CAPÍTULO 13

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HOPE

Ya han pasado unos días desde que los chicos han vuelto de su viaje. Desde entonces Nina le ha contado a Tyrone lo que esas chicas le están haciendo y Susie también ha hablado ya con Keith, quien ha puesto a varios prospectos a ayudarla con las tareas que más esfuerzo físico requieren.

Por otro lado, el ritmo habitual de vida del club ha sido restaurado. Eso significa que Susie y yo ya no tenemos que cuidar de los niños, así que ya puedo volver a trabajar todo el día. Y respecto a las cosas entre Keith y yo están como al principio, es decir, no nos hemos vuelto a acostar, pero tampoco nos hemos ignorado.

Los chicos regresaron contentos, al parecer había ido, sea lo que sea, todo bien. Por lo que este fin de semana se van a dedicar a descansar y yo aprovecho para ir a visitar a mis padres, es por ello que me estoy preparando una bolsa con mucha ropa, mi cepillo de dientes y mi peine. Es viernes por la tarde y me voy en una hora más o menos, y volveré el domingo por la tarde. Cuando acabo de hacer la maleta bajo a despedirme.

-Susie -la llamo, ya que es la única que está en la cocina -, me voy ya, despídete del resto por mí porfa.

-Claro mi niña -me dice dejando lo que está haciendo y se acerca a mí para acariciarme con cariño las mejillas -, ten cuidado y pásatelo muy bien.

-Gracias -le digo dándole un abrazo corto.

Dicho esto salgo del club y me dirijo a mi coche, ya que, me queda un largo trayecto hasta casa de mis padres. Durante el camino voy cantando todo tipo de canciones que suenan en la radio. Una hora después ya he llegado a mi destino. No hace falta ni que pique al timbre, ya que cuando me acerco a la puerta esta se abre dejando ver a un hombre con el pelo gris, de las canas, tiene unas cuantas arrugas alrededor de sus ojos a causa de su edad, y mi padre.

-¡Papi! -exclamo contenta y me apresuro a llegar hasta él para abrazarlo fuerte.

-Mi niña -me dice apretujándome entre sus brazos.

-Te he echado mucho de menos -le digo.

-Y yo a ti mi vida -contesta y seguidamente deposita un beso en mi cabeza -Vamos dentro, tu madre está ansiosa por verte.

Dicho esto entramos y me recibe un delicioso aroma a pastel de carne, mi favorito. Y es que siempre que vengo mi madre cocina eso mismo. Ella es una mujer que está un poco rellenita, con el pelo castaño claro y ojos marrones, y a pesar de que tiene cincuenta y dos años no los aparenta.

-¡Mami! -exclamo emocionada cuando la veo, ella abre sus brazos y corro hacía ellos para abrazarla.

-Hola, mi amor -me dice con el tono amoroso que siempre utiliza conmigo.

-Que bien huele mamá -la alago. Creo que lo que más le gusta a mi madre que es que alaben su comida.

-Ay gracias -dice y sonríe.

Papá nos mira desde el marco de la puerta de la cocina con una sonrisa.

-Vamos a comer que me muero de hambre -dice papá y él y yo ponemos la mesa mientras mi madre nos sirve la comida.

-¿Qué tal el trabajo? -me pregunta mi madre una vez nos hemos sentado a comer.

-Bien, estoy trabajando en un caso un poco complicado y me trae de cabeza, pero bueno, nada que no se pueda solucionar -explico brevemente, tampoco necesitan saber todos los detalles.

-Si alguien puede solucionar cualquier cosa esa eres tú -me dice mamá y yo sonrío, mi madre es única y siempre me ve con buenos ojos.

-Gracias ¿Vosotros qué tal estáis? -pregunto yo ahora.

On dutyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora