GAVI
Maldigo el momento en el que me pareció buena idea acorralar a Laia.
Llevaba un día de mierda, me había peleado con mi mejor amigo de toda la vida, Ale; el partido de ayer me había ido fatal, habíamos perdido y me sentía culpable por fallar un gol que nos podría haber llevado al empate y para colmo aparece una tía pegándome por echarme una foto con ella y con mi mal temperamento no se me ocurre otra cosa que vacilarla.
Necesitaba ayuda para resolver este problema. La había llevado a casa de Pedri, yo todavía no tenía casa propia y no podía llevarla a La Masía, allí despertaría la curiosidad de todo el mundo.
Le había mandado un mensaje a Pedri para avisarle de que había ido a su casa y pedirle que viniera rápido, que necesitaba su ayuda urgentemente, pero lo que no le había dicho era que iba a estar una chica en su salón, chica la cual iba a tener que convencer para que fingiese ser mi novia durante un tiempo a cambio de una recompensa económica.
Laia era bastante guapa, eso no se podía negar, pero no la conocía de nada, no sabía cómo era, ni si iba a cumplir su parte del trato ni si lo iba a aceptar siquiera. Tenía miedo, jamás había sentido el miedo que estaba sintiendo en esos momentos. Mi carrera de deportista podía verse arruinada en horas. Necesitaba esconder a toda costa mi identidad, no podía descubrir quién era y menos aún saber que era una persona bastante conocida en el mundo del fútbol, eso podría llevarla a intentar chantajearme o a saber qué. La había cagado al decirle mi nombre y edad, pero tenía claro que eso era lo único que iba a saber de mí.
Mientras discutía con Laia después de haberle propuesto el trato, alguien entró por la puerta de la casa. Se me paró el corazón. Vi a Pedri entrar cargado con las bolsas de la compra.-Gavi, ¿qué pasa?- de repente se quedó quieto al ver mi cara de angustiado y a una chica sentada mirándonos con una cara extraña.
-No me puedo creer que me hayas engañado con tu nombre, me habías dicho que te llamabas Pablo- dijo Laia mientras se levantaba de la silla.
-Es que se llama Pa- empezó a decir Pedri, pero le corté rápidamente.
-Tenemos que hablar, a solas.
-Vamos a la cocina y ya de paso dejo la compra- propuso, flipando con la situación.
-Tú, quédate ahí sentada y no te muevas- le dije a Laia muy seriamente.
Al decirle esto, Pedri se me quedó mirando todavía más atónito que antes.
Mientras íbamos a la cocina, no pudo aguantarse más y empezó a echarme la bronca.-Madre mía Gavi, no sé qué has liado pero no tiene nada de buena pinta y encima vienes, me traes a la chica aquí y me metes en el marrón. Espero que no la hayas dejado embarazada, no sé cuántas veces te habré dicho que uses protección- me fulminó con la mirada- entiendo que cuando tengas un problema acudas a mí, pero ESTO, ESTO ES OTRO TIPO PROBLEMA- empezó a elevar el tono de voz, el sudor le empezó a bajar por la frente, estaba estresado- Aparte de eso, no me ha gustado nada el tono en el que te has dirigido a ella, espero que tengas buenas explicaciones para darme.
Levanté las cejas, no creía que fuese a reaccionar así, si lo hubiera llegado a saber no hubiera traído a Laia aquí. Los problemas se me acumulaban y cada vez tenía menos paciencia para resolverlos. No me veía capaz de contarle lo que había hecho, me avergonzaba de mí mismo, pero no me quedaba otra así que empecé a hacerlo.
Al terminar de contarle lo que había pasado a Pedri, él se me quedó mirando fijamente durante unos segundos, con la boca abierta y cara de sorpresa. No me había interrumpido en ningún momento de mi narración, cosa que no significaba algo bueno, sino todo lo contrario.
-Por favor dime que lo que me acabas de contar es mentira, POR FAVOR DIME QUE ES MENTIRA- empezó a chillar- ¿PERO TE HAS VUELTO LOCO? ¿CÓMO HAS PODIDO HACERLE ESO? ENCIMA PARA COLMO TE HAN GRABADO Y VIENES A MI CASA, AHORA VAN A PENSAR QUE YO SOY CÓMPLICE, ¿TE ESTÁS DANDO CUENTA DE LA GRAVEDAD DEL ASUNTO?
-Pedri, cálmate por favor.
-¿QUE ME CALME? ¿QUE ME CALME? ¿TÚ SABES LA QUE HAS LIADO PABLO MARTÍN PÁEZ GAVIRA? PORQUE YO CREO QUE AÚN NO ERES CONSCIENTE DE LO QUE PUEDE LLEGAR A OCURRIR SI EL CLUB SE ENTERA DE LO QUE HA PASADO.
-Tranquilo- le dije mientras me acercaba a él- relájate, lo tengo todo bajo control.
-Sí, bajo control JAJAJAJA- empezó literalmente a carcajearse en mi cara- si eso fuera cierto no estarías aquí pidiéndome ayuda y no me habrías mandado ningún mensaje que dijera- cogió su móvil y empezó a leer- "Pedri, estoy en tu casa, necesito que vengas urgentemente, por favor".
-Tengo un plan- dije sin pensar.
-Sí, despedirte de tu carrera deportiva- cogió una manzana y le pegó un bocado con toda la fuerza que su mandíbula podía ejercer.
-No. Le he propuesto una gran oferta económica a cambio de que finja ser mi novia, si el club piensa que es mi novia no podrían hacerme nada.
-Como poder, podrían, pero no sería algo tan grave como lo que te pueden hacer si se enteran de que EFECTIVAMENTE no es tu novia y encima ni siquiera la conocías- estaba empezando a perder los nervios.
-Bueno, vamos a hablar con ella, por favor. Hoy más que nunca necesito tu ayuda, prometo no pedirte que me ayudes más en mi vida si lo haces ahora- le supliqué- sabes lo que me costó llegar a donde estoy, no puedo tirarlo todo por la borda. Sé que la he cagado al igual que sé que tengo que aprender a controlar mi temperamento, prometo hacerlo en cuanto esté todo solucionado. Venga Pedri por favor.
-Lo haré, te voy a sacar de esta bro, pero me vas a deber una muy gorda- ya se estaba empezando a calmar.
-Por cierto, necesito que no descubra quiénes somos, puedes decirle tu nombre, pero que no se entere ni de que somos conocidos en el mundo del deporte, ni de qué deporte practicamos ni nada, ¿entendido?
-Entendido, vamos.
Salimos por la puerta de la cocina y llegamos al salón, vi a Laia mirando su móvil, específicamente la foto que le había hecho conmigo en un principio y por la que estaba ahora mismo metido en este problemón. En cuanto nos vio apagó la pantalla de su móvil rápidamente, la cual estaba bastante rota y lo guardó.
-¿Y bien? ¿Te has pensado lo que te ha propuesto mi amigo Pablo?- preguntó Pedri poniéndose en frente suya, cosa que me sorprendió. Laia estaba sentada en la silla, como yo le había dicho que hiciera y Pedri estaba en frente suya de pie, desde esa posición transmitía autoridad sobre ella.
-¿De cuánto dinero estaríamos hablando?- la jodida sabía a lo que iba.
-De mil euros al me- dije pero Pedri me interrumpió.
-Diez mil a la semana- dijo firmemente.
-¿¡Te has vuelto loco!?- me giré hacia él y le agarré de los hombros- Solamente por un mes le tendría que pagar 40 mil euros- le susurré- se va a llevar todo mi sueldo la desgraciada.
-Gavi, no hay otra, mil euros al mes parece un sueldo de un trabajo normal y corriente y esto desde luego que NO lo es, recuerda que tu carrera está en juego y la tipa esta no tiene ni un pelo de tonta, sabe a lo que va y no va a mantener el silencio por una cifra baja de dinero.
-¿Cuáles serían las condiciones de aceptar el trato?- preguntó seriamente interrumpiendo la conversación que estaba manteniendo con Pedri.
Cada vez veía más luz al fondo de este oscuro túnel, algo me decía que iba a aceptar el trato, no iba a ser fácil, pero lo iba a acabar aceptando.
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Mi amor prohibido
RomanceEnemies to lovers Relación falsa Fanfic con Pablo Gavi Laia decide pasar un verano en Barcelona, donde no conoce a nadie. Un día, mientras camina por la calle, le empiezan a llegar muchos mensajes de su compañera de piso, a la que decide contestar y...