capitulo 5

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Momentos:


Eren despertó cuando su madre con leves toques en su puerta pidió permiso para ingresar.

—Adelante – respondió, mientras se desperezaba y se sentaba en la cama –

—Buenos días, hijo mío, perdón por levantarte tan temprano, pero …

Las palabras de su madre murieron cuando atravesó la pequeña división de la habitación y pudo verlo, corrió dejando la bandeja del desayuno en una de las mesitas de noche y se sentó a su lado, levantando su suelto cabello y detallando su derecho del rostro.

—Dime por el dios Agni* que te paso en el rostro – exigió, mostrando una preocupación descomunal en sus ojos –

—¿Tan terrible esta? – pregunto, pasando lentamente su mano y ahí sintió el ardor – Bueno, anoche no me mire al espejo después de lo ocurrido así que…

—¡Eren, dime qué demonios paso y deja de evadir la pregunta! – se sorprendió al verse regañado, pues su madre jamás le levantaba la voz –

Sin más reparo, conto lo sucedido y al nombrar a Petra, la ira en el rostro de su progenitora se hizo presente, el trato de tranquilizarla y decirle que estaba acostumbrado, pero él sabía que era una lucha perdida, pues su madre lo amaba más que la luna ama al sol.

—Pero mami, no te afanes con un poco de maquillaje debe disimularse – comento, haciendo una sonrisa bastante triste –

—Eso a mí no me importa, ella te maltrato y bajo mi techo, no lo pasare por alto – hablo, cerrando con fuerza sus ojos y soltando un suspiro pesado – Ahora desayuna, arréglate y te espero en la cocina, para hacerte una curación.

—Si mami, ahí estaré, dame unos minutos – dijo esto besando las manos temblorosas de su madre –

Cuando la escucho cerrar la puerta, salió en su totalidad de la cama y se dispuso a comer, era una ensalada de frutos rojos, saboreo cada pieza como si fuera la última, pues era su alimento favorito en las mañanas.

Entro al baño y ahí vio lo maltratada que estaba su cara, tenía varios hematomas y en su frente, pómulos y parte de su mentón estaban con rapaduras profundas. Toco su cara con sumo cuidado y unas lágrimas brotaron de sus ojos, porque era sumamente doloroso saberse inferior y nada valorado y eso demostraba su rostro. Evitando sentirse peor, entro y tomo una ducha, sintió su vientre un poco inflamado, así que sabía que sus días de fertilización estaban cerca, y con cuidado acaricio esa zona, pues sabía que la diosa Kamala lo había elegido y el respetaría esos deseos, así le causaran tanto sufrimiento.

Busco con cuidado su vestido, pues había aceptado acompañar a Levi por el mercado y no quería hacerlo pasar vergüenza por estar con él, y ahí vio ese que su abuela le había obsequiado hacia un par de años y que usaba solo en ocasiones especiales, pues a él le parecía hermoso, lo saco con cuidado y lo coloco sobre su cama.

Al terminar de vestirse, tendió su cama, tomo la bandeja y salió, camino por el pasillo y al llegar al frente de la habitación de Levi sonrió, pues sabía que él estaba bajo su cuidado y sería un excelente anfitrión. Bajo lentamente las escaleras, pues él sabía muy bien que era un poco torpe y tendía a trastabillar con facilidad.

Al llegar al comedor, sus padres y la abuela lo esperaban, sus miradas eran de dolor profundo y el ya no tenía escapatoria de un posible jalón de orejas.

—Buenos días padre, abue, ¿Qué tal noche pasaron? – se acercó a los nombrados y deposito un beso en sus frentes –

—Eren, déjame verte – pidió su padre, y el sin poder negarse, descubrió su rostro y la expresión se transfiguro – ¡Cómo es posible que esa fea mujer se atreva a insultar mi hogar!

tu eres mi flor de lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora