Capítulo 64: Momento de terror

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Notas.

Este capítulo contiene la descripción de una breve muerte temporal de un personaje, por favor, estás advertido, procede a tú propia discreción.






Jiang Cheng sostenía la muñeca de su hermano mientras Wei Wuxian era llevado en brazos de Lan Wangji. No podía entender por qué al inaccesible Segundo Jade de repente no le importaba tocar a alguien, Jiang Cheng recordaba claramente que solía fulminar con la mirada a cualquiera que se acercara demasiado a él. Sin embargo, aquí estaba, abrazando a Wei Wuxian cerca de su pecho, aun cuando eso debería haber sido el deber y el privilegio de Jiang Cheng.

Hacía lo posible por no sentirse ofendido. Le ayudaba el hecho de que todavía estaba sujetando la muñeca de su hermano, pasando continuamente energía espiritual. No estaba seguro de que pudiera ayudar cuando Wei Wuxian no tenía un núcleo dorado que lo aceptara, pero no iba a rendirse tan fácilmente. Tal vez le ayudara a curar sus heridas o al menos le quitara algo del dolor que seguramente sentía su hermano.

No podía saber lo grave que era el estado de Wei Wuxian. No tuvo tiempo de examinarlo de cerca, así que sólo podía adivinar. Sin embargo, estaba bastante seguro de que había estado mal incluso antes de que llegara a Ciudad Sin Noche para salvarlos; con la guerra en curso y él luchando en casi todas las batallas, debía estar agotado en el mejor de los casos. Wei Wuxian tampoco iba nunca a la enfermería, lo que ahora preocupaba enormemente a Jiang Cheng. Necesitaban llevarlo con su hermana lo antes posible.

De repente, ocurrieron tres cosas simultáneamente que detuvieron a Jiang Cheng y a Lan Wangji en su lugar.

Hubo un sonido muy fuerte y un viento pasó junto a ellos, llevando consigo una energía resentida. Venía de detrás de ellos y Jiang Cheng se giró más por instinto que por voluntad propia. Estaba preparado para luchar si había algún peligro. Sin embargo, nunca soltó la muñeca de Wei Wuxian y el flujo de su energía espiritual no decayó.

Jiang Cheng observó con asombro y temor cómo la energía resentida se reunía y arremolinaba alrededor del altar donde estaba el hierro Yin. O había estado. Porque los tres trozos estaban ahora levitando como a cámara lenta cada vez más lejos de él, cada uno en una dirección diferente. Tenía un aspecto muy inquietante. Y entonces, Jiang Cheng se dio cuenta de que, de hecho, habían sido lanzadas y arrancadas, muy probablemente por Wei Wuxian cuando aterrizaron en el suelo, muy lejos unas de otras, cada una en una esquina de la habitación.

Asimiló todo aquello en apenas una fracción de segundo y ya se estaba dando la vuelta de nuevo porque se oyó una voz que venía de detrás de él. Era Lan Xichen, que estaba de pie en medio de la puerta, justo al lado de un Wen Ning angustiado y asustado. Sin embargo, no miraba a Lan Wangji con Wei Wuxian en sus brazos ni a Jiang Cheng. Los ojos de Lan Xichen estaban fijos en el altar, o más precisamente en la persona que todavía estaba de pie junto a él con una espada ensangrentada en su mano.

"¿Meng Yao?" Preguntó Lan Xichen, sorprendido.

Jiang Cheng no tenía paciencia para lidiar con esto, tenían que llevar a Wei Wuxian a Jiang Yanli inmediatamente. Quiso incitar a Lan Wangji a empezar a moverse de nuevo, pero entonces se dio cuenta de que la muñeca que había estado sujetando todo este tiempo ya no tenía pulso. Durante un latido, se quedó quieto, con la respiración contenida para no perderse ninguna trepidación bajo sus dedos. No podía ser, ¡no podía ser! Debía de estar equivocado, su hermano no podía estar sin pulso. Wei Wuxian estaba bien hace un segundo; bueno, tal vez no bien, ¡pero definitivamente vivo!

Jiang Cheng movió un poco la mano, sus dedos buscaban frenéticamente. Pero le salieron las manos vacías, no había nada, ni siquiera el más mínimo aleteo. Nada en absoluto. Sus ojos se dirigieron hacia el pecho de Wei Wuxian y una oleada de temor le invadió por completo. ¡Su hermano tampoco respiraba!

No, ¡no podía ser! Wei Wuxian no podía morir, no ahora que estaban tan cerca de salvarlo y ponerlo en un lugar seguro.

"¡Wei Wuxian!" Jiang Cheng rugió, su voz era más un grito crudo que verdaderas palabras. Pero continuó su regaño con palabras más articuladas, desesperadas, furiosas, suplicantes: "¡No se te ocurra a morir por nosotros! No puedes morir, ¿me oyes?".

No pudo decir nada más porque se ahogó con un sollozo, y se dio cuenta de que estaba llorando justo cuando empezó a empujar más y más su energía espiritual en el cuerpo sin vida de su hermano. Esperaba volver a poner en marcha el corazón de Wei Wuxian o convencerle de que empezara a respirar por cualquier medio.

Lan Wangji parecía haberse dado cuenta por fin de que algo iba mal y miró hacia abajo. Jiang Cheng vio que el horror florecía en sus ojos cuando presumiblemente se dio cuenta de que Wei Wuxian ya no respiraba. Un sonido inarticulado de pura agonía -que tal vez podría haberse interpretado como "¡Wei Ying!" si Jiang Cheng tuviera la mente para tratar de entenderlo- brotó de su garganta y una lágrima empezó a correr por sus mejillas; estaba llorando, igual que Jiang Cheng, sólo que en silencio.

Entonces, Jiang Cheng estuvo a punto de soltar la muñeca de su hermano cuando sintió una ráfaga increíblemente fuerte de energía espiritual procedente de Lan Wangji que vino acompañada de otro grito agónico. Estaba transfiriendo todo eso a Wei Wuxian y Jiang Cheng realmente temía que el Segundo Jade terminara dándole todo lo que tenía. Redobló sus propios esfuerzos, rogando a Wei Wuxian y rezando a todos los dioses conocidos y desconocidos que había para que el corazón de su hermano volviera a latir y sus pulmones a respirar.

Algo debió de funcionar, ya fuera la energía espiritual extra, o sus oraciones, o sus regaños, o las llamadas desesperadas de él y Lan Wangji al nombre de Wei Wuxian, o cualquier otra cosa en realidad. En cualquier caso, Jiang Cheng casi se derritió de alivio al sentir un movimiento casi imperceptible bajo sus dedos. Y entonces, hubo un segundo, y un tercero. Con una esperanza imposiblemente grande, miró con atención y vio que el pecho de su hermano ahora subía y bajaba, cada vez de forma más constante con cada inhalación. Wei Wuxian estaba vivo de nuevo.

Si Lan Wangji no hubiera empezado a alejarse, casi a correr en realidad, Jiang Cheng se habría derrumbado en el suelo donde estaba. No podía creer lo cerca que había estado de perder a su hermano, de nuevo, solo que esta vez para siempre.

Sólo el fuerte agarre que aún tenía en la muñeca de Wei Wuxian y el hecho de que Lan Wangji se estaba llevando a su hermano, arrastrándolo detrás de ellos al mismo tiempo, hicieron que Jiang Cheng avanzara.

Desde detrás de ellos, pudo oír a Lan Xichen llamando tras ellos, pero no le importó y Lan Wangji tampoco pareció darse cuenta. Ambos pensaban lo mismo, nada era más importante que llevar a Wei Wuxian a un lugar seguro y que un médico lo atendiera. Todo lo demás podía esperar, la guerra podía esperar; diablos, el mundo entero podía esperar por lo que a Jiang Cheng le importaba.

Después de todo, sólo tenía un hermano.

El significado de protegerte con mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora