VII. Escape

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*Todo este capítulo fue escrito acompañado por la canción Traitor, de Olivia Rodrigo.  Se recomienda leer el capítulo con la canción de fondo*

  Se recomienda leer el capítulo con la canción de fondo*

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Huí. Huí de sus brazos tan rápido como mis piernas me lo permitieron. Corrí hacia Max, la única persona a la que tenía en aquel lugar. Lo vi en la lejanía, bailando y riéndose con sus amigos. Eché la vista atrás y vi a Nick, y aún así corrí hacia Max. Sabía que, por una vez en mi vida, estaba haciendo lo correcto. Lo que tenía que hacer. Y cuando llegué hasta él, todas mis fuerzas se desplomaron, y sentí que moría. Mis ojos encontrándose con los suyos hizo que ninguna explicación fuese necesaria.

-Max, necesito irme -dije reteniendo las lágrimas como pude. -Sácame aquí, por favor -cualquier atisbo de sonrisa que antes asomaba en su cara, de repente, había desaparecido. Sus amigos, que seguían celebrando, parecían no darse cuenta de lo que estaba sucediendo.

Y sin tener que explicar nada, agarró mi mano y nos encaminamos hacia la salida. Pasamos por delante del lugar en el que, hacía unos segundos, había estado a punto de caer en la tentación. Pero me mantuve fuerte.

Sin soltar mi mano, fuimos hasta su coche, y ese fue el único momento de la noche en el que me soltó. Me metí dentro del coche como pude, con las piernas temblando de los nervios. Y sentí que tenía que soltarlo todo. No pude remediarlo y las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas.

-Está aquí, Max, ha vuelto. Nick está aquí -expliqué como pude, en medio del llanto que cada vez era más desesperado. Me sentía vulnerable, débil, porque sabía que si no hubiese huído, habría vuelto a caer. Habían sido cuatro largos años a su lado; cuatro años de toxicidad, cuatro años de mentiras y chantajes emocionales, cuatro años que me habían dejado rota.

-Shh... tranquila -sentí cómo se estiraba desde su asiento y, con su manos, acercaba mi cabeza hacia su pecho. Y fue en ese momento en el que mi llanto fue desconsolado. Por primera vez en cinco largos meses, me estaba desahogando. Estaba soltando todo lo que llevaba dentro. -Todo va a estar bien -le oí susurrar apoyando su mentón sobre mi cabeza. No podía parar de llorar. Todos los recuerdos se agolpaban en mi cabeza y me torturaban.

-No me merezco esto, joder... -logré decir entre llantos. Sentí que necesitaba soltar todo. Todo aquello que jamás había compartido con nadie. Había llorado con mis amigas, incluída Lucy, que me había traicionado. Me habían visto débil, vulnerable. Pero nadie me había visto tan rota como aquella noche. Quería gritar, quería liberarme, quería romper algo, soltar toda la rabia que llevaba dentro.

-Él no te merece a tí -dijo entre dientes. Y tenía razón, pero el corazón a veces te juega malas pasadas. Porque, aún sabiendo que no me merecía, no podía evitar que me doliese.

-Max, estuve a punto de besarle -confesé sin parar de llorar en su pecho. Lloraba de pena y lloraba de la vergüenza que todo aquello me producía. Cómo podía ser así? Me había pisoteado y, aún así, había estado a punto de besarle.

Dangerous game | Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora