arriba, había alguien levitando en lo alto como a la distancia del centro del cráter. Se voltea y logro ver a la persona que menos quería ver en estas circunstancias.

—¿Qué haces aquí, Saya?

—Te esperaba, Lily tardara un rato más en llegar.

—Ya eso no importa, sé que te derrotare aquí mismo, eso pude ver— saco la navaja de mi bolsillo.

—Ay Grey, sabes, es triste ver como intentas conseguir algo que nunca tendrás.

—¡¿Qué?!

—Mira, te hare una simple pregunta y tu responderás al respecto, si te equivocas entonces levantare mi mano izquierda, pero si aciertas entonces levantare la derecha y dejare que me mates, ¿Qué te parece?

—Me parece que los dioses están bastante locos.

—¿Aceptas o qué?

—Acepto— me prepare para responder.

—Dime, ¿Cuantas veces has rebobinado desde que obtuviste el poder? Te dejare dar una respuesta de rangos, así es más fácil, solo di desde que numero mínimo hasta que número máximo crees.

—Entre noventa a doscientos— era imposible fallar.

Saya levanta su mano izquierda.

—Parece que te falla la memoria.

—¡Tramposa! Es imposible que haya rebobinado más que eso.

—Ay Grey, cuantas veces ya me has dicho eso.

—¿Qué?

—Sabes, una vez escuche que los humanos tienen una capacidad mental de almacenamiento de hasta cien años más o menos, impresionante, ¿no crees?

—¿Eso que tiene que ver?

—Pero, tú has rebobinado muchas veces, has visto millones de líneas temporales, tal vez propasaste ese límite… hace mucho tiempo.

—¿A q-qué te refieres?

—Grey, ¿Cuántas veces ha colapsado tu mente?

Las cosas que decía Saya no podían ser ciertas. Me veía con una sonrisa en su rostro, parecía extasiada por el efecto que tuvo su revelación.

—¡Es mentira, solo intentas engañarme!

—Como prueba está tu marea, ¿acaso no te muestra cosas de varios futuros posibles? Yo nunca te di la habilidad de ver el futuro.

—P-Pero…

Me concentre he invoque la marea, se acumuló a mi alrededor mostrando infinidad de momentos, todos desde mi perspectiva.

—La marea es como un pequeño almacén en el que se guardan sentimientos, acciones, resultados, relaciones— invoco su propia marea que se arremolino alrededor de su brazo —en pocas palabras, es una copia de tu consciencia que se crea cada vez que rebobinas.

—N-No… esto no es posible… ¿Cuántas veces…

—Has cambiado este mundo a lo grande Grey, cada vez que rebobinas dañas un poco más las líneas temporales. Sabías que originalmente tu apellido no era Hóncros o mejor aún, originalmente tu padre no era un desgraciado— soltó una pequeña risita.

—¿Q-Que?

—Originalmente tenías otro apellido, sin embargo dañaste tanto las líneas temporales que este cambio a un acrónimo de Chronos— lo decía con orgullo —y con respecto a tu padre, pues al principio era un buen tipo sabes, pero tuviste que dañarlo como siempre.

—Y-Yo… ¡Yo!

—Tú has dañado tu vida hasta este punto, ¿Acaso no es precioso?

Caí en mis rodillas viendo a Saya en el aire. Estaba cansado, cansado de repetirlo todo tantas veces. ¿De verdad perdí mi vida en esto?

—¿Q-Que quieres de mí?— las lágrimas caían a la tierra.

—La verdad, ya cumpliste tu función. Siéntete orgulloso de haber sido una pieza más en mi grandioso plan— Saya daba vueltas en el aire sobre si misma —desde el principio fuiste el candidato perfecto y por eso te elegí.

—¿Me elegiste?

—Claro, ¿enserio pensaste que una diosa como yo accidentalmente le daría un poder a un mortal? Eres tan ingenuo.

La sangre me hervía, podía sentir cada gota moviéndose violentamente por mi cuerpo.

—¡Por tu culpa paso todo esto! ¡Eres una perra!— empuñe el arma preparándome para atacarla.

—Ni lo pienses Grey, por si todavía no has caído en cuenta, tu mente ha colapsado más de una vez en todo el trayecto temporal que has recorrido, ¿Qué te garantiza que esta vez salgas ileso?

Si ella tenía razón, entonces no puedo usar la codicia del forajido. Aunque, ¿no era eso lo que buscaba? Morir, ¿Qué es mejor en estas circunstancias? Yo solo quería vivir.

—¡Yo solo quería una vida plena!

—¿Enserio crees que a un dios le va a importar la insignificante vida de un mortal? ¡Solo fuiste un peón en mi juego, Grey!

—¡Devuélveme mi vida!

—¿No puedes apreciar la belleza de este nuevo mundo que creamos? Somos el error más grande en este sistema llamado universo, Grey— paro en seco como si recordara algo, luego fijo la vista en mi —o cierto… tu no vivirás para disfrutarlo, bye bye intento de dios— hizo un gesto de despedida con la mano.

—¿Q-Que…— sentí como algo me empujaba hacia el cráter.

Voltee a ver. La rubia se encontraba al borde del cráter viendo fijamente como caía en este. El viento pasaba por mi lado cada vez con más fuerza recordándome que estaba más cerca de chocar contra el borde. Debía usar la codicia del forajido pero si lo hacía yo… moriría.
Ya estaba cerca de caer, me cubrí con mis brazos esperando el impacto.

Todo era oscuro, sentía como la suave nebulosa se asemejaba mucho a mi cama.

—Grey, levántate o llegaras tarde.

Había rebobinado. Me pare con fuerza de la cama, atento a cualquier movimiento. La puerta de mi cuarto se abrió con fuerza. Lily había entrado en la habitación junto con Saya.

—Te tenemos Grey— comento Lily con el cuchillo en mano.

Intente articular palabra pero nada salía. Intente moverme pero no podía. Todo parecía adquirir lentamente un filtro morado.
De un momento a otro mi visión estaba en el suelo, podía ver como Lily y Saya se me acercaban lentamente. Parecía que discutían sobre algo a lo que no pude escuchar. El filtro se volvía cada vez más intenso haciéndome sentir un extraño calor. Saya se posó en el suelo y agachada me hizo un saludo de despedida mientras sonreía.

Yo solo quería una vida plena.
 
 

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