Una vez mas

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Estaba a punto de llegar al semáforo con Lily que al voltear sonrió al verme. Me le adelante al saludo.

—Hola Lily— levante la mano sacudiéndola en un intento de saludo amistoso.

—Oh, hola Grey— respondió a mi saludo de una forma similar pero más enérgica —hoy te noto algo más animado.

—Yo diría que más confiado, pero tu respuesta también puede ser acertada— reí desganadamente, ella hizo lo mismo.

Me sorprendió el silencio que siguió después de esas pequeñas risas, las otras veces que había intentado esto ella seguía la conversación sobre el museo o sobre recorrer la ciudad. Pero este silencio me había sorprendido, tal vez era porque no me veía decaído, era una posibilidad.
En cuanto el semáforo se puso rojo empezamos a caminar. Antes de que Lily chocara con el señor la agarre por el brazo, ella me sonrió dándome las gracias y siguiendo con sus saltitos. Me le adelante llegando primero en la entrada.

—Bueno Lily aquí nos separamos, debo llegar pronto a la clase.

—Grey espera, quería decirte…

—Enserio debo llegar, me lo dices más tarde, ¿ok?— me despedí saludándola de la misma manera que en el semáforo.

Su saludo fue un poco más suave que antes casi podía sentir sus ganas de que me quedara a escuchar lo que tenía que decir, sin embargo mi tiempo era escaso en mi apretada agenda. Llegue a la puerta del aula pero no la abrí, mi idea era esperar al profesor que debía llegar pronto para así evitar que me fastidien los matones.

Todo iba según mi plan, evite que mi padre me descubriera esta mañana, cosa que fue bastante difícil teniendo en cuenta que debía llegar a tiempo con Gabriel para poder comer esos deliciosos tomastes cereza y de esta manera no desmayar en clases. Después de evadir la proposición de Lily debo llegar aquí y esperar al profe. Por ultimo debo evitar a los matones con alguna excusa para salir pronto de clases y de esta manera llegar temprano a casa para poder llamar a la policía antes de que la tragedia suceda. Mi plan era infalible.

—Hóncros, ¿Me estabas esperando?— justo a tiempo.

—Si profesor, quería discutir algo con usted.

—¿De qué se trata?— levantó una ceja curioso.

—Hoy necesitare retirarme un poco más temprano.

—¿Razón?— me miro juzgando cada palabra.

—He empezado un curso de matemáticas que da sus clases todos los viernes a las diez de la tarde.

—Sabes perfectamente que necesitas una explicación por escrito para que te deje salir más temprano.

—Se lo suplico profesor, quiero mejorar en esa materia en la cual no es que me vaya demasiado bien— desvié un poco la mirada hacia el suelo pareciendo preocupado.

El me miro de arriba abajo, después de eso su boca se curvo en un tono alegre.

—Está bien te lo dejo pasar por esta vez, nunca te había visto tan preocupado por algo.

—Muchas gracias— uní las palmas de mis manos y las agite en señal de agradecimiento.

—Pero la próxima vez trae una explicación por escrito, ahora vamos a entrar.

Pasamos a la vez por la puerta cada uno sentándose en su respectivo asiento. Intentaba parecer lo más centrado que podía en la clase, de esta manera apego al lado bueno del profesor.
Podía sentir las miradas de rabia que causaba en los matones de mi clase, si pudiese levantarme en el asiento y burlarme de ellos lo haría, sin embargo las circunstancias no me proporcionaban esa maravillosa oportunidad.
Copie la última grafica que el profesor había puesto en la pizarra, me levante del asiento todavía con aires de grandeza y me acerque al de el antes de que borrara las gráficas.

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