Te necesito.
Eso fue lo último que oí antes de que los labios de Max se juntasen con los míos. Esta vez no era un beso cualquiera. Era un beso calmado, lento, con cariño y dedicación. Nuestras bocas se movían al compás. Estábamos solos en aquel lugar pero parecíamos estar solos en el mundo.
Se puso sobre mí, sujetando el peso de su cuerpo con sus manos, que se encontraban a ambos lados de mi cabeza. Mis manos enredadas en su pelo le impedían separarse de mi. Estaba disfrutando cada segundo, cada milésima de segundo. Sabía que, lo más probable, es que aquello no fuese una buena idea. Sentía que la dependencia emocional se acabaría apoderando de nosotros, de ambos, y que nos acabaría haciendo daño.
Necesitaba cambiar aquella situación, así que aceleré el ritmo de nuestros besos. No quería que fuese suave; no quería que fuese sentimental. Lo mejor para los dos es que fuese simplemente pasional. Sin sentimientos. Solamente sexo. Tan simple como eso.
Max se separó de mí durante un instante, con gesto contrariado, pues era obvio que algo había cambiado unos segundos atrás. Era como si estuviera ofendido, como si necesitase algo más que simplemente pasión.
-Vamos al coche -sugerí haciendo que se quitase de encima de mí y ambos nos levantásemos. Sus manos atraparon mis caderas y me giraron para volver a besarnos.
Andando lentamente de espaldas, siendo totalmente guiada por él, nos metimos en la parte de atrás del coche. Max sentado y yo sobre él. Ambos comenzábamos a sentir calor, y las ventanillas del coche comenzaban a empañarse. Su manos agarraron mi camiseta y se deshicieron de ella rápidamente, como si le estorbase. Y yo hice lo mismo con la suya, porque es verdad que me estorbaba. Necesitaba sentir su piel en contacto con la mía, mientras mi cabeza luchaba contra mi corazón, y me decía que lo mejor era que no tuviera sentimientos. Que me controlase y no me dejase llevar.
Me peleé unos segundos con el cinturón que sujetaba sus pantalones y, finalmente, lo desabroché. Max hizo un movimiento rápido y bajó los pantalones hasta las rodillas, para después hacer lo mismo con los míos, llevándose la ropa interior con ellos. Me quité el sujetador, quedando completamente desnuda ante Max, que recorrió mi cuerpo con sus ojos, besándome de forma apasionada pocos segundos después.
Agarré su cartera, que estaba tirada en el suelo del coche, para poder sacar un preservativo. La foto de una mujer joven, de pelo castaño, ojos verdes y mirada rasgada, apareció nada más abrirla. Y no pude evitar sentir curiosidad.
-Quién es la de la foto? -pregunté mientras él abría el pequeño sobrecito. Ví cómo usaba sus dientes para abrirlo, luchando contra su desesperación.
-Kelly, mi ex. Se me olvidó quitarla de la cartera -explicó, aunque era obvio que era mentira. Quién se olvida de tirar una foto de un ex? Nadie. Solo hay una razón para no hacerlo; y es seguir enamorado o enganchado a dicha persona. Lo había sufrido con Nick y sabía cómo se sentía.
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Dangerous game | Max Verstappen
FanficTen cuidado con los juegos. Algunos pueden ser peligrosos.