Sentidos alerta

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Acerque mi oído a la puerta intentando escuchar cualquier paso de algún mafioso. Podía escuchar algunos pasos que iban y venían, cada uno parecía distinto. Me di la vuelta haciéndole una seña a Roy para que se acercara, me acerque a su oído.

—Parece que están alborotados, será mejor esperar un poco.

Roy asintió.

No sabía que nos esperaba si avanzáramos, tal vez tendrían otras armas distintas para las cuales no estaremos preparados. Me puse a palpar cuidadosamente en el pequeño almacén que nos encontrábamos. Toque una plataforma de madera, para mi mala suerte no sentía nada ahí, seguí palpando pero no conseguí nada relevante.

—Hey, Grey—Roy me susurraba, me acerque a el —ya no escucho nada.

Pegue mi oído a la puerta para confirmarlo, efectivamente el ruido de los pasos había cesado. Abrí la puerta con cuidado mirando atentamente el pasillo, estaba totalmente vacío.
Tome de la mano a Roy y salí trotando hacia el siguiente cruce de pasillos. Nos acercamos, ya al estar cerca cruce rápido plantándome en el siguiente pasillo, no tuve mucho tiempo para reaccionar cuando vi a los encapuchados lanzar un objeto pequeño y redondo.
Una granada. ¿Qué clase de loco le lanza una granada a unos adolescentes? La granada toco el suelo y reboto en nuestra dirección.

Estaba inmóvil en el lugar pero un fuerte jalón de Roy me obligo a correr de nuevo al pasillo en el que estábamos, escuche la explosión seguida de una fuerza que nos empujaba fuertemente elevándonos por unos segundos en el suelo para finalmente caer.
Levante un poco la cabeza y en el extremo de este pasillo también se encontraban algunos encapuchados.

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Respire de manera entrecortada al regresar al momento donde todavía estábamos en el pequeño almacén.

—¿Grey que pasa?— Roy parecía preocupado.

—U-una granada.

—¿Qué?

Despeje mi mente intentando concentrarme.

—Roy, nos lanzaran una granada.

—¡¿Qué?!

—No te preocupes, tengo un plan, pero es algo arriesgado, solo te pido que no me detengas.

—P-pero…— lo interrumpí.

—Promételo.

A penas podía distinguir su cara de preocupación la cual probablemente pensó que no visualizaría.

—O-ok, lo prometo.

—Bien, sígueme.

Abrí de nuevo y corrí decidido. Entre más me acercaba al cruce, más se disipaban mis nervios. Debía ser calculador en esta situación, me plante en la esquina viendo a los encapuchados, sin pensarlo dos veces corrí en su dirección. Vi como lanzaban la granada por los aires, estaba decidido a atraparla.
Salte extendiendo la mano derecha, la granada avanzaba en mi dirección y llego a la palma de mi mano.
Si mi cálculo no fallaba, estallaría en dos segundos, apreté con fuerza mi mano y con todas mis fuerzas la lance antes de apoyar mis pies en el suelo. Sentí los brazos de Roy a mí alrededor los cuales me colocaron detrás de él. Escuche la explosión y varias gotas de sangre que mancharon el blanco suelo, me sentía conmovido pero a la vez sabía que no era el momento.
Me enderece y aparte a Roy.

—Roy, concéntrate— debía hacerle entender que no era el momento.

Asintió algo avergonzado.
Seguimos avanzando por el pasillo, sabía que si nos tardábamos un poco más los encapuchados del pasillo anterior nos dispararían por detrás. Al final divisábamos una puerta roja, corrimos con más fuerza y al llegar la abrimos, dentro había un extraño contenedor que parpadeaba con un rojo intenso, nos metimos dentro y cerramos, varios impactos de bala se escucharon en la puerta.

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