Capítulo 26- ¿Qué somos?🔞

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GAVI

Había estado toda la mañana evitando a Laia. No pude dormir en toda la noche, el hecho de que no quería hacerle daño me había quitado el sueño.
Después de escuchar su respuesta a mi "te quiero", había hecho que recapacitase: ¿qué éramos? Nos conocíamos desde hacía poco, los sentimientos eran fuertes, sí, pero ¿qué pasaría después de verano? Ella volvería a estudiar a Jaén y yo continuaría aquí, en Barcelona. Tenía que aclarar todo esto con ella lo antes posible, pero tenía miedo de que acabase mal, estas conversaciones no se me daban bien.

Durante todo el trayecto en el avión, había estado contándole mi problema a Pedri, que era el único que conocía la verdadera historia de como nos conocimos. Me recomendó que lo habláramos, que no nos hiciéramos ilusiones y que, si nuestra relación no tenía mucho futuro, era mejor no hacerla pública, cosa que ya había pasado. En definitiva: un completo desastre.

Iba a hablar con ella lo antes posible, lo mejor era que ambos nos aclarásemos, pero me fijé en que estaba hablando por teléfono. Pude ver en su cara cierta expresión de tristeza, pero al momento en el que me pilló mirándola, cambio su expresión a una cara de póker, con la cuál era prácticamente imposible saber qué estaba pensando y sintiendo.
Al colgar el teléfono, no lo dudé y me acerqué a ella.

-Laia, tenemos que hablar- noté un silencio por su parte- por favor.

Vi como su maleta salía de la cinta transportadora, por lo que fue a por ella, ignorando totalmente mi presencia. Yo ya tenía mi maleta desde hacía mucho, pero aún faltaban algunas personas por recuperar las suyas.

Increíblemente, después de coger su maleta se acercó a mí, como si pretendiera retomar la conversación.

-¿Pretendes que después de pasar toda la mañana ignorándome te voy a hablar como si estuviéramos bien? Porque si de verdad lo piensas, déjame decirte que estás muy equivocado. Se nota que no me conoces y también se nota que te importan mis sentimientos una mierda.

Un balazo dolía menos.

-Lo siento, de verdad. Soy consciente de que te he ignorado, no quiero que te lo tomes a mal-me interrumpió.

-¿No quieres que me lo tome a mal? Irónico.

-Laia, es por una razón. He estado recapacitando acerca de lo que somos y del futuro que tenemos.

-Primero de todo, si de verdad me quisieras te daría igual el futuro que tuviéramos, los problemas los afrontaríamos juntos. Segundo, yo nos consideraba una pareja, pero viendo tu comportamiento ya veo que tú no lo considerabas así. Sinceramente, ¿sabes lo que realmente creo? Que me has estado usando todo este tiempo. Eso es lo que realmente creo, que me has usado para follarme y después plantearme la cuestión "¿qué somos?", como excusa para dejarme. Eres un rastrero, Pablo.

No sabía qué decir. Ahora ella me veía como un tipo de persona que no era. Francamente, nunca me acostaría con alguien si no tuviera sentimientos por esa persona. Estaba asustado, había tenido varias novias a lo largo de mi vida, pero no sentía lo mismo con Laia. Mis sentimientos con ella eran mucho más fuertes, inexplicables. Cada vez que la veía las mariposas se adueñaban de mí, recorriendo todas y cada una de las partes de mi cuerpo. Verla hacía que me quedase sin palabras y que mi cerebro no recapacitase la información, básicamente verla me hacía gilipollas. Pero me gustaba. Me gustaba mucho, tanto que nunca lo admitiría en voz alta.

Mi amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora