capítulo 3

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Encuentros:

Levi, logro salir de su estupor, cuando el joven se perdio entre la multitud, sabia que en la india habian hombres y mujeres exoticos por lo que habia visto, pero ese muchacho le habia quitado el aliento.

Se giró y siguió con la intención de poder tomarse un delicioso y aromático te, la entrada era maravillosa, estaba en toda la esquina de la cuadra y resaltaba por sus hermosos colores esmeralda, azules y toques de violeta formando flores, tomo una foto del letrero , pues le pareció fascinante la escritura que aún se conservaba; la puerta era tallada en madera con estrellas y círculos adornándola, todo extremadamente simétrico, abrió y ahí percibió ese aroma al que estaba acostumbrado.

—Bienvenido a la flor de loto – le recibió una mujer de mirada seria –

—Gracias, ¿tienes te blanco con jengibre y miel? – pregunto, lo más formal que su voz le permitió –

—Por supuesto, es la especialidad de nuestro jefe, por favor siéntese, ¿desea algo más? – mientras hablaba, anotaba el pedido –

—Dame alguna galleta típica – dijo y fue a sentarse –

Las mesas eran pequeñas algo ovaladas, tenían en cada una, pintadas flores de diferentes tipos y colores, las paredes tenían un color pastel aguamarina, hacían que todo se viera fresco, a un rincón vio una estatua de un elefante, o eso parecía, así que después preguntaría que significaba. Las calles estaban atestadas de personas con trajes elegantes y vio a una pareja sobre un camello, le lanzaron flores y la música era muy festiva.

La joven le llevó su pedido y el té era mejor de lo que se esperaba, más agradable al que el solía preparar, debía felicitar al jefe por tan magnifica bebida y había una especie de pan, levanto la vista y con la expresión que puso, la joven entendió la duda.

—Es galleta de pan – explico la muchacha con una suave sonrisa – Espero la disfrute.

La vio alejarse y dio el primer bocado, se sorprendió al darse cuenta que no era dulce, sino que era salado con un delicioso sabor a mantequilla, era crocante, pero no era difícil morderla y al unirla con el té, sabia más delicioso, sentido como todo su cuerpo se relaja de esos meses de mierda y de su ultimo arranque de mal genio.

La puerta se abrió con bastante fuerza y ​​un hombre de cabello castaño y gafas redondas entro como un rayo, se vio la preocupación en todo su ser.

—¡Ymir!, ¿Has visto a mi hijo? – pregunto a la joven –

—Jefe Grisha, no lo he visto. ¿paso algo? – hablo, mostrando preocupación al instante –

—No estoy seguro, pero lo vi hablar con Jean y después desapareció – explico – fui hasta la casa, pero estaba vacía y pensé que vendría a trabajar, estaba emocionado cuando le dije que podía hacerlo.

Lo vio sacar el celular y marcar con insistencia, su preocupación se notaba en el temblor de las manos y en el constante repetir -¨Contesta hijo, vamos contesta ese maldito aparato¨-, pero aparentemente nunca tuvo respuesta. La morena le atribuyó un poco de té de hierbas, el solo agradeció y lo bebió lo más rápido que pudo.

Cuando parecía calmarse, se levantó del taburete, respiro profundo y se masajeó los ojos, miro a la joven hizo una sonrisa decaída.

—Si llega a venir, dile que me llame, quisiera buscarlo más, pero…

—No se preocupe, el jefe está bien, él es muy fuerte, usted debe estar con su familia en esta fecha tan importante – contesto y coloco sus manos en los hombros del mayor –

Levi se levantó y fue a pagar su pedido, no podía creer que un padre fuera así de sobreprotector, pues su madre jamás lo fue, pero era algo maravilloso a sus ojos, se acercó a la joven y saco el dinero.

tu eres mi flor de lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora