EPÍLOGO

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KEITH

—Hola, nena —saludo a mi mujer, quien me ha llamado.

—Hola, amor. La cena ya está lista ¿Cuándo vienes? —pregunta.

No me extraña que me llame, hoy ha sido un día jodidamente largo con mucho trabajo y se ha hecho muy tarde. Por suerte Hope lo entiende y no me tira mierda por eso.

—Lo siento, nena. Ya salgo para allá —digo frustrado.

—Está bien —contesta —, te esperamos.

Hemos cogido como costumbre cenar todos juntos, pase lo que pase. Es por eso que sé que me están esperando y yo hago todo lo posible para llegar rápido a casa.

—¡Papi! —me saludan los gemelos en cuanto entro por la puerta.

Con Ace y Enzo en brazos me dirijo al comedor, donde me espera la mesa puesta y un delicioso aroma a lasaña de carne. Dejo a los gemelos en el suelo y ellos corren hacía su madre.

—Por fin, me muero de hambre —se queja Jackson, que ya está sentado en la mesa.

—Jackson —lo regaña Hope desde la cocina —,saluda a tu padre cómo se debe.

—Perdón —dice él y se acerca a mi —hola, papá.

—Hola, campeón.

No me creo que ya tenga siete años, se está convirtiendo en un pequeño hombrecito. El tiempo pasa volando.

—¿Dónde estabas, viejo? —se queja ahora Dominic apareciendo de la segunda planta con Raylee, en brazos —. Me muero de hambre.

—¿A quién llamas viejo, niño? —replico con falsa indignación. Raylee extiende sus brazos hacía mí pidiendo que la coja y eso hago —. Hola, princesa.

-Pa,pa,pa,pa —contesta ella emocionada de verme y yo sonrío.

Ella solo tiene nueve meses por lo que aún no sabe decir muchas palabras, pero para mi orgullo lo que si sabe decir es papá. Hope le está intentando enseñar para que diga mamá pero no hay manera. Y hablando de mi mujer, aparece con la lasaña seguida de los gemelos, Ace y Enzo, los cuales tienen tres años.

—Todo el mundo a la mesa —ordena y todos le hacemos caso, pero antes se acerca a mi y me besa —. Hola, amor.

—Ew —. Esos son los gemelos.

Siento a Raylee en su sillita y los demás nos sentamos a cenar por fin. Estoy agotado, el día en el taller ha sido brutal, por lo menos las cosas en el club han ido bien, algo es algo.

Después del juicio las cosas se calmaron, pero no acabaron del todo. Por un lado estaba Dominic, al cual le costó asumir la situación en la que Nole se encontraba, por suerte lo superó; Hope por su parte estuvo intranquila unas semanas pero todo fue bien y no hubo contratiempos y en el club, por suerte, no hubo daños permanentes. Y ahora 4 años después tengo una familia hermosa, que se encuentra segura y un club que se encuentra fuera de peligro.

Después de la cena metemos a nuestros hijos en la cama por fin puede estar a solas con mi mujer. Ahora nos encontramos en nuestra habitación, y ella jodidamente se está desnudando frente a mí, y que me jodan si no lo estoy disfrutando.

—Nena, me estás matando —digo con voz ronca y ella me mira con una sonrisa pícara.

—Me voy a duchar ¿Me compañas? —dice con voz melosa.

En vez de contestarle me levanto y la cojo en volandas. En el baño nos duchamos, pero la ensucio de nuevo, una y otra vez.

Seh. Estoy jodidamente feliz.

Si me hubieras preguntado hace unos años como sería mi vida no me la hubiera imaginado así, casado con una mujer preciosa e inteligente, cuatro hijos increíbles y un club que va jodidamente bien. Me he liberado de toda la carga emocional y por primera vez en mucho tiempo puedo decir que soy feliz.

 Me he liberado de toda la carga emocional y por primera vez en mucho tiempo puedo decir que soy feliz

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¡No me lo puedo creer! Ya hemos llegado al final de la historia. Como escritora primeriza me ha encantado compartir esta historia con todos vosotros, los lectores. Os estoy muy agradecida por el apoyo, y desde luego podéis esperar más cosas de mi parte.

Dicho esto, tengo una pregunta que haceros. ¿Queréis extras de la historia?

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