XXXIII. Reencuentro

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Jessica

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Jessica

Es oficialmente mi último día en el trabajo. Cualquiera esperaría que le preparasen algo especial después de tres años en aquel lugar, pero no es así. Ni siquiera una despedida que mostrase algo de cariño. Nada. Pero tampoco lo necesitaba. Todo esto tan solo me demuestra que he tomado la decisión correcta y que, a partir de ese momento, voy a perseguir aquello que me haga feliz.

En el mismo momento en el que pongo un pie fuera de la academia recibo un mensaje. Y pensaba que sería de alguna de las chicas, que llegaría tarde a nuestra reunión antes de mudarme, pero es de Max.

"Ya está todo dentro de las cajas"

Lo leo y sonrío. Ha sido prácticamente él solo el que se ha encargado de guardar todo mientras yo trabajaba. No lo había hecho con mucha delicadeza u organización, pero lo había hecho, y eso era lo que importaba.

Me dirijo hacia la cafetería en la que he quedado con Pam y Emma, y paso por delante de una tienda de ropa de bebé. No puedo evitar quedarme mirando el escaparate, sonriendo como una boba, imaginándome cómo será cuando llegue el día de empezar a comprar todo. Suspiro tratando de contenerme para no entrar a la tienda, repitiéndome a mi misma que todavía es demasiado pronto.

-¿Jessica? -escucho a mis espaldas e inmediatamente sé quién es. Me giro para mirarle, y veo que está igual que siempre.

-Nick -respondo sin saber muy bien qué decir. No lo había visto desde aquella noche de agosto en Ibiza y, sinceramente, me alegraba. No verle era lo mejor para mi, sobre todo en el momento anímico en el que me encontraba. Necesitaba estar sosegada.

-¿Cómo estás? -pregunta pareciendo interesado. -Te veo igual que siempre -joder, pues han habido unos cuantos cambios, pienso en mi interior.

-Bien, todo bien -ni siquiera tengo ganas de preguntarle cómo está él, porque no me importa. Y me doy cuenta por primera vez que me da igual todo lo que tenga que ver con él y que, después de muchos meses, lo he superado. Me enorgullezco de mi misma, pues me ha costado, pero al fin lo he conseguido.

-Estabas mirando... -balbucea señalando al escaparate de la tienda, y sé perfectamente lo que se le ha venido a la cabeza. Yo tan solo asiento, sin muchas ganas de seguir con aquella conversación. -¿Estás...? -pregunta pareciendo incapaz de pronunciar aquella palabra.

-Si -respondo de manera seca, deseando que se largue de una vez. Joder, yo tan solo había quedado con mis amigas para tomar un café juntas antes de mudarme.

-Vaya... ¿y es de...?

-De Max -estas palabras sí que las digo con orgullo. Me ha demostrado los últimos días que, a pesar de ser lo más precipitado que he hecho en mi vida, ha resultado ser la persona correcta. Me respeta, me cuida, me ayuda en todo lo que puede y, sobre todo, me comprende en todos los aspectos.

Dangerous game | Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora