¡Sunflower!

008

Sentiste que te movían y eso te despertó, cuando abriste los ojos los cerraste de golpe por la luz del lugar.

— sunflower, ya casi es hora de abrir.

Te sentaste en el lugar donde estabas, tu mano tocó la suave tela bajo de ti, palmeaste el lugar y escuchaste una risa.

— ¿demasiado desorientada?

— ¿Tal vez?

Se volvió a reír y le sonreiste sin entender muy bien exactamente dónde estabas.

Te estiraste y luego te volviste a acostar, tenías los ojos entre abiertos pero los cerraste y te acostaste de lado.

— oh, no, no, no, ¡Hay que despertar!

Sentiste que te alzaba y soltaste un quejido, querías seguir durmiendo, estabas muy cómoda en ese lugar.

— ¿Por qué debo despertar?

Miraste a matt y este soltó una risa divertida.

— por qué tienes que trabajar.

Burló, risas se escucharon y matt te dejo en el piso con cuidado, te frotaste con un dedo tus ojos y luego miraste el lugar, estaba acomodado, como siempre.

— ¡Hoy hay una fiesta!

Hablo mientras te miraba, asentiste ante eso, en alguna parte de tu mente lo sabía.

(...)

— matt, matt ¡Podrías cantar mi canción favorita?

Este miro al pequeño y asíntio con una sonrisa.

— ¿Cuál es? ¡Tal vez sea mi canción favorita también!

— mamá dice que se llama never ever getting.

Este se quedó callado unos segundos y luego sus ojos brillaron en un azul un poco más fuerte que el usual, luego volvió a bajar.

— ¡Listo! Ya la encontré.

(...)

Miraste a matt cantar una canción mientras jugaba con el cable que colgaba por el lugar, te cuestionaste para que era exactamente desde que llegaste.

Los niños rieron ante el acto de matt, este te miro boca abajo y reíste.

Miraste la hora y saliste del lugar para buscar el pastel, ya habían roto la piñata así que era hora del pastel.

Cuando entraste miraste el pastel extrañada, no sabías que habían cambiado el pastel a uno de Eduardo.

Dudaste si entrar con el pero lo hiciste de todas formas, una madre se acercó a ti y cuando vio el pastel pareció explotar.

— ¿Que esto? ¡Yo pedí el pastel del oso!

Gritó ganando que algunas personas te miraran, principalmente los padres.

— lo cambiaste en seguida.

Soltaste intentando caminar a la mesa en busca del walkie talkie pero la señora se puso frente tuyo.

— ¿Sabes cuánto pague por este miserable lugar? ¡Tu salario mínimo no podría pagarlo ni en un año! ¿¡Para que se equivoquen así?!