Capítulo 7.
El aeropuerto siempre ha sido un lugar helado y de mucho tránsito de personas, cada vez que vengo me resulta aterrador. Sin embargo, no podía dejar a Alanna en la entrada.
El día sábado no las pasamos en grande y terminó visitándonos Arthur para que nos diera algo para el dolor. Gritamos, bailamos y bebimos hasta que nos echaron del bar.
Lo único que no recuerdo fue como llamamos un taxi para que nos dejara en casa, si ni siquiera se nos entendía lo que hablábamos. Alanna, por otro lado, tampoco recordaba mucho. Y entre las dos, la que terminó peor fue ella, porque Emma tuvo que ayudarla cuando regresó el estómago en la tasa del baño.
Mi hermana estaba enojada pero luego se le pasó el enojo cuando nos pusimos a tontear. La mitad del pan con el que desperté, me lo dio ella porque yo gritaba que tenía hambre y quería comer cualquier cosa.
Durante la tarde, recordé un par de cosas que me dijo Alanna en estado de ebriedad. Cuando la confronte por tirarse a su jefe, solo dijo que eran mentiras y que seguramente había escuchado mal. Quise creerle pero era evidente que algo ocultaba.
Preocupada de que se le fuera la lengua con su conversación de borracha, me preguntó qué más ella habló durante la noche. Y no recordaba nada.
Teníamos lagunas con muchas cosas y se nos dificultaba en gran medida pensar en que habíamos hecho esa noche.
Esperamos que anunciaran su vuelo. Solo estamos las dos, ella no tenía a nadie más en la ciudad por lo que yo era la única que la podía abrazar en estos momentos.
- Mamá estaba furiosa cuando le dije que recorrería el país abriendo nuevas sucursales.
- Tu mamá nunca ha querido que seas feliz. Vive criticando hasta lo que comes, no puedes esperar mucho de ella.
- Sé que tomé una buena decisión y ella puede meter sus comentarios donde guste. Eso le dije ayer cuando me visitó.- Ambas nos reímos. Ya imaginó la cara de la madre de Alanna.
- ¿Ya dejaste todas las maletas en la cinta transportadora?
- Sí, todas. Es bueno que la compañía pague por el peso extra sino, no habría podido llevarme toda mi ropa.
El Gerente de Negocios pasó por nuestro lado sin siquiera saludar a Alanna, inmediatamente me di cuenta que mi mejor amiga agachó la cabeza como rendida por la actitud de su jefe. No quise incomodarla, así que evité hablar del patán.
El hombre no pasaba de los 40 años, soltero (la razón es más que evidente) y con un gran éxito laboral, disfrutaba mortificando a sus empleados. Hasta que llegó Alanna y lo mandó al carajo. A veces cuando discutían se generaba un ambiente similar al del cine, todos en la oficina dejábamos nuestras labores para ver la pelea. Y prácticamente todas las ganaba Alanna con sus brillantes comentarios. No le dejaba pasar groserías, insultos o humillaciones a nadie.
Supongo que Alanna era la punta del zapato de George.
Y si se había atrevido a tocar a Alanna de seguro fue consentido, porque en la oficina todos esperamos que tarde o temprano terminen juntos, porque solo ella ha logrado lo que nadie más ha podido. Ponerlo en espera.
George se sentó en las butacas a esperar la llamada del vuelo, mientras miraba su teléfono. Sonreía de forma maliciosa. Cuestión de preocupación mundial. En ese momento el teléfono de Alanna sonó y en vez de mirar la notificación, lo apagó. Quise reírme de su actitud.
A nuestro alrededor caminaban muchas personas llevando sus maletas. El ruido comenzaba a molestarme.
- ¿Sam?
Levanté la vista del suelo cuando Alanna me llamó.
- ¿Qué?
- Sé que lo que te pido es difícil, pero, no quiero que nada malo te pase. Por favor deja la investigación de Darkness Ghastly. Hay algo detrás de todo esto que no me deja tranquila y no deseo que sigas investigando sola.
- ¿Por qué? ¿Descubriste algo y no me lo quieres decir?
Alanna vaciló por la pregunta que nuevamente le hacía.
- No.
- ¿Entonces? Porque no entiendo este cambio.
- Sam, es peligroso.
- Nada más peligroso que caerse de un edificio alto.
- No estoy hablando de eso. Son personas peligrosas que no dudarán en hacerte daño si descubres algo que ellos no quieren que sepas. Prométeme que no volverás a investigar nada que se relacione con él.
No podía prometerle algo así, tenía que entender la vida de Darkness, aún más cuando había interactuado con él y ya sabía que se preocupaba por mí o algo por el estilo.
Moví la cabeza de arriba a abajo justo cuando anunciaron el vuelo de Alanna. No me dio tiempo para contestarle, porque agarró su bolso de mano y caminamos hasta la puerta donde abordaría el avión.
George esperaba a Alanna en la puerta tenía cara de fastidio por mi despedida larga.
- Se pueden demorar menos, el vuelo es largo y ya me empieza a dar asco ver como lloran.
Alanna se giró y lo miró con cara de estar súper cabreada con él
- Al menos a mí me han venido a despedir y a desear buen viaje, alguien que me ama, lo suficiente para extrañarme el tiempo que esté fuera de casa, ¿tú puedes decir lo mismo?
George suspiró y nos dejó a solas mientras continuamos con la despedida.
Nos abrazamos fuerte y nos despedimos finalmente.
La extrañaría mucho, sobre todo su café a media mañana.
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Perspectiva
RomanceDarkness Ghastly piensa que todo el mundo esta perdido, incluyéndose. Rodeado de oscuridad y soledad se enfrentará a las mentiras. Un rayo de sol se filtrará en la negrura de su corazón devolviéndolo a la vida. Samanta sabe de dolor y tristeza, pero...