capitulo 13

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Mi familia

Al abrir sus ojos tenía ese hermoso rostro caramelo en su pecho, ahora lograba entender el porque estaba disfrutando de dormir, aunque no podía negar que en ese preciso momento su brazo estaba entumecido y podría llegar a pensar que estaba muerto.

Eren podía parecer muy delicado, pero pesaba demasiado y más cuando estaba dormido, saco con sumo cuidado su extremidad muerta y empezó a masajearla para ver si revivía, después de unos minutos dejo de sentir ese incomodo cosquilleo, así que se giró y empezó a acariciar ese rostro que tanto le gustó porque el solo hecho de sentirlo respirar lo llenó de una energía extraña pero satisfactoria.

Pero no pudo olvidar su rutina y menos cuando el cejón afirmó ir temprano, depositando un beso en la cabeza del menor, se levantó y abriendo su armario se dirigió a la zona de sus ropas de ejercicio, se cambió y se dirigió a su gimnasio, necesitaba sacar todo el alcohol que había consumido la noche anterior y sobre todo esa rabia que supuesta familia le había hecho pasar.

—Mierda, porque esa vajilla – peleo mientras lanzaba una fuerte patada a su saco de boxeo – Pudo llevarse el juego de té, pero mi hermosa vajilla.

Su ira era exteriorizada y quien sufría esos fuertes golpes eran ese cuero que dentro de pronto tendrá que mandar arreglar, pero de verdad que le molestó el hecho de ser asaltado con un arma constituida solo con los dedos de su madre y el cómo imbécil había levantado las manos. Así que con esa sensación de rabia sus puños obtuvieron a generar un impacto mayor en el saco que los recibió, porque en ese momento no era no vio una bolsa de cuero, vio la cara de su padrastro, su hermano y en gran medida de su madre

Escucho las fuertes risas de Hanji a la distancia, ahí entendió que sus amigos ya empezaron a empezar a adueñarse de su patio de barbacoas, no le dio importancia y siguió con su entrenamiento, se dirigió a la colchoneta y empezó a hacer abdominales, sentadillas y posteriormente a levantar pesas. Desde joven se había dedicado a fortalecer su cuerpo y evitar por cualquier medio tener alguna parte flácida, porque sus músculos eran los que le permitían aguantar todo el trajín diario del trabajo.

Unos golpes hicieron presencia, sabía que no debía ni pronunciar una sola palabra porque quisiera o no estaban en confianza.

—Buenos días capitán – apareció la suave voz de Armin y el solo se giró – Le traigo su batido energizante, ¿desea algo más de desayuno?

—Gracias – recibió el recipiente y tomo un sorbo – No esto es más que suficiente, hoy tu estúpido esposo me va a sobre alimentar.

—Bueno capitán, también necesita de todos esos alimentos para tener mucha energía – afirmó con una dulce sonrisa, pero sabía que solo era para ayudar a su estúpido esposo –

—Si claro y como yo soy imbécil me como el cuento – lo vio soltar una fuerte carcajada – Por eso me deja almorzar tan bien cuando estamos en el cuartel.

—Jajajaja capitán, usted ha cambiado – levanto una ceja y espero a que el joven continúe – Me refiero, antes usted no era capaz de continuar con una conversación que le parecía absurda y menos contestarme.

No supo que decir, tal sostuvo lo puso a pensar y ahí se dio cuenta que era cierto, nunca se esforzaría en contestarle a alguien algo que era lógico en su rutinaria vida y menos contestarle al gran Armin Arlet, pues él tenía su respeto porque no todos los días conocías a un joven con sus capacidades.

—Creo que Eren está obrando bien en usted – sonrió y fortaleció su mano, mejorando a entender que le devolviera el recipiente – Levi, espero que seas muy feliz.

—Puede que tengas razón – sostuvo su mirada con la de su acompañante – Pero necesito ayuda.

—Bueno se dio cuenta de eso es lo más importante – afirmó y soltó un tierno suspiro – Ahora es cuestión de iniciar.

tu eres mi flor de lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora