capítulo 14

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Recuerdos y temores


El domingo fue bastante tranquilo, todo el día en cama abrazados viendo películas y comiendo pizza cosa que a Eren le pareció deliciosa y bastante práctica. Aunque sabía que el azabache era un maníaco de la limpieza permitirle estar comiendo en la cama era un paso más que daba para entenderse, lógicamente el limpio todo el desorden para evitar algún altercado.

No podía negar que estar todo el tiempo sobre el fuerte pecho del mayor y este sin camisa le daba un tipo de permiso especial para acariciar y sentir esa fragancia que lo enloquecía; sus padres y abuela habían viajado a la finca la noche anterior con Sasha y Connie, así que no le preocupaba que empezaran con los comentarios vergonzosos.

—Que quieres Hanji – lo escucho hablando con rudeza – Desde mañana Eren se encargara de ayudar a Sasha ¿porque?

Escuchaba como la castaña hablaba a gran velocidad, Levi no contestaba nada, pero le seguía el ritmo a la conversación, solo afirmaba y tomaba apuntes en una libreta negra que tenía a la mano.

—Estaré ahí a primera hora de la mañana – respondió después de que la mujer hiciera silencio – Estaré muy ocupado esta semana, debo adelantar el trabajo y otras reuniones de gran importancia. Adiós.

—¿Esta semana no te veré demasiado? – la verdad no quería alejarse por mucho tiempo del mayor -

—Así es – respondió retirándose los lentes – Tengo trabajo retrasado de los días en que me fui y Erwin quiere que hagamos un tipo de intervención.

—¿Debo irme para la finca? – retiro los papeles que estaban alrededor y se colocó sobre su cuerpo – Porque podría estar con Sasha y esperarte en la noche, te tendría la comida lista.

Esas frías manos empezaron a acariciar su rostro, sus cabellos, el cuello e hizo una pequeña casi invisible sonrisa.

—Si deseas esperarme hazlo – beso su frente y continuo – Eso me dará permiso de salir temprano del trabajo, comeremos juntos.

—¡De verdad! – se subió un poco más para poder besar la mejilla del mayor – Entonces prometamos que comeremos siempre juntos.

—Lo prometo – respondió tranquilamente – Y cuando entres a estudiar, si tienes que madrugar, desayunaremos juntos.

El solo se abalanzo al cuello y lo abrazo con fuerza, Levi lo estaba consintiendo más de lo que jamás se había imaginado, pero aun sentía un gran bloque de hielo alrededor de su corazón. No podía culparlo porque después de la conversación de la noche anterior, se dio cuenta que de alguna forma tenía miedo de ser tocado con un deseo sexual, sabía que con Levi no había nada que temer, pero su cuerpo se negaba a aceptarlo tan fácilmente.

Podía llegar a afirmar que se había vuelto una persona extremadamente importante en su vida y en su día a día, Levi le daba un lugar a su lado y eso lo hacía más que feliz, podía olvidar junto a él todas las cosas tristes que había tenido que vivir.

—Eren – el levanto la mirada para posarla en el mayor – Con lo de Sasha no quiero que te preocupes por los precios. Compra lo que veas que es conveniente y búscale un hermoso vestido.

—De acuerdo – sonrió y acaricio el cabello del azabache – ¿Crees que sea buena idea hacer una danza para ellos?

—¿Quieres bailar? – se escuchaba la incertidumbre y un toque de emoción en la pregunta –

—Sí, veras estoy acostumbrado a bailar todos los días – se recostó de nuevo en el fuerte pecho – Y quisiera darles una demostración de nuestra cultura y también sería mi regalo.

tu eres mi flor de lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora