¡Sunflower!

011

Sin las luces que entraba por la puerta todo se quedó oscuro, la canción de cuna de Tom empezó a sonar y te sentiste confundida.

— ahora se una buena niña y quédate dormida.

Te sentías confundida, ¿Cree que eres una niña?

Y es que si, como Tom había dicho eras fácil se confundir con una niña.

Viste como metió su mano en su bolsillo, escuchaste un click y luego saco un dulce azul, era...los de el, los que son para dormir. Negaste rápidamente y hablaste en un intento de que te reconociera, ¿Tal vez no te reconoció como parte del personal?

— ¡Soy ____! Parte del perosnal, no soy una niña.

Este solo desenvolvió el dulce y agarro el caramelo entre sus dos dedos.

— No quieres ser una niña mala, ¿Verdad?

Su voz se distorciono al final y tragaste el nudo de tu garganta, si Tom dice que eres una niña, ¡Pues serás una niña!

Agarraste el dulce y lo metiste a tu boca, el dulce como tal solo relaja pero dormir ya es otra cosa.

La canción de cuna sonó un poco más fuerte pero no escandalosa, Tom empezó a acariciar tu rostro, hizo lunas en tus mejillas, lunas imaginarias claro está, por momento cambiaban a estrellas pero eso te estaba haciendo perder la conciencia, no sabes si culpar al dulce, el cómodo regazo o las...¿Caricias? ¡Tal vez todo!

Escuchaste unas voces hablando y te moviste en dónde estabas acomodandote otra vez, aún así escuchaste voces.

— ¡Ya se fue! La baje hace rato. ¡Solo vamos!

— no contesta el walkie talkie.

— probablemente esté en su casa.

Fue lo último que escuchaste antes de volver a dormir.

(...)

Volviste a habrir los ojos, sentiste la tela bajo de tu, suave cómo una sábana, oh...¿Estabas en casa?

Te moviste y escuchaste levemente los resortes de la cama, miraste las sábanas borrosas pero poco a poco enfocaste bien, miraste las sábanas...¿Amarillas? Tus sábanas era grises...¡Tus sábanas eran grises!

Te sentaste de golpe en la cama donde estabas y escuchaste como alguien soltaba un pequeño grito.

— ¡Sunflower, no te levantes de golpe!

Miraste a matt frente a la cama, parecía dibujar en una mesita, suspiraste de alivió cuando lo viste, al menos no estabas secuestrada...

— matt, ¿Dónde estamos?

— en mi cuarto tontita.

Este bajo levemente la mirada y lo miraste confundida, se veía...culpable.

— lo siento, son más de las doce así que por accidente te deje atrapada aquí.

Hablo con un tono de voz que parecía...estar decepcionado de si mismo por eso.

Aunque sabes que está defectuoso, al menos antes de que Tom te hiciera dormir lo entendías, después de todo no era el funcionando al cien porciento.

— está bien matt, supongo que no te molestará si me quedo a dormir.

— ¡No, en definitiva no! Y...también Tom lamenta haberte echo dormir, dice que su reconocimiento facial no servía así que pensó que eras una niña pequeña.