Jessica
Me desperté en medio de la noche algo confusa. Cuando abrí ligeramente los ojos, vi mis brazos rodeando la cintura de Max, que descansaba plácidamente a mi lado, con la boca algo entreabierta y su cabello despeinado. Sonreí inconscientemente al verle de aquella manera. Pero esa sonrisa desaparece poco a poco a medida que voy recordando todo. Me separé un poco de Max, quedando boca arriba en la cama, liberando un pequeño suspiro. Todo me había superado por completo aquella noche.
-Duerme -escuché a Max susurrar. Me giré para mirarle a la cara, y sus ojos seguían cerrados, aunque estaba claramente despierto.
-No puedo -confesé también en un susurro. Él soltó un suspiro y, pareciendo darse por vencido, abrió los ojos y se giró para mirarme a la cara. Sus ojos estaban claramente hinchados del poco sueño que había conciliado.
-Cómo estás? -preguntó mientras metía su brazo por debajo de la almohada donde tenía la cabeza recostada, para servirle de apoyo. Y qué se respondía a esa pregunta? Para ser sinceros, en aquel punto, tenía la sensación de que ya ni sentía ni padecía.
-Dolida -dije con total sinceridad. Cómo iba a estar si no? Me sentía confusa; confusa por que Nick volviese una vez más a intentar arreglar las cosas, y dolida también con Lucy. Lo que había hecho no tenía ningún tipo de sentido, y más habiendo visto durante meses cómo Nick me había hecho sentir con su infidelidad. -Sabes? Cuando vi a Nick agarrado de la mano con ella por la calle, con la que se suponía que era mi mejor amiga, y descubrí todo lo que estaba pasando... -necesité parar, porque las lágrimas ya estaban derramándose una vez más, acabando en la almohada. Max, con su mano, intentó secar las lágrimas de mi cara, pero otras seguían cayendo.
-Sabes que me tienes para lo que haga falta, verdad? -preguntó casi haciendo una afirmación. Su apoyo aquella noche estaba siendo increíble. Nos habíamos conocido cuatro días antes, pero sentía que hacía tiempo que nadie me apoyaba de aquella manera. Estaba siendo todo lo que necesitaba en aquel momento, pero cuando las vacaciones se acabasen, todo sería diferente.
-Gracias por todo esto, pero no hagas promesas que no puedes cumplir -respondí, haciendo que su entrecejo se arrugase ante la respuesta. -En unos días volverás a casa y te olvidarás de todo esto. Y lo entiendo; no te culpo. Tienes tu carrera, tu vida... y yo tengo la mía en Londres.
-No tiene por qué ser así -respondió inmediatamente, pareciendo ofendido ante mis palabras. -En mí se puede confiar, y yo te lo voy a demostrar.
-Max, te voy a hacer una pregunta y necesito que seas sincero -le advertí sonriendo porque podía intuir cuál era la respuesta. -A cuántas más les has dicho esto antes que a mí?
-A ninguna -respondió tan solo un par de segundos después.
-Max... -reí porque no me creía aquella situación ni tampoco sus palabras.
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Dangerous game | Max Verstappen
FanfictionTen cuidado con los juegos. Algunos pueden ser peligrosos.