XV. Inseguridad

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Jessica

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Jessica

Los rayos de sol colándose por la ventana de la habitación hicieron que me despertase. Me giré para estirarme, y el otro lado de la cama estaba vacío. Me fijé en que las sábanas estaban frías. Hacía rato que Max se había levantado, pero sus cosas seguían en la habitación. El ruido del agua de la ducha corriendo, me hizo darme cuenta de que se estaba duchando. Su teléfono móvil, todavía en la mesita de noche, vibró un par de veces. Decidí ignorarlo por completo. Seguramente sería Daniel o Alex. Nos habíamos ido sin dar ninguna explicación y era normal que quisiesen saber si estábamos bien.

Pero el teléfono seguía vibrando, y pensé que sería algo importante, así que lo agarré para llevárselo al cuarto de baño, cuando de pronto un mensaje iluminó la pantalla e hizo que yo me apagase por dentro. "No puedo esperar a verte". El nombre de Kelly encima del mensaje hizo que me sorprendiese. Según Max, lo habían dejado. Ya no eran nada. Primera mentira, pensé. Es verdad que no tenía que contarme su vida o darme explicaciones porque no éramos pareja, no éramos nada serio. Pero él era el que había querido establecer el término de exclusividad en nuestra "relación". Estaba en una encrucijada. Y no había nadie mejor que Pam para ayudarme en esos asuntos, pues ella tenía mucha más experiencia que yo.

Dejé el teléfono donde estaba anteriormente y me puse unos pantalones de chándal cortos de color gris, una camiseta blanca crop top y mis zapatillas blancas. No pensaba decirle nada a Max; me había despertado de mal humor y, en el fondo, era su culpa de forma indirecta. Pero escuché la puerta del cuarto de baño cuando estaba peinando mi larga melena morena en una coleta.

-Buenos días -dijo Max esperando la misma respuesta, pero no tenía ganas de hablar con nadie, y menos con él. -A dónde vas? -preguntó pasando la mano por su pelo mojado, revolviéndolo un poco.

-A ver a Pam -contesté de manera seca, conteniéndome todo lo que pude para no mirarle de arriba a abajo. A pesar de lo mal que me había sentado el mensaje y de todo lo que me había confundido, Max tenía un control sobre mí que ni él mismo conocía. Me encaminé hacia la puerta y cogí la tarjeta de la habitación. -Ah, Kelly te escribió. Respóndele, no vaya a ser que se preocupe -dije antes salir de la habitación y cerrar de un portazo. Respiré profundamente; no quería alterarme por algo que podía ser una tontería. Y en el fondo lo era. Max y yo no éramos nada. No había un nosotros de verdad. Éramos un proyecto o una intención que ambos desconocíamos.

Fui hasta la habitación de Pam y Emma y golpeé la puerta, pero nadie respondió. Volví a golpear y escuché unos pasos acercarse al otro lado de la puerta, pero nadie dijo ni una palabra.

-Pam, soy yo -dije elevando la voz para que me escuchase. Pero seguía sin decir nada -Pam, es importante. Abre, por favor -aclaré, pues sabía que ella siempre estaba para mí cuando la necesitaba. Era ese tipo de amigas en las que siempre podías confiar. Daba igual lo que estuviese haciendo. Ella siempre pararía todo y estaría ahí para ti.

Dangerous game | Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora