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Paso su uno de sus dedos por el puente de su nariz.

— tomaste muy en serio cuando dije que podías tocar lo que quieras.

— si lo hice.

— ¿También me vas a besar dónde quieras?

Golpeaste levemente su frente y este se quejo.

— si quieres que te dé un beso en la mejilla como con matt solo dilo.

Tom se quedó callado mirando a ____ unos segundos.

— ¿Y lo harías si lo pido?

— ...¿Por eso has dicho todo el tiempo que puedo darte un beso dónde quiera?

Hubo un silencio, no sabes a donde mira, es difícil cuando no tiene ojos pero ver como cerro los ojos levemente....

— matt siempre tiene más atención que yo.

— Tom, asustas a los guardias.

— ¡Es diferente! Siempre son unos idiotas, el último hizo llorar a una niña.

En realidad era normal que los adultos no sean fans de los niños, conoces a algunos que no les gustan y aunque no llegarían a ese extremo de hacer llorar a un niño...tal vez solo los ignorarian.

— bien, ya entendí. Tampoco digo que seas malo Tom, se que tu mayor preocupación son los niños.

Cuando sentiste que ibas a bostezar, tapaste tu boca y miraste a Tom quien se sentó en la cama.

— es tarde, debes dormir.

— pero quería pasar tiempo contigo.

Al escuchar la risa de Tom te ibas a quejar pero este se levantó de la cama y le alzo, realmente no pareció muy difícil llegar a ti sin mucho esfuerzo.

— tal vez en otra ocasión, tienes que dormir.

Te acunó en sus brazos como matt hace matt más seguido de lo que te gustaría admitir.

— ¿A dónde vamos?

— a mi cuarto, el cuarto de Tom se prende cuando la luz de la guardería se prende, mi cuarto se mantiene sin luz todo el tiempo, así matt no puede entrar.

Reíste ante eso, cuando te dejo en la cama con cuidado estiraste tus manos.

— no tengo un biberón, lo siento starlight.

Burló pero se acercó a tu rostro, rodaste los ojos ante su comentario y agarraste su rostro acercándolo a ti, le diste un beso en la punta de su nariz y te buslaste cuando no se movió ni dijo un chiste malo.

— buscas noches, Tom.

Alejaste tus manos de su mejillas y te reíste cuando siguió sin moverse.

— ¡Ya se!

Soltó de golpe, se alejo de la cama y soltaste una carcajada.

— ¿Que dice matt?

Este te miro y voltio para mirar a otro lado.

— nada, que te ama.

Rodaste los ojos ante eso, sabes que se burla de matt por la forma en que aguanta soltar una carcajada.

— ¡Bien! Buenas noches, a ambos.

Muemurraste acomodandote en la cama, cuando ibas a agarrar una almohada viste dos peluches, a comparación de la pila de peluches que tenía matt, este solo tenía dos.

— son parte de nuestra mercancía.

La voz de Tom desvío tu mirada levemente y asentiste.

Eran dos peluches, uno era de matt, con esos curiosos pinchos que daban a entender que era como un "sol" y otro de Tom que era igual a el, con las lunas en sus pantalones, sabes que matt es una representación de un sol y Tom de una luna, es algo obvio.

— son lindos.

Agarraste ambos peluches y los miraste.

— si quieres puedes llevártelos, en realidad puedo robarme otros.

— ¿Te los robaste?

Lo miraste y este nego levemente.

— los niños a veces olvidan sus muñecos, si no los reclaman matt se los queda, por otro lado esos dos que vez, nos los dieron por qué son parte de nuestra mercancía pedo sin problemas puedo robarme unos, aunque dudo, no soy fan, solo los tengo por qué matt no me dejó tirarlos y su cama está llena de peluches.

No dijiste nada, solo miraste levemente los peluches, sin duda te los ibas a llevar mañana.

(...)

— eso sería todo, que cansado.

Se quejo Rodrigo, te reíste por eso, si estabas cansada, ayer te quedaste a dormir con ellos y hoy también tendrías que por qué megan junto a Rodrigo estaban aquí, en la guardería...otra vez.

No te habías llevado esos dos peluches por qué todavía no ibas a tu casa, en realidad tragiste ropa para estos dos días y Vanessa te dejo usar los vestidores del personal.

— si, ya solo falta que terminen los de ingeniería y...

Soltó un grito megan cuando fue levantada en piso por su blusa, Rodrigo por otro lado parece haberlo contenido.

— ¡Matt!

— el trato era que podrían estar mientras fueran útiles, ya no lo son.

Hablo entre dientes pero con una sonrisa mirando a ambos que sostenía en sus manos como si fueran muñecas de trapo.

— pero...

No te hizo ni el más mínimo caso, empezó a caminar a la puerta y abrio, sostuvo a los dos en una mano, los dejo caer en el piso con...poco cuidado aunque no fue alto como para que se lastimaran de verdad probablemente les dolió la caída.

— y eso que está siendo amable, usualmente prácticamente los tira.

Te sobre saltaste al escuchar una voz a tu lado.

— saimon, no sabía que estabas aquí.

Suspiraste de alivio al verlo a tu lado, este soltó una risa.

— ¡Ni yo sabía que iba a venir! Me avisaron de último momento. ¿Que tal todo?

— bien, ¿Que te trajo por aquí?

— oh, me avisaron que ya habían terminado, que tenía que venir y me sorprendió, matt no suele ayudar así que es muy tardado.

— ¿No suele ayudar...? Uno pensaría lo contrario.

— lo sé pero no le agradan los de mantenimiento así que prefiere no ayudarlos.

— ¡Saimon!

La voz de matt te hizo mirar a su dirección.

— Hola pequeña gota de sol. ¿Listo para mañana?

Reíste ante el apodó, cuando matt asíntio felizmente, saimon sonrió.

— que bien, mañana se abrirá la guardería a las diez para que entren, todo terminará a las once y media. Después de eso se volverá a cerrar para comldar todo.

Sabías que era más difil armar todo que desarmarlo pero dos días para una hora...wow, uno pensaría que es absurdo pero tiene cierto sentido, por lo que sabes los conciertos de la banda solo duran media hora y tiene como seis al día, una hora debía ser increíble para los niños y único incluso.

¡Sunflower!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora