Mi amor prohibido

Epílogo prt.2: Mi amor prohibido

LAIA

-¿Te gusta?- me miraba frente al espejo de mi habitación, moviéndome para ver cómo me quedaba el outfit que me había comprado para ir a ver el partido. Claudia me insistió en que me comprara la camiseta de algún jugador del Betis, aunque yo no quería porque probablemente no fuese a ver ningún otro partido (iba a ir a ese porque me lo había pagado Javi, que sino tampoco iría), al final me la compré- por cierto, ¿contra quién es el partido?- se me ocurrió preguntar.

-Ehhh- se le escapó la risa nerviosa- ehhh.

-¿Ehh qué?- me estaba desesperando.

-No te enfades, por favor- me pidió Claudia.

-No me jodas- tenía que ser broma, no podía ser el equipo de fútbol que yo pensaba.

-Lo siento- prosiguió- No te miento, fue casualidad, Javi me invitó porque era el único día que podía y yo al ver que era contra el Barça le pregunté si podía decírtelo a ti también, te he visto dándole muchas vueltas al asunto de vuestra relación y quiero que lo superes.

Suspiré, ya no podía dejarlos colgados.

-Iré, pero esta es la última vez que voy a un partido de fútbol y que me haces esto sin consultar- No podía negar el hecho de que me había enfadado que trapichearan contra mí a mis espaldas, pero obligué a mi cuerpo a calmarme ya que sabía que lo hacían por mi bien.

-Gracias- susurró.

-De todos modos, ya lo tengo más que superado- dije con la cabeza bien alta.

Levantó una ceja a modo de "no te creo", pero no dijo nada en respuesta.

-Madre mía, estás guapísima- volvió a elogiarme- cuando Gavi te vuelva a ver va a darse cuenta de lo que perdió el imbécil- me apoyó mi amiga.

-No creo que me vea- pausé- pero si lo hace, pienso besar a Javi- me había armado de valor, quería que el mundo se enterase de que ya lo había superado.

-¿Perdona?- mi amiga abrió la boca de par en par, sorprendiéndose frente a la revelación que le acababa de hacer- ¿desde cuándo te gusta Javi?- una sonrisa pillina le iluminó la cara.

Me reí y me di cuenta del error que había cometido contándole que Javi me gustaba.

-Desde que lo vi, sinceramente- me puse colorada- Bueno, tú no le digas nada y ya está- hice como si fuera una tontería.

-Solamente digo una cosa- se pausó- espero que Gavi te vea, quiero ver vuestro beso, estoy segura de que tú a él también le gustas.

-¿En serio?- me sorprendí.

-No quiero hacerte ilusiones, pero yo juraría que sí, cuando te mira se le iluminan los ojos, por no hablar de que después de verte por primera vez, me hizo un interrogatorio sobre ti más tarde.

-Dios mío, qué acosador- bromeé.

-Nah, no te preocupes es de fiar- me puso una mano en el hombro- Además, me apoyó en la idea de que te tienes que olvidar de Pablo y por ahora parece ser que me ha ayudado más de lo que creía.

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Nos sentamos en las gradas, yo llevaba una gorra y unas gafas de sol, tenía miedo de que alguien me reconociese y me insultase, al igual que habían estado haciendo por todas las redes sociales desde que se hizo pública la ruptura. Gracias a Javi, que según él tenía contactos en el mundillo del fútbol, habíamos conseguido un muy buen sitio en las gradas. Estábamos en una de las primeras filas, por lo que podíamos ver el campo muy de cerca, un escalofrío recorrió mi cuerpo al pensar en la posibilidad de que Gavi me viese. Al lado mío había un chico más o menos de nuestra edad, era moreno y bastante alto. Lo que me llamó la atención fue su camiseta, era la camiseta del Betis pero en vez de tener a un jugador de ese equipo ponia: GAVI 30
Este niño estaba hasta en la sopa.