Capítulo 14

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Capítulo 14.

Puse la llave en la cerradura de la puerta y noté de inmediato que algo no estaba bien, respire hondo y abrí la puerta hasta atrás.

Mi sorpresa fue gigantesca cuando vi como todas mis cosas estaban regadas por todas partes, mis sofás estaban rajados, mi cuadros familiares rotos, las sillas de la mesa quebradas, y ni hablar de mi cocina. Todo era un desastre.

No sabía a qué se debía esta irrupción en mi hogar.

Entre en la cocina para recoger el desastre con mi vajilla cuando la puerta se azotó con fuerza. Di un salto del susto y agarre lo primero que encontré. El cuchillo de carne de Emma, era lo suficientemente pesado como para tomarlo con una mano, salí al recibidor, la puerta estaba cerrada, no había nadie.

            - ¿Hay alguien por aquí?

No se escuchaba a nadie ni nada, busque en todos lados incluso en el balcón pequeñito, así que baje la guardia.

Estaba segura que cuando entre había otra persona dentro y escapó apenas yo me distraje.

Deje el cuchillo en la cocina y me saque el abrigo y la bufanda de Darkness, debí pedirle que me acompañara a casa, pero al menos nada malo me pasó hoy.

Comencé a ordenar y limpiar el desastre que alguien dejó, estaba enojada y tenía un poco de miedo. Pero no quise alarmar a nadie con lo sucedido.

En mi habitación todo estaba dado vuelta, incluso mi colchón, pero al menos no había nada roto. Aquí parecía que estaban buscando algo, porque no era el mismo revoltijo de cosas que afuera.

De pronto me acordé de la máscara de Darkness que él dejó hace unas semanas y que yo guarde esperando tenerla como recuerdo.

¡Tremenda estúpida!

Busqué desesperada en el armario mi chaleco, no estaba en ninguna parte. Mire el suelo y empecé a tirar la ropa, cuando vi el trozo de tela negro. Metí la mano entre medio y encontré la máscara de Darkness, estaba intacta. Sonreí y pensé que era el mejor regalo de tía Elaine, que me dio el chaleco la primera navidad que me vine a vivir sola, dijo que la ciudad era insegura y que eran muy seguros los bolsillos ocultos. Toda la razón.

Pero sabía que no podía volver a esconderla ahí, así que pensé en otro lugar seguro.

Cuando se me ocurrió llevarme la máscara hasta mi oficina en el Banco, nada más seguro que el lugar donde media ciudad guarda sus ahorros. Tenía asignada una caja fuerte dentro de mi escritorio y ese sería perfecto para mantener ahí algo tan valioso como la máscara.

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Tenía ordenada la cocina, mi dormitorio y el baño y el reloj marcaba las 12 en punto, ya era hora de irme a la cama y mañana durante la tarde terminar de limpiar el resto, así que me fui a la cama, muy agotada.

Durante la noche soñé con él y sus besos y por primera vez en meses dormí sin despertar hasta que sonó la alarma por la mañana.

Estaba cansada, eso era indudable pero al menos me sentía repuesta y con ganas de empezar el día.

En la oficina todavía me esperaban unos cuantos informes, pero mucho menos que el día de ayer.

Saque la máscara de Darkness y la guarde de inmediato en la caja fuerte.

Estaba cerrando la caja cuando Valeria interrumpió en mi oficina.

        - Señorita Thompson, le envían este documento.
 
        - Está bien, Valeria, déjalo por ahí, yo después lo revisó.

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