Capítulo 18

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Capítulo 18.

En el departamento me esperaba Emma con la cena lista.

Me había dicho que esta tarde se iría a casa de tía Elaine porque le molestaba que estuviera tanto tiempo sola.

Y es que se le ocurrían muchas cosas cuando no estábamos en la casa, como cambiar el papel tapiz o los muebles de la casa por completos, pintar la parte exterior de la casa, remodelar el patio, entre otras. Emma dijo que ahora había cambiado todos los cuadros.

      - ¿Estarás bien?

     - Por supuesto Sam, nada que no arreglen unas margaritas. Ya no quiero seguir incomodando en tu hogar.

     - Sabes que no eres una molestia, eres mi hermana menor y para mí lo eres todo

     - Lo sé.

    - Se dice gracias, tu también.

Nos pusimos a reír ambas.

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En la mesa de noche tenía la pastilla para dormir. Su color azul pastel y su forma ovalada, la hacía distinguirse de otras medicinas.

Emma se fue hace una hora aproximadamente. Y yo me puse a ordenar el departamento con la excusa de estar sucio y alborotado cuando en verdad no había nada fuera de lugar, la razón era que no quería irme a dormir o al menos retrasar lo más posible tener que irme a la cama.

En ese momento entró una llamada de Alanna a mi teléfono, no me sorprendí porque hace días que no hablaba con ella aunque estas no eran horas regulares en las que ella llamaba.

Conteste y la llamada se cortó de inmediato. Así que volví a llamar pero saltaba el buzón de mensajes.

Tal vez la conexión no era muy buena donde estaba quedándose. La llamaría otra vez en la mañana.

Al final tome la pastilla junto a un vaso de agua. Me acomode en la cama y comencé a cerrar los ojos.

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No sé si me quede dormida, pero de pronto estaba en el comedor del departamento organizando mi cartera junto a una taza de café, saqué unos chicles que llevaban meses, una llave que no recordaba para qué era, un sobre con información sobre un viaje y un labial que no usaba, además pensaba que por la tarde debía pasar a la tienda por unas cosas y que tenía que llamar a tía Elaine.

El café estaba estupendo, Emma dio en el clavo cuando me sugirió la cafetera.

Mire la hora y en ese momento se fue la luz.

El timbre sonó, la luz volvió y vi como mi mano abría la puerta, no sé si mire por la mirilla, no recuerdo.

Volvió la oscuridad y sentí un golpe fuerte en la cabeza que me mareo.

Entonces comprendí lo que ocurría.

Estaba soñando. Nadie me golpeó la cabeza, era mi mente recordando el momento de mi secuestro gracias a las pastillas.

Comencé a respirar por la nariz y a botar por la boca, con calma esperando que el dolor desapareciera. Seguía oscuro pero la luz iba volviendo se de a poco.

Podía escuchar a alguien hablar. Era una mujer, gritaba algo a alguien. Sí, había otra persona más.

       - ¡Yo tenía que golpearla! ¡Maldita sea!

Cerré los ojos y volví a respirar. Al momento de abrirlos, estaba en el piso. Vi que las zapatillas blancas con estrellas eran de ella.

Escuche un golpe en la mesa o tal vez en la pared.

PerspectivaWhere stories live. Discover now